Las inmediaciones del Palmetum estuvieron abarrotadas hasta la apertura de puertas a las 19.30 horas para el público general y media hora antes para quienes adquirieron las entradas VIP. Nada más anunciarse el visto bueno para entrar, la locura se apoderó de los fans, que acudieron corriendo para canjear sus entradas y poder colocarse lo más cerca posible a su ídolo. Aunque no se haya disfrutado de un telonero, la hora previa a la salida de Eladio al escenario se dedicó a que todo el mundo entrara plácidamente y disfrutara de los servicios de consumición o de merchandising del álbum, con música para ir calentando motores.

«Estoy contento de hacer mi primer show aquí»

El reloj marcaba las 21.21 horas cuando llegó el momento más esperado. Eladio Carrión entró por todo lo alto con Kemba Walker, el hit con el que se elevó en el panorama musical latino. Con esta carta de presentación, se inició una dinámica de trapeo y maleanteo que hizo que el público comenzase a enloquecer y saltar al son  de sus temas más duros. En medio del éxtasis de tal puesta en escena, el vocalista hizo honor de su característico humor haciendo sonar la canción paródica que fue viral en las redes sociales, arrancando las carcajadas de todo el público. Como ya es costumbre en sus actuaciones, Eladio Carrión inundó de buena vibra y alegría a su audiencia regalando una experiencia única que no es muy habitual en este género musical.

Eladio cerró la dinámica trapera para mostrarnos su lado más personal con su nuevo álbum dedicado a su madre, que da nombre a la gira. El trapero dedicó un pequeño espacio del show con un emotivo video y discurso para ella, recalcando que «el amor de una madre es lo más puro e incondicional». Así, dejó la emoción latente y la flor de piel a cada una de las personas presentes. Con mucho sentimiento, el vocalista comenzó a cantar invadiendo el escenario de un aura nostálgica que poseyó al público, que bailó y gastó hasta el último aliento al son de los sentimientos más puros de su ídolo.

«Me quedo cantando hasta que me echen»

El puertorriqueño disfrutó cada instante del show como si fuese el último, interactuando con todo el público y haciéndoles sentir parte de una gran familia durante estas 2 horas. Si algo caracteriza a Eladio Carrión es la enorme dedicación que le da a sus fans y por lo que es tan querido. El artista, siendo consciente de la posibilidad de desmayos característicos de este tipo de conciertos, colaboró activamente en facilitar la evacuación de las personas desmayadas, parando de cantar y repitiendo canciones si hacía falta.

«Pueden llorar un poquito, pero solo un poquito»

Así fue como Eladio nos preparó psicológicamente para lo que se venía. Como siempre, tocó adentrarse en el pasado más oscuro del cantante, un pasado que por momentos fue notorio  que le sigue afectando. Con mucha reminiscencia el artista contagió sus tristes sentimientos, abriendo la caja de pandora de cada una de las personas que alguna vez sintieron ese desamor que tanto marca. Una cicatriz que durante unas pocas canciones se reabre uniendo al público para acompañar al puertorriqueño en cada palabra de cada tema.

La mejor forma de volver a cicatrizar la herida fue cerrar el concierto con sus canciones más icónicas.  El artista prohibió a todos sacar el móvil en el instante que cantó Mbappé. Solamente, él, la música y su público. Una vibra única y excitante que hizo temblar el suelo de la ciudad capitalina. «Así es como de goza de un concierto», gritó a los cuatro vientos el cantante viendo al público en ebullición. Con lo que sus fans contestaron cantando a pleno pulmón «chicharreros de corazón». Dos horas después del comienzo llegó el momento más triste y a su vez más eufórico. Eladio, después de 35 canciones, deleitó con una más para acabar la noche con un broche de oro, su sesion music de Bizarrap. Los efectos visuales y las explosiones de confetis certificaron el final de una noche inolvidable para sus fans de Canarias.

No será el único concierto que realizará en España. Ofrecerá un total de once shows que comenzaron ayer, 17 de mayo, en Arucas, Gran Canaria. Esta gira pasará por Barcelona (23 mayo), Madrid, Murcia (30 mayo), Valencia (31 mayo), Málaga (1 junio), Sevilla (2 junio), A Coruña (6 junio), Bilbao (7 junio) y Zaragoza (8 junio).

Su último álbum, Sol María, está compuesto de 17 canciones en los que se incluyen algunas colaboraciones con grandes artistas como Rauw Alejandro, Duki, Yandel o Milo J. El disco está dedicado a su madre, y ofrece temas de reggae, de R&B, de trap y de otros ritmos urbanos.

La primera jornada del festival comenzó el viernes a las 15.30 horas con las actuaciones de Jesse Chacón, Taichu, Blvck Seal y Lyanno. Una de las sorpresas del día fue Quevedo, quien actuó junto a varios artistas para sorprender al público presente. A continuación, le llegó el turno a Ptazeta que hizo vibrar con sus éxitos como Mami, Trakatá y Mujerón, esta última acompañada de Villano Antillano en el escenario. Eladio Carrión y Mora fueron los siguientes artistas que actuaron en las plataformas del Boombastic, continuando con Duki, al que la audiencia le cantó «cumpleaños feliz» cuando el reloj marcó las doce de la noche. Después se le dio paso a Bizarrap quien, sin duda, fue uno de los platos fuertes de la noche.

Durante más de una hora, el productor enloqueció al público con sus éxitos mundiales en un show con muchas sorpresas y variaciones en algunas de sus music sessions. El argentino finalizó su espectáculo arropado en una bandera canaria y agradeciendo la energía a la Isla, mientras el público disfrutaba con la sesión de Quevedo.

El sábado llegó el turno de Emilia, Don Patricio, Villano Antillano, Saiko y Tokischa. Bad Gyal fue la encargada de cerrar el festival con un espectáculo en el que, acompañada de sus bailarines, hizo que el público rugiera y disfrutara con éxitos como Fiebre, Chulo o Flow 2000.

Texto: Yoel Peña // Vídeo: Nieves Santana