Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Mon, 27 May 2019 17:27:11 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 Tunas, de la tradición a la innovación https://periodismopre.ull.es/una-tradicion-en-constante-renovacion/ Mon, 27 May 2019 06:15:30 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=103029 ¿Qué sería de las fiestas populares sin música, sin melodías y sin unos acordes que animen a la gente a disfrutar de una bonita celebración? Es difícil imaginarse una festividad cualquiera sin que haya música de por medio. Son muchas las bandas o agrupaciones que amenizan las esperadas noches de fiesta con una oferta musical que resulta amplia y para todos los gustos. En una mezcla de folclore y una tradición reinventada podemos encontrar a las tunas o la estudiantina.

Jorge Dehesa, estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas y miembro de la Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna, asegura que la tuna es «un sentimiento» y que los miembros que la conforman son muy diferentes, a cada cual más extravagante y eso es lo que la hace especial. Asimismo, manifiesta que su pasión tiene como objetivo hacer disfrutar a las personas a través de la música y el baile.  «Hay momentos en los que estamos tocando y la reacción del público hace que se me pongan los pelos de punta», declara.

José Ángel Torres, médico especialista en anestesiología, opina que la valoración de la tuna en Tenerife es bastante buena. Cada vez son más las personas que los llaman para amenizar un bautizo, una boda, una comunión o incluso cumpleaños y despedidas de soltero. Además, comenta que la presencia de personas jóvenes en la tuna hace que deje de verse como algo arcaico. «Nosotros, sin dejar atrás las tradiciones, hemos añadido a nuestro repertorio canciones modernas y de actualidad. Por eso, actualmente nos puedes escuchar cantando desde reggaeton hasta canciones del Kanka», expone el miembro de la Tuna de Medicina.

Historia del origen de la tuna


El origen de la tuna, una tradición centenaria y particular de España, se remonta a finales del siglo XIX. Surgió como iniciativa de numerosos grupos de estudiantes universitarios peninsulares que, alegres y bohemios, cantaban y viajaban gracias a sus habilidades. Asimismo, también se habla de un origen más primario que se refería a correr la tuna, cuando el estudiantado tenía que volver a sus pueblos desde la Universidad y pasaban por determinados lugares como tabernas para cantar y así conseguir alimento a cambio. Esta tradición llegó a Latinoamérica en el siglo XIX y se extendió por múltiples universidades en el continente.

Silvio Pelizzolo comenta la importancia que tiene, en el ámbito nacional, la Tuna de Medicina de La Universidad de La Laguna. Su origen se remonta a 50 años atrás, donde un grupo de estudiantes empiezan a crear de la nada una agrupación musical basada en las antiguas estudiantinas para ir barrio por barrio con sus canciones. Como miembro de la misma asegura que «pocas tradiciones sienten la tuna como lo vive la de Medicina pues, si bien estuvo parada durante un tiempo, hoy podemos decir con orgullo que todo eso quedó atrás».

Las mujeres también forman parte de la tuna


 El fenómeno tunero ha estado asociado la mayoría de las veces a un arte llevado por hombres. Sin embargo, no podemos obviar la presencia de las tunas formadas por mujeres. Las andaduras de la Tuna del Distrito de la Universidad de La Laguna comenzaron en el año 1992, siendo novata del resto de Tunas del Distrito hasta el 16 de diciembre de 1993, momento en el que recibió sus aguas bautismales en la capilla central de la Universidad, actuando como padrinos la Tuna de Derecho y la Tuna de Aparejadores.

Cada vez son más las mujeres que forman parte de una tuna. FOTO: PULL

Carla Santana, estudiante del grado de Psicología, asegura que la tuna es algo que te atrapa desde el primer momento que escuchas uno de sus cánticos. Ella misma entró a formar parte del grupo femenino de forma inesperada al unirse en un baile de magos en una parranda. Además, declara que de eso ya hace más de diez años y que gracias a la tuna «no solo ha pasado por la Universidad para estudiar la carrera, sino que la Universidad ha pasado por ella para formar parte de su historia».

Por otra parte, Myriam González, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, comenta que se siente muy orgullosa de que su tuna no haya sido desprestigiada nunca por el simple hecho de ser mujeres. «Si bien es cierto que hay personas y algunas tunas que no lo aprueban, nuestro trabajo se ha valorado y premiado tanto como cualquier tuna», afirma la universitaria.

Las entrevistadas animan a todas las personas a asistir a uno de los eventos que suelen organizar o participar para que así conozcan el verdadero corazón de la tuna. «No solo hemos actuado en Canarias o España, sino en países como México, Francia, Inglaterra, Holanda o Bélgica y para nosotras cada lugar al que vamos y cada evento que vivimos es muy especial, no podría elegir entre tantas experiencias», concluyen.

