Fernando Lahoz – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Sat, 29 Jun 2019 10:33:41 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Fernando Lahoz – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 No hay posibilidad de vivir sin rodearse de campos electromagnéticos https://periodismopre.ull.es/no-hay-posibilidad-de-vivir-sin-rodearse-de-campos-electromagneticos/ Thu, 27 Jun 2019 13:10:44 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=105977 La hipersensibilidad electromagnética o electrosensibilidad es un padecimiento que surge por la exposición a los campos electromágneticos como explica el Informe sobre Radiofrecuencias y Salud 2016 del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS). La Sociedad Española de Síndrome de Sensibilidad Central (SESSEC) indica que los síntomas de este trastorno pueden ser: «fatiga, alteraciones del sueño, dolores de cabeza, malestar, depresión, pérdida de memoria, alteraciones visuales, irritabilidad, alteraciones de la audición, erupciones cutáneas, palpitaciones, dificultades de movimiento y náuseas».

El profesor de Física de la Universidad de La Laguna Fernando Lahoz explica que los campos electromagnéticos son «una propiedad que tiene el espacio y hace que unas cargas eléctricas interaccionen con otras que están a distancia». Esa comunicación se produce en forma de onda y esta genera una radiación. Asimismo, se diferencian debido a su variación en el tiempo. Se clasifican en un rango enorme en el que pueden ser de muy baja hasta altísima frecuencia.

La radiación que emite el wifi, las señales para móvil o la telefonía móvil es mediante microondas. «El efecto principal que tiene de interaccionar con el cuerpo humano es el calentamiento», agrega el docente. Así señala que es reducido como para producir un efecto perjudicial en la salud al menos a corto plazo. A pesar de ello, «lo que se está estudiando es qué efecto puede tener ese pequeño calentamiento a muy largo plazo cuando uno está sometido a esa emisión durante muchos años», añade el físico.

Un 0.001 % de la gente podría estar sufriendo electrosensibilidad en grado severo


En la publicación de la organización SESSEC se menciona que «no hay registros oficiales y, por tanto, no hay información precisa sobre cuántas personas puedan estar padeciendo hipersensibilidad electromagnética». También se señala que un 0.001 % de la gente podría estar sufriendo electrosensibilidad en grado severo, según estimaciones de asociaciones de afectados.

Por otro lado, el informe de CCARS indica que «las personas que se declaran hipersensibles no son capaces de distinguir, en condiciones experimentales, si están expuestas o no a los campos electromagnéticos». Por tanto, este trastorno no es una enfermedad reconocida en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-OMS) que se encarga de elaborar la Organización Mundial de la Salud.

Según afirma el físico, «nuestro cuerpo está formado por átomos con carga eléctrica, al igual que la silla, el suéter hasta el aire que respiramos». Entonces, los campos electromagnéticos están en todas partes. Sin embargo, apunta que los enfermos pueden «apantallarse», es decir, vivir en una casa diseñada para que absorba toda la radiación de microondas y no deje que penetre en el interior. Para ello, habría que fabricar una jaula de Faraday, habitáculo de metal en el cual el campo electromagnético es nulo.

Sergio Hernández, asesor en Geobiología y técnico superior en Salud Ambiental, considera que para que aquellas personas afectadas por la hipersensibilidad puedan tener una casa «sana» es necesario observar varios parámetros. Entre estos estarían, además de la contaminación electromagnética, los compuestos orgánicos volátiles, sustancias químicas que contienen carbono, que son desprendidos por muebles o textiles y pueden llegar a ser nocivos. Incluso habría que tomar en consideración las radiaciones naturales, que serían las procedentes del espacio, de la propia Tierra o del cuerpo humano.

El asesor comenta que, para disminuir la emisión de baja frecuencia, originada por la electricidad de la vivienda, lo ideal sería intentar poseer el menor número posible de aparatos eléctricos conectados. Así, asevera: «Sobre todo en la zona de la cama procurar no tener nada enchufado que no esté debidamente apantallado, que cuente con algún material que frene la radiación, la disminuya o derive a tierra». El docente de la ULL también considera que lo mejor es desenchufar los electrodomésticos pero «no funcionarían ni la lavadora, ni el frigorífico ni el secador de pelo». Propone intentar no acercarlos al cuerpo.

«No hay demostración científica de que la exposición a la telefonía móvil produzca efectos dañinos»


Respecto al móvil, Hernández apunta que «sería una fuente de contaminación si lo tenemos en la habitación cargando durante toda la noche o incluso si está activado tenerlo cerca de la cabeza no es buena idea». Por el contrario, el profesor de Física subraya que no se ha probado que cargar el móvil en el dormitorio produzca ningún efecto dañino.

Aun así, explica que las microondas que generan estos dispositivos están en todo el espacio. Para reducirlas se tendrían que alejar de uno mismo. «Si lo tienes sujeto con la mano lo recomendable es no pegarlo a la oreja», sugiere Lohaz. Además, añade que «el efecto de las distancias en las radiaciones electromagnéticas es muy importante». De este modo, un par de centímetros de distancia evitan el «pequeño calentamiento» que se produce por el contacto físico.

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“Las aplicaciones biológicas tienen un futuro prometedor por el que apostar” https://periodismopre.ull.es/tanto-las-aplicaciones-biologicas-como-los-materiales-inorganicos-tienen-un-futuro-prometedor/ Wed, 04 Apr 2018 12:05:25 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=54391 Fernando Lahoz Zamarro es profesor del departamento de Física de la Universidad de la Laguna. Además, pertenece al Laboratorio de Espectroscopía Láser de la ULL, donde se llevan a cabo diferentes líneas de investigación. El físico habla sobre su trayectoria profesional desde que llegó a la isla de Tenerife en el año 2002 y señala algunos de los descubrimientos que han podido realizar en los últimos tiempos, como el fármaco con propiedad de emisión de luz.

