Desirée Barrios – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Fri, 17 May 2019 07:32:21 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Desirée Barrios – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 «Nos importa el contenido de la música, no solo el ritmo que pueda tener» https://periodismopre.ull.es/nos-importa-el-contenido-de-la-musica-no-solo-el-ritmo-que-pueda-tener/ Thu, 16 May 2019 13:20:04 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=101017 Sorprenden al espectador interpretando canciones de todos los géneros. Desirée Barrios y Mike Ji conforman el grupo de versiones The Last Potion. Ella compagina la música con su trabajo de piercer y sus estudios de administración y finanzas y él, con su trabajo de fisioterapeuta. Uno de sus principales objetivos es conectar con el público y hacerlos disfrutar mientras los escuchan. Tocando desde las Spice Girls hasta Red Hot Chili Peppers este grupo lleva la música hasta un plano diferente a lo que estamos acostumbrados a oír.

¿Cómo definirían su estilo? ¿Pertenece a un género en concreto o es variado? Mike Ji: «Nosotros básicamente tocamos los que nos gusta. Nos hemos dedicado a interpretar versiones pero cogiendo de donde la gente no va a rebuscar. Por ejemplo, en la Gala de Invisibles, lo primero que tocamos fue Say you’ll be there de las Spice Girls. Nadie se imagina que a una canción de pop comercial se le pueda dar una versión más cañera».

Desirée Barrios: «Y más género nuestro, es decir, traemos un poco de todo y procuramos llevarlo a nuestro terreno aunque sean estilos completamente diferentes. Siempre le intentamos dar un plano más alternativo. Aunque nos dedicamos a eso, a tocar canciones de otros artistas, también estamos componiendo nuestros propios temas».

Conexión desde el minuto uno


¿Cómo se forma el grupo? DB: «Es muy gracioso porque nos conocimos gracias a mi madre. Ella se rompió el dedo en el trabajo y él era su fisioterapeuta. Mi madre no paraba de decirme que tenía que conocerlo y a él le decía lo mismo de mí y le enseñaba vídeos míos cantando».

MJ: «Después de eso, yo la empecé a seguir en Facebook. Desde hace muchos años tenía la espinita clavada de hacer un grupo con una voz femenina. Entonces vi ahí mi oportunidad. Coincidimos por primera vez en la consulta y congeniamos tan bien que decidimos quedar otro día para tocar».

DB: «Al final quedamos y estábamos los dos muy tímidos. Empezamos a tocar y ese mismo día sacamos como 6 canciones como si lleváramos tocando juntos toda la vida. Y al par de días ya estábamos en un micro abierto, sin nombre».

«Escuchamos desde la clásica hasta el reggae«


Hablando del nombre, ¿por qué decidieron llamarse The Last Potion? MJ: «Nosotros empezamos a tocar en público en micros abiertos. Uno de ellos fue en El Correillo de La Palma. Cuando quedamos esa tarde para ir a la actuación, ella venía mala de la garganta. Entonces en casa le hice una ‘poción’ para que se recuperara. Al llegar al barco nos preguntaron el nombre del grupo y no teníamos. Nos salió de dentro decir pociones por la anécdota que nos acababa de pasar».

DB: «En ese micro nos tocó salir los últimos y eso ya nos había pasado en otro sitios, que siempre somos los últimos. Nos toca actuar siempre a las 3 de la mañana cuando todo el mundo se está yendo. Entonces de ahí nació el nombre, la mezcla entre que siempre somos los últimos y el tema de la poción. Dijimos venga, en inglés queda mejor y surgió The Last Potion».

¿Tienen alguna influencia o grupo favorito? DB: «Muchísimas, miro mis listas y cada día escucho un estilo diferente. Desde Aretha Franklin hasta Johnny Cash pasando por las sonatas de Beethoven. Escucho mucho también Red Hot Chili Peppers, Florence and the Machine, Paramore…».

MJ: «Suena muy típico pero escuchamos desde la clásica hasta el reggae. Creo que mi primera influencia rockera fueron Europe. De pequeño me gustaban muchísimo los Hombres G. Pero si influencias pues Guns N’ Roses, Nirvana, Pink Floyd, Alter Bridge, Halestorm…».