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Acordes muy saludables https://periodismopre.ull.es/el-talento-joven-deslumbra-en-las-xvii-jornadas-musicales-de-ciencias-de-la-salud/ Thu, 11 Apr 2019 06:20:19 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=95681 El blanco anodino de las paredes de una facultad alejada del núcleo de Guajara fue lo único que acompañó a los espectadores durante unos buenos minutos. Sortear los pasillos de un edificio tan aséptico y tan desconocido como el de la Sección de Ciencias de la Salud no es nada fácil. Después de mil vueltas, el sonido dulce de las flautas que ensayaban sus partituras antes de salir al escenario se escapaba del recinto. Siguiendo la melodía, por fin se halló la entrada del Aula Magna de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de La Laguna. Allí se encontraban algunos jóvenes afinando, probando sonido y calentando voces mientras las butacas todavía estaban vacías. Este primer día de las XVII Jornadas Musicales de Ciencias de la Salud estuvo marcado por la flauta, el piano y las voces femeninas.

A falta de minutos para que dieran las 19.00 se presentan el decano, Agustín Castañeyra, y el Vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la Institución académica, Francisco García, en la gran mesa central. La solemnidad se apoderó del momento con un discurso elogiador en el que reconocieron la labor de estudiantes y profesores como Francisco Valladares, impulsor de la primera edición, que logran que cada año este evento se vuelvan a celebrar.

La formalidad hizo aguas cuando los presentadores María Alcóver y José Carlos Bello salieron al frente. Ambos se encargaron de ilustrarnos con curiosidades musicales en cada pausa para amenizar un poco los descansos. Hasta que sucedió. De repente, se atenuaron las luces. Una delicada chica de cabellos rizados estaba sentada frente al gran piano de cola instalado en la plataforma. Valentina Lorenzo desprendía una sensibilidad sorprendente, sobre todo porque estaba tocando una Oda a la bacteria que habita en mis pulmones. ¡En serio! Le estaba dedicando una canción compuesta por ella misma a esos minúsculos organismos que la enfermaron semanas atrás.

La joven se atrevió a compartir un pedazo de ella con nosotros y la recibimos con la boca abierta. Pronto, las flautas traveseras de Cristina Guillén y Marcos Medina la acompañaron a ritmo de Andante e Rondo, op.25 de François Doppler. La melodía simpática del trío cedió el protagonismo a ritmos más españoles de la mano del dúo Adexe, compuesto por Adela Machín y Jesús Delgado, voz y guitarra, respectivamente.

Voz, flauta, violín


Los destellos metálicos de la flauta travesera volvieron a brillar con el solo de Marcos Medina, que ofreció la Sonata para flauta sola en La menor. Poco adagio de Carl Phillip Emanuel Bach. El negro intenso de su traje lo sustituyó un conjunto azul cielo que conquistó la sala con su voz. Era Lara González cantando idontwannbeyouanymore de Billie Eilish. Cuando esta abandona el tablado, aparece un joven algo maltrecho de la pierna. Después de una lucha con sus muletas, Miguel Ángel Torres se acomoda en el sillín para deleitarnos con Slava Makovsky: Black Cats, una obra original para violín del compositor ruso Aleksey Aygi. Parecía que los dedos del joven acariciaban las teclas al compás de la melancólica pieza. Por último, el dúo de Andrea Herrera y Alejandro Cigala volvieron a traer a la tarima letras españolas actuales.

Aun así, la actuación estelar de la noche fue, sin duda, la de la Muy Ilustre, Nocturna, Decana y Andariega Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna, pues consiguió que los asistentes palmearan al son de canciones famosas como Farola de Santa Cruz o Española. Los dicharacheros estudiantes arrancaron aplausos, vítores y sonrisas de oreja a oreja entre todos nosotros. Al despedirse, dejaron un buen sabor de boca que marcaron esta experiencia inolvidable.

Los jóvenes arrasan


La ilusión apareció de lleno en el segundo día. Esta vez el blanco anodino de las paredes resultó amigable pero de nuevo la música guiaba los pasos. Esta vez la sala estaba repleta, apenas había butacas vacías. El programa dejaba entrever que esta vez lo clásico quedaba en segundo plano para dar paso a ritmos más modernos. Sin embargo, ambos estuvieron compensados.

