La Universidad de Oviedo (UniOvi) colabora en un estudio publicado en la revista Frontriers in Psychology, donde se destaca la obligación que tienen los docentes de asegurarse de que cada estudiante ha comprendido la materia impartida correctamente. El análisis, que se realizó bajo la dirección del profesor Pedro Rosário en la Universidad de do Minho (Braga, Portugal), concluye que es necesaria una reforma en las tareas que se imparten al alumnado de primaria y secundaria.
Según varias indagaciones, los jóvenes que hacen los deberes diariamente rinden mejor que los que no los realizan, o los llevan a clase mal resueltos. En este caso, se pretende que los instructores se centren en comprobar que cada uno ha entendido los trabajos que desarrollan en casa de forma adecuada. De no hacerlo así, los deberes no tendrían un beneficio real y las horas dedicadas a ellas pueden ser “tiempo perdido”, apunta el catedrático.
Por otro lado, tras la realización de un sondeo en el que participaron cerca de cincuenta maestros de los respectivos cursos, el personal investigador comprobó que la costumbre de estos es revisar únicamente los ejercicios donde los alumnos han tenido complicaciones. Este método no es suficiente, pues muchas personas se quedan con dudas por miedo a expresar sus incertidumbres.
Este examen, en el que ha participado José Carlos Nuñez, pedagogo de Psicología de la Universidad de Oviedo, revela que el profesorado no es consciente del valor del feedback. Los docentes indican que de los 60 minutos que dura una clase, solo se dedican a esto 30 minutos aproximadamente, y que a medida que los niños crecen, se le aporta menos atención.