Desarrolla su labor de investigación en el Laboratorio de Espectroscopía Láser del Departamento de Física. ¿Cuánto tiempo lleva trabajando en esta agrupación y por qué decidió unirse? “Llevo dieciséis años trabajando en este grupo, que es el tiempo que llevo en la isla de Tenerife. Yo nací en Zaragoza, estudié allí la carrera de Física, me doctoré en el Departamento de Física de la Materia Condensada y, luego, hice una estancia posdoctoral en un laboratorio francés en Toulouse dedicado a Ciencia de Materiales. Estuve trabajando un año en el Departamento de Física de la Universidad y como vi que no había posibilidad de continuar la carrera científica y docente, empecé a trabajar para la empresa Balay en el Departamento de Calidad. Después de un año y medio, me llamaron de la universidad de Zaragoza porque les habían llamado de la Universidad de la Laguna porque buscaban un profesor de física y con experiencia en láseres y en aplicaciones ópticas de materiales. Finalmente, conseguí una plaza de profesor en 2002”.

“Aplicar mis conocimientos de física óptica y láser a problemas de interés biológico”


Además, ya en la isla, ¿realizó un máster en Biotecnología? “Sí, una segunda pasión que tengo, además de la física, es la biología. Para mí siempre había sido un sueño aprender biología y, en la medida de lo posible, aplicar mis conocimientos de física óptica y láser a problemas de interés biológico. En 2010 empecé un máster de biotecnología que me resultó muy interesante y lo terminé en el 2012, porque lo compaginaba con las clases y la familia”.

¿En qué consiste el grupo de investigación Materiales y Dispositivos ópticos? “En este grupo estudiamos los materiales desde el punto de vista óptico e intentamos analizarlos para encontrar sus aplicaciones en dispositivos que tengan utilidad. A lo largo de los años, hemos trabajado con vidrios, cristales, semiconductores, etc. Pero a raíz del máster en biotecnología, hemos empezado a añadir materiales de tipo biológico y ahora estamos estudiando dispositivos ópticos que emplean células o incluso tejidos animales. Y también fármacos que tienen propiedades ópticas”.

¿Cuándo comenzó a trabajar en este grupo y cuánto tiempo lleva inmerso en él? “Se fue formando a lo largo de los años como fruto de colaboraciones con distintos investigadores y formalmente se constituyó el grupo en torno al 2008. Desde entonces llevo inmerso en él”.

¿Los alumnos universitarios participan de manera directa en este trabajo? “Si. Mayormente estudiantes de últimos cursos del grado de física y también de biología. A través del Trabajo de Fin de Grado, se introducen en temas de investigación. Incluso también alumnos de doctorado y máster”.

¿Colaboran personas externas a la universidad? “Un miembro del grupo es un investigador del Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla, con el que colaboramos muy activamente desde los últimos cinco años. Su trabajo se complementa muy bien con el nuestro y nos ha permitido desarrollar dispositivos con los que estamos estudiando, por ejemplo, el calentamiento inducido por láser en tejidos orgánicos que puede tener importantes aplicaciones en terapias que utilizan calentamiento láser para eliminar tumores. Además, hay un grupo de docentes de la universidad con los que colaboramos de forma activa y también algún que otro investigador de fuera”.

Fernando Lahoz Zamarro, en su despacho. Foto: Paula Peña

 Un fármaco con propiedades de emisión de luz


¿Qué aspectos relevantes se han podido descubrir a partir del estudio? “A parte del mencionado, otro aspecto interesante y en el que estamos trabajando en la actualidad es un fármaco que se ha modificado para que tenga propiedades de emisión de luz y que estamos estudiando para mejorar su eficiencia en el tratamiento de cáncer de mama. Este estudio lo hacemos en colaboración con profesores de biología y con químicos del CSIC”.

¿Realizan líneas de investigación con otras universidades nacionales o internacionales? “Sí, colaboro con la Universidad de Madeira y de Azores en estas líneas de investigación. Son universidades de nuestro entorno cercano, que me han permitido aprender muchas cosas interesantes. Todas las colaboraciones con otros investigadores de otras universidades y también con los profesores de la propia institución son muy enriquecedoras, aprendes mucho de otras personas que son expertas en su campo”.

“Mi mayor reconocimiento es poder seguir estudiando las cosas que me gustan”


Usted ha realizado numerosos proyectos que han dado lugar a más de 50 publicaciones en los últimos 10 años, ¿ha recibido algún reconocimiento por alguno de ellos? “Mi mayor reconocimiento es poder seguir ejerciendo mi trabajo, y poder seguir estudiando las cosas que me parecen interesantes. A nivel más académico, el mayor reconocimiento es cuando algún otro investigador cita mis trabajos. Otros investigadores utilizan mis estudios para desarrollar los suyos propios, de esa manera considero que contribuyo al avance de la ciencia”.

En un futuro próximo, ¿qué líneas de investigación pretende incluir en el laboratorio? “Me gustaría continuar desarrollando las líneas en las que estoy trabajando en la actualidad, que me apasionan y que creo que todas ellas, tanto las aplicaciones biológicas como los materiales inorgánicos, tienen un futuro muy prometedor y que merece la pena seguir apostando por estudiarlas”.

 

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