Las notas de la flauta de Ana Zárate silenciaron los murmullos del público expectante. Su forma de tocar nos cautivó a los presentes cual flautista de Hamelín. Amanda y su timbre agudo deshicieron el hechizo de Ana y nos devolvió a los 2000 con Cry me a river  de Justin Timberlake y Stay de Rihanna. Su actuación dio paso a Enrique González, que nos sorprendió con su virtuosidad al piano interpretando Impromptu Nº3 en Sol B M (D.899 – Op. 90) de Franz Schubert, aunque la rigurosidad de la obra se partió en mil pedazos con el cuarteto compuesto por Carolina Rodríguez González, Sara Rodríguez Marrero, Lorenzo Rodríguez Ramos y Francisco Sánchez Cabrera, que llenaron de júbilo la cámara con Don’t stop belivin’ de Journey.

A continuación, un mozo desenfadado trepó por el taburete con su guitarra bajo el brazo. Alejandro Santana se instaló en nuestros corazones con sus creaciones Para dormir, De mis 20 y No lo sabes. Su voz desgarradora y su arte para rozar las cuerdas de su instrumento predilecto nos hizo navegar por los tonos de su registro, envolviéndonos en unas vibraciones que retumbaban por la sala hasta llegar con suavidad a nuestros tímpanos.

El trío de Saray Mena, Alexander Poncela y Gerardo Reboso le sacó virutas al violín, violonchelo y piano para tocar Preludio de Shostakovich.  Poco después, Cristina Guillén arrasó con la brillante entonación de Shallow de Lady Gaga, para luego repetir su aparición junto a Alicia López y Cristian Expósito con Human de Christina Perri. Le siguieron las manos de David Nicolás en el piano con Preludio op. 28, nº 15, en Re bemol Mayor y Scherzo nº2, op. 31, en Si bemol menor, ambas obras de Frédéric Chopin. El rock también tuvo hueco en estas Jornadas y las guitarras eléctricas hicieron su particular aparición estelar a cargo de Daniel Márquez y Pablo Montenegro.

Mueve el citoesqueleto


Summertime Sadness de Lana del Rey nos devolvió al clima nostálgico con la delicada voz de Verónica García y la asombrosa guitarra de Marina González. Esta cita con la música la clausuró el coro Mueve el Citoesqueleto, compuesto por estudiantes de la Facultad que cantaron Bottom of the river y This is me. Aunque una última sorpresa se encontraba fuera de la sala, pues la Coral Camerata Lacunensis de la Universidad de La Laguna estaba esperándonos en los altillos de la escaleras del edificio para deleitarnos con sus letras sacras.

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La Tuna de Medicina de la ULL, segundo puesto en el Certamen de Mojácar https://periodismopre.ull.es/la-tuna-de-medicina-de-la-ull-segundo-puesto-en-el-certamen-de-mojacar/ Mon, 16 Apr 2018 19:00:39 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=61903 La Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna ha triunfado en el VIII Encuentro Mundial de Tunas, consiguiendo los títulos de Segunda Mejor Tuna y Mejor Pandereta. En esta ocasión, la organizadora fue la agrupación de Ciencias de la Universidad de Granada, por lo que la celebración tuvo lugar en Mojácar, Almería. Desde el pasado viernes 13 hasta el domingo 15 de abril, un total de 17 asociaciones musicales se dieron cita para poner a prueba sus creaciones.

Alejandro Lemus, miembro de la tuna de futuros médicos laguneros, recuerda que “en la mañana del sábado actuamos en la repesca y nos clasificamos para la final, que era por la tarde”. Fueron muchas intervenciones en muy poco tiempo, “pero siempre con la mayor ilusión y ganas”. Sin embargo, detrás de estos resultados se esconden muchos meses de trabajo: “Llevamos ensayando para este certamen desde que acabaron los exámenes de enero, aunque gran parte de nuestro repertorio actual lo tenemos trabajado desde hace un año”. Además, destaca que ensayan dos veces por semana en el local de la facultad y, aparte, intervienen en otras salidas que puedan surgir durante el mes.

“Ganar estos premios es una alegría para nosotros y una demostración de que trabajando, se consiguen los objetivos”, recalca Lemus. La formación constante ha sido crucial para poder competir desde que, en el año 2012, la tuna resurgió y se afianzó para poder llevar sus composiciones por diversos escenarios. El componente del grupo asegura que “muchos de los encuentros requieren de una invitación y las tunas organizadoras siempre buscan aquellas que tengan cierto nivel musical”.

Este no es el primer reconocimiento que la tuna recibe en el presente curso académico, pues en noviembre de 2017 se alzó con el primer puesto en el Certamen de Tunas de Setúbal en Portugal.

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