Además de sus voces y el ritmo, se equiparon de guitarra, teclado, piano, cajón y bajo. Inauguraron la noche con el tema «Contigo», el cual está incluido en el Tributo a Sabina en el que participó Sanz junto a 37 artistas más. Pese a fallar el audio al principio o los avisos del propio compositor respecto a la falta de ensayos, nada de eso impidió contagiar a los espectadores. Es así como lograron transmitir su ánimo a las más de 150 000 personas que se conectaron.

«Conviene mirarnos hacia dentro y reflexionar acerca de la sociedad que tenemos. Pero bueno, aquí estamos y el trato es el trato«, dijo Alejandro Sanz. Su voz fue la máxima protagonista, captando toda la atención. Con una señal, el bajo comenzó a sonar mientras los decibelios y las emociones iban subiendo. Con aire íntimo y un desgarrador lamento, se quitó las gafas y finalizó con un brindis mirando hacia la cámara.

Una iniciativa para concienciar

Como no podía faltar, recordaron la importancia de quedarse en casa ante el estado de alerta. Pidieron responsabilidad, señalando que no se tratan de unas vacaciones. Asimismo, destacaron el deber de seguir las recomendaciones ofrecidas por las autoridades sanitarias. Juan Esteban, a su vez, señaló como los jóvenes debían proteger a los grupos más vulnerables evitando el contacto con los mayores.

Durante una hora se sucedieron bromas y éxitos como Mi persona favorita, en esta ocasión una versión más cambiada en la que por breves momentos tuvo más protagonismo la parte instrumental. De igual modo, se pudo disfrutar de clásicos de Juanes como A Dios le pido o La Camisa Negra. El compás de los temas se pegó a la audiencia con rapidez.

La abuela del 84

A medida que el tiempo avanzó aumentó el número de papeles en el suelo. El recital,  más casero de lo habitual, no perdía la profesionalidad ni la vitalidad. El intérprete llegó a mostrar la primera guitarra que pagó con la paga que le daba su padre, con el que comparte profesión.

Y llegó Corazón partío, segundo sencillo de Alejandro Sanz que produjo él mismo. La coordinación de instrumentos y cantantes regaló una increíble balada.  El tema de Juan Luis Guerra Quisiera ser un pez puso fin al concierto.

Alejandro Sanz, Juanes y el resto de participantes compartieron grandes melodías, inspiración y letras profundas. Pero sobre todo música y esperanza.

Nacido en Buenos Aires, Valadá inicia a los nueve años sus estudios musicales, aprendiendo a tocar la guitarra. Más tarde, a través de su hermano descubre el bajo y a los 17 años comienza su carrera profesional con la banda Madre Atómica. Uno de sus mayores éxitos en su carrera como músico llegó en 2004 cuando grabó con el cantante estadounidense Marc Anthony el álbum Amar Sin Mentiras, ganador del Grammy al mejor álbum latino ese mismo año.

Además, en la misma época editó su disco en solitario llamado Bajopiel, con la participación de los más importantes intérpretes de Argentina entre los que destacan Juan Carlos «Mono» Fontana, Lito Epumer, Jota Morelli y Fito Paez. Dicho álbum fue nominado para los premios Carlos Gardel, en la categoría Mejor Album de Jazz.