Candelaria González Rodríguez, profesora de Historia Contemporánea y doctora por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ofreció el pasado miércoles 19 una conferencia sobre la revolución de 1868 en España. Su participación estuvo incluida en el evento que se celebró en el salón de actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Isla contando, además, con una ponencia introductoria llevada a cabo por el político y catedrático José Miguel Pérez. Entre las personalidades que asistieron se encontraba el alcalde de la capital grancanaria, Augusto Hidalgo, quien, rememoró el acontecimiento ocurrido hace 150 años y que supuso el éxito de La Gloriosa, también conocida como La Septembrina.
La protagonista centró su charla en la etapa de gestación que, finalmente, motivó todo un cambio en el modelo político de la nación. También, aclaró que no solo analizaría el movimiento desde lo ocurrido en Gran Canaria, sino que haría referencia a los isleños con independencia desde donde actuaran.
“Posiblemente no se hubiera podido llevar a cabo el alzamiento”
“La participación de los canarios y, en especial, de las autoridades de Gran Canaria en el proceso de conspiración de La Gloriosa de 1868 fue fundamental para que la revolución se produjera con éxito. Posiblemente no se hubiera llevado a cabo sin que los dirigentes deportados en Canarias del partido Unionista no hubieran recibido la colaboración necesaria para poder estar presentes en el momento de la insurrección”, indicó la conferenciante.
Algunas autoridades que citó la experta fueron Antonio López Bota (el principal), Fernando León y Castillo y Antonio Matos y Moreno. Todos ellos, desde su posición, apoyaron para que los planes finales, previstos por los líderes del movimiento, los generales Juan Prim y Francisco Serrano y Domínguez y el almirante Juan Bautista Topete, no encontraran impedimentos en su ejecución.
«Se decide que sea la segunda quincena de septiembre puesto, que había que actuar antes del regreso de la reina Isabel II a Madrid»
En la Península, después de las sospechas de que uno de los grupos conspiradores no apoyaba la causa, se publicó, el 3 de julio, en el periódico La Nueva Iberia, la noticia que evidenciaría la falta de apoyo de los unionistas con los progresistas. “Es a partir de entonces cuando todo salta por los aires, cuatro días más tarde se apresan a los dirigentes. Unos son deportados a Canarias y otros son retenidos en castillos y cárceles repartidas por todo el territorio nacional. Canarias era el destino donde más lejos se podían enviar a aquellos que tenían mayor capacidad de movilización», relató.
Al respecto, quiso comentar con detalle cómo fue la llegada al Archipiélago. «Llegan a Tenerife, el 16 de Julio, Francisco Serrano junto a su sobrino José López Domínguez y Francisco Serrano Bedoya y, a Gran Canaria, Domingo Dulce y Antonio Caballero de Rodas. Todos ellos contarían con colaboradores, Antonio López Bota en la isla oriental y Francisco de Lugo, el marqués de la Florida, en la occidental”, disintió Rodríguez.
La fecha del alzamiento estaba prevista para el 9 de agosto en Cádiz, pero este no se produjo porque uno de los líderes creía no contar con todos los apoyos necesarios. En este sentido, la ponente especificó que “Topete creyó imprescindible que todos los dirigentes debían estar presentes y, entre ellos, Serrano”. Posteriormente, en una reunión celebrada en Londres, el 13 de agosto, donde acuden representantes de los distintos sectores políticos, “se decide que sea la segunda quincena de septiembre puesto, que había que actuar antes del regreso de la reina Isabel II a Madrid, después de su periodo vacacional en el norte de España”.
González siguió comentando como mientras en Canarias se producían reuniones privadas y tertulias, Serrano viajó hasta Gran Canaria con la excusa de visitar a Dulce, que yacía muy enfermo, además, con la preocupación de que este era el encargado de todas las cuentas.
«Un retraso obligó a una reestructuración, puesto que los deportados que estaban movilizados se habían marchado para no levantar sospechas»
En este punto, la doctora se detuvo y lanzó una pregunta al público: «Si Dulce moría, ¿quién se encargaría de llevar toda la gestión económica?. Por todo esto debía acordar con las autoridades locales y, sobre todo, con su mayor colaborador, López Botas, el plan previsto para que la sublevación tuviera éxito.
Finalmente, tal y como contó la especialista, el unionista Benjamín Fernández Vallín es quien trae toda la información sobre la gestión para recoger a los deportados. Para rescatarlos estaban previstos dos barcos contratados. Uno sale de Londres (Southampton, 6 de septiembre) y el otro buque, el Buenaventura, parte dos días más tarde desde Cádiz.
«Un retraso obligó a una reestructuración, puesto que los deportados que estaban movilizados en las Islas se habían marchado para no levantar sospechas tras la espera. Al capitán del barco, Ramón Lagier, le hacen llegar indicaciones para que regrese dos días más tarde, ya que había que reorganizar todo de nuevo”, desarrolló la docente.
Tres personajes, una isla: Gran Canaria
La partida del barco desde Gran Canaria fue sencilla porque las autoridades hacían la vista gorda. Además, la ponente añadió que “en esa despedida estuvo Fernando León y Castillo, Antonio López Bota y Antonio Matos y Moreno, los tres personajes que van a tener, posteriormente, una representación en la vida política de Gran Canaria».
El 19 de septiembre arrivan a Cádiz y los unionistas se unen al movimiento de sublevación. “El alzamiento triunfa a partir de lo que es la batalla de Alcolea, el 28 de septiembre, el 29 Madrid sucumbe y el 30 sale la Reina”, matizó González.
La doctora cerró su conferencia aseverando que la noticia del éxito de La Gloriosa llega a la Isla el 5 de octubre y supuso un impacto tremendo, incluso, cierta inacción. Salvo algunos sectores republicanos que salen a celebrarlo, “el resto de grupos políticos se reúnen en el ayuntamiento para organizar y declarar la junta de gobierno de restitución, constituyéndose una Junta Superior de Gobierno, lo cual supone una declaración de división provincial en el Archipiélago con el objeto de conseguir una representación directa en el gobierno nacional».