«Hay que conocerse y ver a dónde puedes llegar»


¿Aprendieron en alguna escuela o conservatorio o son autodidactas? DB: «Un año me metí en piano y no lo acabé. La profesora me cogía las manos para tocar ella conmigo y por eso me fui. Yo no quiero reproducir algo, quiero saber interpretarlo y así no lo iba a aprender. A clase de canto fui un año también y me pasó lo mismo, la profesora me dijo que no me podía ayudar con lo que yo quería aprender que solo me podía enseñar ópera o lírico. Yo lo que quería era naturalidad, potencia y rango. Así que sí, autodidacta».

MJ: «Mi formación es similar. Yo me empeñé en que quería tocar la guitarra y a los 15 años me compré una española. Busqué sitios para aprender y yendo a casa de un chico una hora a la semana fue como me eduqué en la guitarra. De resto es práctica y musculatura. Hay que conocerse y ver a dónde puedes llegar tanto con un instrumento como con la voz. Además también encontré profesores internacionales online que me ayudan muchísimo».

Comentaron antes que están escribiendo sus propias canciones, ¿tienen algún método en específico para componer? MJ: «Tenemos varios. Uno de ellos es al que denominamos nosotros como ‘el método de la pizza’. Nos vamos a comer una pizza y empezamos a hablar sobre qué queremos decir en nuestras letras. Elegimos un tema y  seleccionamos cosas que definan ese tema, que lo describan. Puede ir desde frases, fotos hasta dibujos, lo que sea».

DB: «Tenemos una conversación y nos vamos fijando detenidamente en lo que dice el otro y apuntando frases. Ponemos la idea, los conceptos y creamos una letra o una melodía que ponga en orden todo esto y que, además, transmita algo».

«Hay ciertos estilos que se amparan más que otros»


¿Qué tiene que tener una letra para que sea considerada como buena? DB: «Para mí lo esencial que tiene que tener una canción es sentimientos, sentimientos o situaciones que hayas vivido o con las que te sientas identificado de alguna forma. A mí para que me cuentes las noticias pongo la tele o leo el periódico. Para que me cuentes una historia tengo que sentir algo».

MJ: «Sí, exacto. Hay que tener la empatía y los sentimientos a flor de piel cuando se escriben unas letras. A nosotros nos importa el contenido de la música, no solo el ritmo que pueda tener».

¿Cómo se encuentra actualmente el panorama musical en Canarias? DB: «Por lo general, el rollo cantautor aquí es lo que más se suele apoyar. Chicos o chicas con su guitarra cantando. Esa gente tiene más posibilidades de encontrar sitios en los que tocar, de encontrar un hueco en el mercado porque pertenecen a ese género. Hay unos ciertos estilos que se amparan más que otros».

MJ: «Aquí ha cambiado un montón el panorama de la escena musical. La primera vez que yo toqué había muchos sitios que te permitían tocar para darte a conocer».

«Los empresarios son los que están dando espacio actualmente»


Y, aunque se apoye más a un estilo que a otro, ¿favorecen las Islas la música local? Es decir, ¿prestan algún tipo de ayuda a los grupos y cantantes? MJ: «Realmente se ha cortado un montón la escena y solo se han quedado los lugares para micros abiertos, acústicos o eventos específicos que se organizan con dinero».

DB: «Hay varios eventos del gobiernos y varios de empresarios particulares que son los que, ahora mismo, están apostando por gente para que se den a conocer. Sobre todo los que nos han abierto las puertas son los que se dedican a la poesía. Gracias a que ellos han hechos sus pequeñas cooperativas y sus pequeños grupos como Poetas en Rebeldía. A ellos les han dado esas oportunidades y ellos han abierto las puertas para que más gente nos unamos».

MJ: «Los empresarios son los que están dando espacio ahora mismo, los que tienen el poder de atraer a una clientela. Si quieres tocar en un sitio medianamente grande tienes que estar en el conservatorio y, además, conocer a gente».

