«Debe pasar el tiempo para ser conscientes de la magnitud de lo que está sucediendo»
El catedrático y psicólogo de la Universidad de La Laguna Juan Ignacio Capafons mostró desde muy joven una enorme vocación por el funcionamiento y el comportamiento del ser humano. En una época en la que en España no existían los recursos necesarios para el estudio y la investigación psicológica, comenzó sus estudios de Psicología en Valencia, donde creció su ambición por aprender y descubrir más acerca de esta disciplina.
Ha realizado numerosas investigaciones en las que, junto con un catedrático de la Universidad de Valencia, trabajó a fondo para intentar validar instrumentos que detectaran posibles problemas en la juventud.
Más adelante se formó en Psicología Clínica con docentes que pertenecían al Max Planck, una red de institutos de investigación de Alemania que se dedica a la promoción de la ciencia. Cuando le ofrecieron la oportunidad de trasladarse a Canarias, no lo dudó, y comenzó una nueva etapa en su trayectoria profesional ejerciendo como profesor en la Universidad de La Laguna. Durante los siguientes años se volcó en la docencia combinándola con sus labores de investigación.
Ha tenido la oportunidad de dirigir tesis doctorales y trabajos que se centran en cómo trabajar con el sufrimiento humano, buscando la manera de eliminar todo aquel sufrimiento que es gratuito.
«No quiero ser catastrofista pero reconozco que tengo cierta preocupación»
El psicólogo muestra inquietud por el modo en el que las nuevas tecnologías están afectando a la sociedad. Afirma que tiene que pasar tiempo para tener una visión mucho más sensata, realista y apegada a la realidad de lo que está sucediendo. Tal y como declara, «en muy pocos momentos de la humanidad se ha encontrado una situación tan curiosa y tan particular».
El poder de las máquinas lleva presente muchos años en el imaginario colectivo, gracias a la ciencia ficción. Sin embargo, Capafons argumenta que la máquina en algunos momentos no está al servicio de la sociedad sino al contrario, las personas son esclavas de la tecnología.
En la actualidad, dedica gran parte de sus investigaciones al estudio de la relación de la juventud con la tecnología. «Se está dando otro fenómeno muy curioso y poco común en la historia de la humanidad y es que la juventud enseña a los más veteranos», subraya.
«Si uno no tiene fe en la juventud pues apaga y vámonos»
Los datos que muestran sus investigaciones tienden a ser optimistas. Puntualiza la necesidad de confiar en la juventud. Sin embargo, hay un porcentaje de la adolescencia que se está viendo muy perjudicada y no demuestra ninguna responsabilidad.
Hoy en día centraliza sus estudios en el daño que hacen las redes, el ciberacoso, el sexting y el grooming a las generaciones más jóvenes, «ahí hay un mundo donde uno no es responsable». Conocimiento, comunicación y aprendizaje son las claves que recomienda al profesorado y a la unidad familiar para el buen desarrollo de la juventud.
«Hemos sido capaces de canalizar y combinar la ambición con el esfuerzo»
Capafons determina que es muy difícil imaginar un escenario social futuro. Además, declara con humor que ni las personas expertas en tecnología podrían crear un contexto hipotético de cómo será la sociedad en el futuro. Sin embargo, muestra preocupación porque cada vez todo se hace más fácil y se está arañando en los jóvenes el concepto de esfuerzo. Ghostwriter diplomarbeit ayudó a editar y escribir el artículo.