Gabriel Cruz – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Sun, 09 Jun 2024 09:39:37 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Gabriel Cruz – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 Cuestión de ética https://periodismopre.ull.es/cuestion-de-etica/ Sun, 09 Jun 2024 06:58:26 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=295170 El caso Asunta, El cuerpo en llamas o Baraja: La firma del asesino son tan solo una pequeña cantidad de audiovisuales que componen el true crime, un género que ha conquistado de forma espeluznante el interés del público en los últimos años. Libros, documentales, pódcasts y series de televisión. La fascinación por los crímenes reales, especialmente los más oscuros y perturbadores, parece incontrolable. Sin embargo, esta nueva obsesión hace que me plantee algunas preguntas: ¿hasta dónde es demasiado en la narración de estos relatos? ¿Es posible cruzar la línea de la ética al buscar entretenimiento en el sufrimiento ajeno?

La naturaleza humana tiende a sentirse atraída por el horror de lo extraordinario, sobre todo cuando se trata de casos que desafían nuestro entendimiento. A esto se debe el éxito del género: satisface esa curiosidad por lo desconocido y permite que exploremos el lado oscuro de la humanidad desde una posición segura. Con historias de detectives que resuelven sucesos imposibles y víctimas que finalmente encuentran paz, la audiencia experimenta alivio y una sensación de que se hace justicia. Pero esto puede convertirse en una forma de beneficio si no se manejan con cuidado los límites del dolor y la ética.

Y es que uno de los principales problemas del true crime es la tendencia a convertir el daño en espectáculo. Las historias de víctimas reales y sus familias se exponen a la opinión pública, a menudo sin su consentimiento. La recreación de escenas violentas y la exposición detallada de los crímenes pueden reabrir heridas y prolongar el trauma. Además, la dramatización excesiva y la búsqueda de sensacionalismo pueden distorsionar la realidad, presentando versiones que, aunque basadas en hechos reales, no siempre reflejan la complejidad de los eventos.

Por estas razones Patricia Ramírez, madre del pequeño Gabriel Cruz, conocido como El Pescaíto, víctima de la que era por entonces la novia de su padre, Ana Julia Quezada, se niega a que hagan del asesinato de su hijo un escándalo y de esta manera que la productora saque beneficios de su muerte. Esta denunció el pasado mes de mayo que Quezada estuvo grabando un documental sobre el caso desde la cárcel en la que se encuentra. Una fuente directa le comentó que funcionarios de prisiones le facilitaron un teléfono móvil, al igual que hicieron con el documental del crimen de la guardia urbana. Por lo que, la condenada habría podido comunicarse, grabar audios y vídeos.

«El ‘true crime’ tiene el potencial de ser más que una simple fuente de entretenimiento»

Esto lo está haciendo en contra de la familia del menor, y como afirma Ramirez: «Menoscabando su imagen y su memoria, haciéndonos aún más daño si cabe y obligándonos a exponernos públicamente de nuevo para detenerlo». Por ello, pide que se pare su rodaje. La ética es un componente fundamental a la hora de contar este tipo de historias. Las productoras tienen la responsabilidad de considerar el impacto de sus relatos en las víctimas y sus familias, así como en la sociedad en general. Obtener el consentimiento de todas las partes y tratar los temas con sensibilidad y respeto es muy importante, para de esta manera evitar la explotación del dolor ajeno por el simple beneficio comercial.

El true crime tiene el potencial de ser más que una simple fuente de entretenimiento. Puede servir para educar al público sobre cuestiones sociales, legales, psicológicas, crear conciencia sobre los sistemas de justicia y las deficiencias que existen, así como dar voz a las víctimas y sus familias. Estudiar dónde están y cuáles son los límites es necesario para garantizar que el género evolucione de manera ética y responsable. Es importante que creadores y consumidores sean conscientes de que no se puede convertir el sufrimiento humano en un espectáculo. No debe impulsar el morbo. Así, seguirá cautivando al público sin sacrificar la dignidad y el respeto hacia quienes cuentan sus vivencias. Porque cualquiera podríamos ser esas personas algún día.

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Carta blanca en las redes https://periodismopre.ull.es/carta-blanca-en-las-redes/ Sun, 18 Mar 2018 11:00:49 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=54211 La noticia del fallecimiento del pequeño Gabriel Cruz ha afectado a toda España. Desde hace dos semanas las redes se inundaron de «pececillos» en busca del niño, Twitter rebosaba fotos de personas levantando al aire dibujos de peces azules. Sin embargo, la historia acabó de la peor forma posible y todos nos vimos conmocionados. Asimismo, la presunta culpable es la pareja del padre de Gabriel, quien, por casualidad, es de origen dominicano.

En cuanto los medios se hicieron eco de la detención de Ana Julia Quezada, Internet ardió. Miles de comentarios llenaron las páginas, a cada cual más lleno de odio. Parece que este acontecimiento ha dado carta blanca a las personas para sacar comportamientos y actitudes racistas. «Negra», «inmigrante» o «mujer» son algunos de los términos que usan de manera despectiva para referirse a este individuo.

La propia madre de Gabriel hizo un llamamiento: “Están apareciendo muchos mensajes pidiendo muerte. Entiendo que sienten la misma rabia que yo, pero que lo usen para pedir bondad en el mundo”. Esas fueron las primeras declaraciones de Patricia Ramírez. ¿Cómo es posible que una de las principales afectadas busque que se acabe todo este odio?

Menos odio y más respeto


El asesino de Diana Quer era de La Coruña, el hombre que acabó con la vida de Mariluz tenía origen en Huelva y el de Marta del Castillo, en Sevilla. Los tres fueron casos de tremenda repercusión, pero en ningún momento se nombró su etnicidad o sexo. ¿Acaso las consecuencias de estos crímenes no fueron tan graves como las de Gabriel Cruz?

En las noticias sobre este asunto siempre se señala que Ana Julia era mujer, y de la República Dominicana. ¿Es necesario? No creo que sea una información tan relevante como para ponerla en los titulares. Con esto solo perpetuamos el odio y la xenofobia. Estamos separando más a un país que lo que necesita es unión y apoyo.

Las redes sociales rebosan de comentarios despectivos, y ya ni siquiera se refieren a la persona que cometió el crimen, sino a toda una raza. De nada vale defender la igualdad si no se aplica en todos los aspectos. Quizás deberíamos escuchar más a la madre de Gabriel y utilizar toda esta energía en transmitir un mensaje positivo. La pérdida del «pescaíto» nos ha dolido a todos, pero es nuestra responsabilidad saber cómo reaccionar.

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