 

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‘Antígona’ o la invitación a la revolución https://periodismopre.ull.es/antigona-o-la-invitacion-a-la-revolucion/ Mon, 04 Feb 2019 08:00:33 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=89191 En los minutos previos al arranque de la función, ayer domingo en el Paraninfo de la ULL, Ariadna Simó se pasea entre el patio de butacas. Se entretiene en una charla distendida con algunos de sus amigos. Lo deduzco por el afecto que se desprende de los gestos. Son, por orden de registro, una sonrisa tímida que le desea mucha mierda, un ligero apretón en el hombro y un abrazo rápido los que se suceden atropelladamente antes de que se apaguen las luces. Quizás Simó esconda algo (o mucho) de la propia protagonista de su obra. Porque Antígona es una mujer fuerte, valiente en su pequeña locura revolucionaria, arriesgada, fiel a sí misma y, en definitiva, libre.  

Por eso no me extraña el escupitajo que Simó expele al público desde el mismo arranque de su revisión feminista del clásico de Sófocles. Así, una base de rap irrumpe en el escenario nada más abrirse el telón, sustituyendo las túnicas del mundo clásico por una todopoderosa solista arropada por seis bailarinas de danza urbana. Pero la innovadora puesta en escena no es lo único llamativo. También el atrezo, junto al vestuario, resultan del todo desconcertantes. Los palés, los neumáticos desgastados, los pantalones de cuero, las melenas anaranjadas y los trajes galácticos (a lo El quinto elemento), desempeñan, todos ellos, la misma función: descontextualizar un discurso con plena vigencia histórica y ubicuidad geográfica. 

Compromiso social


Porque si algo caracteriza la nueva propuesta de Magua Producciones es, precisamente, el compromiso social. Eso y, por supuesto, un buen puñado de temas musicales de lo más bailables. De este modo, sobre las tablas se pasearon éxitos de todos los tiempo del calibre de No es serio este cementerio (Mecano), versiones en español de cantantes internacionales como Sia o Radiohead e incluso producciones propias, como Hijo de Creonte, de Ruymán Afonso (excelente en su papel de Hemón).

Música en directo, puños alzados y mujeres que luchan contra su destino enfrentándose a la oligarquía de hombres que las oprimen son los ingredientes con los que se basta la joven dramaturga tinerfeña en esta suerte de manifiesto feminista que combina diálogos fieles al original y preocupaciones de calado moral, además de social. Con todo, la Antígona que conocíamos hasta ahora se desmelena y se convierte en una hipérbole de su propia rebeldía en la que sobra espacio para algún que otro momento de humor y de interacción con el público en una historia cargada de tragedia no solo por el fatum que acecha a la protagonista y con el que juegan las moiras, sino por la verdad incómoda que representa.

La gata sobre el tejado patriarcal


Además de Antígona (Desirée Barrios) y Creonte (Carmelo González), brillaron con luz propia Edipo (Armi D.) y la voz principal del profético coro griego (Lucila Juliá). Sin embargo, fue Río Bassit, en el papel de Corifeo, la mano derecha del tiránico que rey que sentencia a una muerte indigna a Antígona por enterrar a su hermano en contra de su edicto, la que soportó todo el peso de la función. Ni siquiera los fallos técnicos del sonido lograron amedrentarla y supo hacer frente tanto a los ritmos de Gata Cattana (que, a modo de estructura circular, abría y cerraba la obra) como a los intensos parlamentos en los que reflexionaba sobre el papel de la mujer en la sociedad, el paso del tiempo o el miedo al cambio y lo diferente. Y, pese a sus dudosas intenciones desde un primer momento, termina por fumigar todo atisbo de maniqueísmo de una propuesta de por sí bastante politizada (hubo cabida para alguna que otra alusión a la extrema derecha en general y a Vox en particular).

Más allá del acabado escénico, Simó y su tropa (aprovecho aquí para suscribir la reivindicación de la figura del ayudante de dirección tan aplaudida este fin de semana en los Goya) han conseguido una proeza de proporciones epopéyicas: ejercer, a través del arte, el derecho básico de la justicia social. Frida Kahlo, Virginia Woolf, Juana de Arco y Simone de Beauvoir están de enhorabuena: Antígona, como los buenos personajes de ficción, pasará al imaginario feminista de buena parte del público gracias a una obra fresca, moderna y, ante todo, atemporal. “Somos dos mujeres, no podemos contrariar a los hombres”, sugería la pánfila de Ismene al comienzo de la obra. Que el Bella ciao de Río Bassit sirva de contesta a esa y a cualquier otra lacra social.

