Un café largo con amigos. Esta es la definición que Christian Santana, escritor y filólogo, dio al coloquio sobre William Shakespeare que se desarrolló ayer lunes, 15 de abril, en la Sala Ámbito Cultural del Corte Inglés. ¿Por qué leer? fue una charla donde el público pudo comprender mejor la obra del máximo representante de la literatura inglesa, meditar sobre las temáticas que esta abarca y descubrir nuevos puntos de mira sobre las lecturas de siempre.
El acto comenzó con una declaración de intenciones del ponente con la que expuso que no aludiría “al autor sino a sus textos, ya que estos son los que realmente componen el legado shakesperiano”. Apoyó esta afirmación en su propia experiencia, puesto que tras llevar veinte años estudiando al literato y haber publicado un ensayo sobre su creación (Shakespeare, un mundo de amor y locura) ha caído en la cuenta de que no es el método de escritura utilizado por este lo interesante de sus libros, sino su capacidad de hacernos ver más allá. Así, afirmó que Shakespeare, además de brindarnos grandes clásicos literarios que han persistido durante generaciones, nos ha ayudado a entender la naturaleza humana: “Este hombre tiene la capacidad de hacernos daño al ser conscientes de que cuanto antes aceptemos nuestros fallos y virtudes, antes seremos felices”.
¿Qué es estar loco si a todos nos vencen las pasiones?
Santana introdujo la famosa frase «Ser o no ser, esa es la cuestión», para explicar que a lo que nos insta el novelista es a cuestionarnos todo en la vida. Sin embargo, incluyó otro elemento a esta reflexión: la pasión por entender la vida nos lleva a la locura.
Para explicar esto, se valió de la idea del narrador de que no podemos comprender lo que nos rodea sin aceptar que todo sentimiento parte de un deseo, que al final se acaba convirtiendo una necesidad existencial. Y esta necesidad, en trastorno. Un ejemplo de esto lo encontramos en el personaje de Hamlet, a quien, tal y como explicó el filólogo, lo vuelve loco la venganza. O en Romeo, al que el amor lo lleva al suicidio. Figuras de las que nosotros como individuos no estamos tan alejados.
Con todo, reafirmó lo que llevaba exponiendo desde el principio de la conferencia: el método shakesperiano ambiciona hacernos reflexionar a través de personajes que realmente son sentimientos personificados. Y hacernos ver que, en la existencia, lo que nos asemeja son nuestras diferentes locuras que al final, brotan desde un mismo punto: las propias pasiones.
Cuarenta minutos después de su inicio, este peculiar café tocó a su fin con el buen sabor de boca de aquellos que ya conocían a Shakespeare y la curiosidad germinada en otros que nunca se habían embarcado sus líneas. Finalmente, Santana se encargó de responder la pregunta que daba nombre al acto: “¿Por qué leer? ¿Por qué leer a Shakespeare o a cualquier otro escritor? Porque el mundo necesita humildad, cuestionamiento, cambio. Y una forma de emprender estas acciones es leyendo”, sentenció.