Desde ACE aseguran que no se han puesto en contacto para llegar a una solución beneficiosa para ambos colectivos. ¿Le consta que es así? «La Comisión de Estatutos abordará este asunto en la próxima reunión y se decidirá algo buscando puntos de concordia.  ACE quiere las tres convocatorias y el profesorado, dos».

¿Cree posible que la convocatoria de Junio se realice de forma presencial? «Estamos deseando volver a la presencialidad, pero esto dependerá de la situación de la pandemia. En la ULL siempre ponemos la salud en primer lugar. Realizar los exámenes presenciales conlleva problemas sanitarios y de infraestructura».

«La enseñanza telemática puede afectar de manera negativa al estudiantado»

¿Cree que la enseñanza telemática supone un hándicap para la formación del alumnado? «Esta situación nos está ayudando a evolucionar y cambiar los sistemas de enseñanza y evaluación. Por otro lado, hemos perdido el contacto directo y espero que lo recuperemos. El estudiantado también está cambiando con respecto a la presencialidad. Lo que falta ahora mismo es la capacidad de participación».

¿Puede afectar a una posible adicción a las redes? «Sí, puede afectar de forma negativa. Las personas jóvenes, sobre todo,  pasan una gran cantidad de horas con los móviles y ordenadores. Ahora todo ha cambiado. Nuestro alumnado debe estar cinco horas diarias en el ordenador siguiendo las clases y luego, por la tarde, vuelve a recurrir al ordenador. Esto me preocupa».

«En las universidades españolas debemos cambiar de mentalidad»

Según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Excelencia Académica (SEDEA) un 84 % del alumnado piensa que la pandemia afectará de forma negativa a su empleabilidad. ¿Es tan grave como parece? «Creo que no porque, más allá de la pandemia, en la ULL hemos hecho un esfuerzo importante para que nuestra comunidad mantenga calidad y excelencia. Además, la sociedad sigue demandando personal. Desde las universidades tenemos la responsabilidad de mandar al estudiantado bien preparado».

¿Cómo valora el hecho de que hoy en día parte del talento saliente de las universidades españolas tenga que buscar empleo en el extranjero? «Me parece fatal. En las universidades españolas debemos cambiar de mentalidad. Invertimos muchos recursos económicos, personales e intelectuales en el alumnado, desde Primaria hasta el fin de sus estudios y, de repente,  se ve con la obligación de irse».

¿Qué diferencias encuentra entre la Universidad en la que se formó y la actual? «Hace 42 años entré a la ULL y desde entonces, he pasado mis mejores años aquí. Ahora, la Universidad ha cambiado de forma radical. Creo que cuando me vaya, dejaré una mucho mejor».

De Zárate siempre se había considerado una persona imaginativa. Además, desde pequeña había pasado el rato jugando con las palabras, escribiendo siempre que podía. Todo esto hizo que se decantara por este grado, en el que se sentía libre. «Periodismo siempre se acercó mucho a mi personalidad, a mi forma de ser y a mi forma de escribir», afirma.

La creatividad era su punto fuerte. En segundo año se enamoró de la publicidad y poco más tarde consiguió su primer trabajo como redactora creativa. Esto le permitió enfocarse en esta disciplina: «Desde entonces, mis planes estuvieron bastante ligados, en todo momento, con ese mundo».

«La lengua, especialmente, es lo que me ha cambiado los planes»

Tras terminar la universidad, hablaba continuamente con sus amigos sobre su futuro. Un día, en medio de una de estas conversaciones descubrió las Becas África: Una oportunidad para realizar prácticas en algún país de la costa occidental del continente. «Me llamó la atención y comencé a informarme. En pocos meses estaba viajando a Cabo Verde», cuenta. Se trata de una propuesta puesta en marcha por el Cabildo de Tenerife y la Fundación Canaria Insular para la Formación, el Empleo y el Desarrollo Empresarial (Fifede) cuyo objetivo es «promover la internacionalización de Tenerife y mejorar la empleabilidad de jóvenes recién titulados».

Su primer reto fue llegar a un país donde nadie hablaba su idioma. Además, tenía que llevar a cabo sus prácticas como redactora creativa en la agencia Lima Limão Advertising. Por eso tuvo que aprender portugués a un ritmo acelerado, por pura necesidad. La experiencia en esta empresa también le hizo profundizar a nivel profesional. «El haberme enfrentado a un lugar tan diferente también hizo que perdiera el miedo a salir del país o de mi zona de confort», asegura.

Esta mudanza tan repentina le demostró que gozaba de una versatilidad mayor de la que creía: «El hecho de que haya sido todo tan rápido e inesperado, hace que me sienta muy orgullosa por la forma de adaptarme a este cambio». Desde un primer momento, tanto ella como sus compañeros se mezclaron con la población local. Incluso fueron invitados a participar en un desfile del carnaval caboverdiano. De hecho, le parece increíble «lo que puede aprender una persona en cinco meses sobre la cultura y las costumbres de un país».

«Estas prácticas son una experiencia enriquecedora en todos los sentidos, me enseñaron muchísimo»

Tras esta aventura, volvía de Cabo Verde una Elvira nueva. Como ella misma relata: «Emocionalmente, son cambios muy bruscos respecto al cambio de país, de continente e, innegablemente, de forma de vida». Por todo esto, también le surgieron nuevos caminos para el futuro: «Ahora mismo me encantaría mudarme a Portugal, cosa que nunca habría imaginado antes de comenzar esta experiencia». Su principal fin es aprender bien el idioma durante, al menos, un año. «La lengua, especialmente, es lo que me ha cambiado los planes», asegura. A pesar de esto, no descarta que su vida de otro giro inesperado y encuentre allí el trabajo de sus sueños.

Esta joven periodista se muestra como un ejemplo de que hay alternativas más allá de las opciones tradicionales. «Recomendaría esta experiencia mil veces, para quien sea y desde que acabe sus estudios. Es enriquecedora en todos los sentidos, me enseñó muchísimo», sugiere entusiasmada. Tiene su vivencia como aval: «He estado muy a gusto en todos los pasos que he dado y estoy muy contenta por el camino por el que he decidido ir».