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Nuevas fechas para ‘Antígona’ en el Paraninfo de la ULL https://periodismopre.ull.es/nuevas-fechas-para-antigona/ Fri, 11 Jan 2019 13:00:29 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=88342 Tras su cancelación por enfermedad de su protagonista el pasado 29 de diciembre, la nueva e irreverente versión de Antígona ya tiene nueva fecha de estreno: será el domingo 3 de febrero, a las 19.30 horas. Las entradas al evento, que ya están disponibles, podrán ser adquiridas en taquilla o en la página web de TomaTicket y tendrán un precio de 10 euros. Según ha informado la propia compañía teatral, Desirée Barrios, que interpreta el personaje principal homónimo al título del libreto de Sófocles, ya se ha repuesto de su dolencia. Hasta minutos antes del comienzo de la función, cuando ya estaba todo prevista sobre el escenario y el público esperaba a las puertas del Paraninfo, la dirección de Magua Producciones decidió aplazar sine die el estreno.

La compañía no solo pronunció una disculpa pública a través de sus redes sociales, sino que convino, de forma conjunta con el Paraninfo de la ULL, en reembolsar el importe íntegro de la entrada. Después del éxito cosechado con La casa de Bernarda Malva, no obstante, no les será complicado volver a pisar con fuerza los escenarios con una propuesta escénica aún más arriesgada si cabe. Se trata de una versión actualizada de Antígona, el clásico de Sófocles. Bajo la dirección de la tinerfeña Ariadna Simó, graduada en Filosofía por la Universidad de La Laguna y doctarada en Dirección Escénica de Teatro Musical por el Trinity College, la Antígona que conoceremos dista mucho de la muchacha risueña con ínfulas de rebeldía que nos presentaba el maestro griego. En su lugar, la apuesta de Simó dibuja una protagonista atemporal en busca del hueco que se merece en el imaginario mítico feminista.

Un canto al feminismo


Son precisamente la innovación y la vuelta de tuerca los que conducirán una obra que circulará por derroteros lejanos del tradicional coro griego y sus máscaras inexpresivas. En esta ocasión, la música y el baile actuarán como el hilo conductor de una Antígona sublevada y desatada. Su actitud, entre desenfadada y luchadora, reaccionará ante las represiones impuestas por el sistema patriarcal de la Antigua Grecia. Pero más allá de una red opresora agazapada tras la masa, el personaje principal de la obra tendrá que enfrentarse al rey Creonte, su tío y suegro, que representa el férreo sistema de valores religiosos y éticos que prevalece en la sociedad helénica.

Además de Desirée Barrios, el elenco está encabezado por Melo González, Río Bassit, Ro Andrés, quienes interpretarán al rey Creonte, Corifeo (su mano derecha) y a Ismene, hermana de la protagonista. A ellos se le suman seis bailarinas, así como otros muchos personajes icónicos, desde las tres parcas hasta el cuervo negro que trae las oscuras nuevas que se ciernen sobre la ciudad de Tebas.

La tragedia de tragedias


En la mitología griega, Antígona es el nombre que recibe la hija ilegítima que resulta de la consumación de un matrimonio perverso: el que contrae Edipo con su madre, Yocasta. Por culpa de una maldición que les había proferido su padre, los hermanos varones de Antígona comenzaron una pugna por el trono de Tebas que concluiría años más tarde con un acuerdo que los obligaba a turnarse el mandato de la ciudad. Sin embargo, cuando uno de ellos incumple su parte del pacto, se reanuda la disputa hasta que ambos terminan muriendo.

Cuando Creonte, que les sucede como monarca, decide que el hermano que había tratado de restaurar la legitimidad del trato no es merecedor de recibir los ritos funerarios que le aseguraban el camino de su alma al Hades, Antígona trata por todos los medios de darle una digna sepultura. Pero antes de conseguirlo, tendrá que enfrentarse, entre otros muchos, a Ismene, su propia hermana. Una vez Creonte se entera del crimen que ha perpetrado su nuera, la condena a morir en una caverna sin recibir las exequias que también le había negado a su hermano. La protagonista, dueña de su destino, conviene en suicidarse. Le sigue Hemón, hijo de Creonte y prometido de Antígona y, finalmente, su madre. De este modo, Creonte e Ismene son los únicos personajes que quedan con vida, condenados a vivir para siempre con la culpa y el peso de la muerte ajena.

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