Barrio de Las Manchas cubierto de ceniza. Foto: D. Hdez.

Volver a ser como antes

Sociedad

Cincuenta años después de la última erupción volcánica en La Palma y tras varios años de enjambres sísmicos, la espera llegó a su fin. El 13 de septiembre de 2021 cuatro municipios de la Isla (Fuencaliente, Mazo, Los Llanos de Aridane y El Paso) entraron en riesgo amarillo por erupción volcánica, señal que advertía el desarrollo de un proceso preeruptivo en la Isla a medio plazo. Desde ese momento toda la población debía prestar especial atención a los comunicados de las autoridades y los medios de comunicación. Además, tener preparado un plan de evacuación personal.

El 18 de septiembre de 2021 se hizo público el plan de evacuación elaborado por la Consejería de Seguridad y Emergencia del Cabildo de La Palma junto a los ayuntamientos de Fuencaliente, El Paso, Los Llanos de Aridane, Mazo y Tazacorte. Este último municipio fue incluido dado que el barrio de La Bombilla se encontraba en el entorno de alcance de una posible erupción volcánica en Cumbre Vieja.

Con la previsión de que el semáforo volcánico cambiara a naranja, se establecieron lugares de recogida en cada uno de los barrios para aquellas personas que no tuvieran medios propios para desplazarse a los puntos de encuentro. En Los Llanos de Aridane y El Paso fue el campo de fútbol municipal, mientras que en Fuencaliente era el Centro de Visitantes del Volcán de San Antonio.

Prepararse para lo peor


El día antes de la erupción, el Cabildo de La Palma convocó a la población de Las Manchas de Abajo, San Nicolás, Jedey, La Bombilla, El Remo y Puerto Naos para advertirles de que era muy probable el desarrollo de un proceso eruptivo en la zona. Se les explicó las zonas que serían evacuadas: viviendas situadas en un radio de dos kilómetros en torno al foco de emisión. Sin embargo, los habitantes de El Paraíso no acudieron a la reunión, ya que la administración insular no les avisó.

El 19 de septiembre se comenzó a evacuar a las personas con movilidad reducida horas antes de erupcionar el volcán, incluidas las que vivían en El Paraíso. En ese momento, Sara López, estudiante de Magisterio de Educación Primaria en la ULL, recogió su ropa y algunos documentos pensando en que volvería a su hogar. No pudo. Una semana después, su casa junto con todas las que se encontraban en El Paraíso, desaparecieron.

Tras cinco meses finalizó la evacuación. Se comenzó a acceder al barrio sin ser necesarios los códigos QR utilizados durante la erupción volcánica. La población de Las Manchas, sin embargo, no empezó a vivir de forma definitiva en sus casas desde ese momento, puesto que sus trabajos y los centros educativos quedaban al otro lado de la lava. Además, faltaban numerosos servicios básicos esenciales. No obstante, obras importantes para la zona pudieron empezar a desarrollarse a partir de ese día.

Consultorio médico de Las Manchas. Foto: D. Hdez.

Consultorio médico y cajero automático


Después de varios años de espera, el 29 de abril se realizó la apertura del consultorio médico de Las Manchas. Centro al que la población de El Remo, Puerto Naos, La Bombilla, La Laguna y Todoque, desde entonces, puede acceder. Mientras se acondicionaba el centro de salud en el barrio, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias reforzó varios meses los servicios sanitarios y dotó de una ambulancia de soporte vital básico (ASVB) al municipio de Fuencaliente de La Palma.

Por otro lado, el Ayuntamiento de El Paso firmó el 24 de mayo un convenio con Cajasiete para instalar un cajero automático en Las Manchas, situado en el edificio donde se encuentra el nuevo consultorio médico. Se estableció que la administración local asumiría el 50 % del coste de mantenimiento, mientras que la entidad bancaria la otra mitad.

Uno de los requisitos imprescindibles para poder volver a vivir en el barrio era el suministro de agua. Para que este servicio volviera a funcionar, fue necesaria la instalación de 30 kilómetros de tuberías y de 170 contadores. Un mes antes de finalizar las obras, las viviendas que pertenecen al municipio de Los Llanos de Aridane, se quedaron sin suministro, ya que se retiraron unas cubas de agua que abastecían a la población que había regresado a sus casas, debido a que comenzaba la campaña contra incendios.

Conectar el Valle de Aridane


Desde que erupcionó el volcán, Las Manchas quedó aislada de Los Llanos de Aridane y El Paso. 2308 kilómetros de la LP-2 y 1622 kilómetros de la LP- 212 quedaron sepultados bajo la lava. La única forma de acceder a la zona era por el sur de la Isla, trayecto en el que en una ocasión, personal de emergencia quedó bloqueado debido a la caída de desprendimientos por las malas condiciones de la carretera y los movimientos sísmicos ocasionados por el volcán.

La erupción perjudicó a las ya malas conexiones que había en La Palma. El oeste de la Isla quedaba dividido por la lava y para volver a unirlo se comenzaron las obras en varios puntos afectados por el volcán: Puerto Naos- Las Manchas, Las Norias- La Laguna y la pista forestal Fran Santana.

La carretera que ya conecta Las Manchas con Puerto Naos fue realizada en 27 jornadas de trabajo con un presupuesto de 1 795 243 euros. Su apertura, el 17 de enero, permitió el acceso por tierra a los cultivos del litoral. La única forma de acceso, hasta ese momento, era por vía marítima en embarcaciones militares desde el Puerto de Tazacorte.

Carretera que une La Laguna y Las Norias. Foto: D. Hdez.

Uno de los grandes logros conseguidos desde el fin de la erupción fue la apertura de la carretera entre Las Norias y La Laguna, el 2 de junio. Después de nueve meses los habitantes de La Palma comenzaron a cruzar por la lava. Podían acceder a Las Manchas y volver en los horarios establecidos por la administración insular. Hasta ese momento quienes querían trasladarse al sur de la isla tardaban dos horas en llegar. Desde ese día, treinta minutos.

El Cabildo de La Palma comenzó el 25 de abril las obras de adecuación y repavimentación de la pista forestal Fran Santana para conectar Las Manchas con El Paso. La Administración insular estableció un presupuesto de 1,2 millones de euros, con posibilidad de aumentar ya que se trata de unos trabajo de emergencia.

El único crematorio de la Isla destruido


El 25 de noviembre surgió un nuevo centro emisor al sur del principal cono volcánico que provocó la destrucción de gran parte del cementerio, que había conseguido sobrevivir a los primeros meses de erupción. Antes que la lava lo cubriera casi por completo, se hallaban casi 3200 nichos y el único crematorio de la Isla, utilizado por alrededor de trescientas familias al año.

Al no ser posible incinerar restos en La Palma, se tenían que trasladar a Tenerife. Cada desplazamiento suponía un gasto de seis mil euros al Cabildo. Debido a la alta necesidad de tener este servicio en la Isla, la administración insular adquirió un nuevo crematorio el pasado año, que se situará en el municipio de Breña Baja. Su puesta en funcionamiento supondrá un presupuesto de 227 626,72 euros.

La colada de lava que destruyó el cementerio quedó a 80 metros de la vivienda de Salvador Montesdeoca. Después de evacuar su casa, él y su familia se trasladaron a Las Caletas (Fuencaliente) y más tarde, en octubre se mudaron a un piso en Santa Cruz de La Palma. Los seísmos provocados por el volcán dañaron su casa, creando numerosas fisuras en toda la propiedad. Salvador no cree que pueda volver a su casa en más de un año, ya que en 68 viviendas de El Corazoncilo, incluida la suya, se realizarán estudios para saber si son seguras en el caso de que se produzcan futuros terremotos en la zona.

Zona de El Corazoncillo. Foto: D. Hernández.

Viña cultivada bajo la ceniza


En el municipio de El Paso el cultivo más afectado por el volcán fue la viña (23,55 hectáreas). Ricardo Camacho, propietario de una bodega situada en Las Manchas, afirma que sus cultivos tardarán en recuperarse, pero que la ceniza ha ayudado a conservar la humedad en la tierra, por lo que habrá, por lo menos en la zona de Los Romanciaderos, más producción de vino que el año pasado. Lo más complicado para que la viña se recuperase ha sido agachar las parras, método tradicional en el cultivo de la uva, ya que para poder realizarlo fue necesario utilizar piedras que estaban enterradas bajo treinta centímetros de ceniza.

Antes de que comenzara la erupción volcánica en Cumbre Vieja, el apicultor Jose Alberto Casimiro tenía cerca de setenta colmenas en varios barrios del Valle de Aridane. Las que se encontraban en Las Manchas pudo trasladarlas a Fuencaliente para que no murieran a causa de la ceniza. Sin embargo, todas las que tenía en La Laguna fueron sepultadas por la lava. Solo pudo rescatar veinte núcleos.

José Alberto Casimiro, junto a sus colmenas. A la derecha, cubiertas de ceniza volcánica. Foto: D. Hdez.

Para intentar recuperar las abejas, tuvo que dividir las colmenas que sobrevivieron, pero al realizar este proceso declara que los insectos se debilitaron, por lo que no puede retirarles la miel. Además, al no haber suficiente flora en la zona, tenía que alimentar él mismo a las abejas.

 

Lo último sobre Sociedad

Ir a Top