El protocolo ampara a todas y todos los estudiantes de la ULL, así como a su personal Docente e Investigador, de Administración y Servicios, becario, de la Fundación General de la ULL, o que preste sus servicios a la Universidad bajo la dependencia jurídica de terceros. El presunto caso de acoso puede ser denunciado, tanto por la víctima, como por cualquier otra persona o grupo de personas que tengan conocimiento del supuesto.

Se lleva a cabo a través de una denuncia escrita que debe presentarse en la Unidad de Igualdad de Género, dirigida a la OPRAS (Oficina de Prevención y Respuesta al Acoso Sexual y Acoso Sexista), la cual fue creada con esta finalidad. Este organismo, en un plazo de 5 días, decide si la acusación es pertinente, información que se pondrá a disposición de la víctima. En cuyo caso, la OPRAS ofrece pautas de actuación y prevención contra el riesgo de acoso o, en el caso de que ya sea manifiesto, iniciar la tramitación del proceso jurídico.

El procedimiento garantiza la discreción, intimidad y protección de la dignidad de las personas afectadas. A su vez, la Universidad se compromete a mantener informada a la presunta víctima en todo momento, tanto en lo referente a los pasos a seguir, como en el resultado final. En caso de que se manifieste algún tipo de acoso sexual o sexista, se tomarán las medidas pertinentes al caso. Estas incluyen, entre otras, la incoación del expediente disciplinario oportuno, la adopción de medidas cautelares, o la atención médica, psicológica y/o social de la víctima, ya sea por medios propios de la ULL, como externos.

El pasado mes de junio de 2017 la estudiante comenzó el proceso legal, tanto por la vía penal como por la académica, contra el que fue su profesor de la asignatura de Economía en el primer año de carrera (2016-2017). La denuncia se transmitió al Juzgado de Instrucción Número 1 de La Laguna.

En declaraciones a PERIODISMO ULL, el profesor argumenta que es el primer interesado en que se aclare todo y que se sepa la verdad. En este sentido, subraya que «están los mismos correos para demostrarlo, si se leen con cuidado, y no de oídas”. Además, expone que siempre ha tenido la mejor consideración académica y personal con la alumna y que nunca cree haberse comportado con ninguna incorrección: “Solo traté de ser buen profesor y aportarle en el ámbito universitario con correos que eran de los mismos temas que veíamos en las clases prácticas”.

Expresa también que “afortunadamente, el asunto se podrá dilucidar enteramente en la vía judicial, que es lo mejor, con todas las garantías legales. Vivimos en un Estado de derecho, no en un Estado de escrache, ni de linchamiento moral o gratuito, o mucho peor, de manipulación de la realidad y la verdad”.

La presunta víctima de acoso llevó el proceso por la instancia penal y por la académica

Por su parte, fuentes de la Universidad de La Laguna aseguraron hoy viernes a este diario que “este no es un caso nuevo, ya que el último suceso de este tipo tuvo lugar en marzo de este mismo año”. Según expresan, la presunta víctima de acoso llevó el proceso por la instancia penal y por la académica. “Una vez recibimos la denuncia se activó el Protocolo de Acoso Sexual y Sexista y se siguió el procedimiento que recoge el mismo”, aclaran. En los cinco días posteriores, se nombró a un perito que se encargó de hacer las indagaciones pertinentes.

En otoño de 2017 se presentó un informe en el que se expresa que hubo “actitudes compatibles con acoso” por parte del profesor a la alumna. En virtud de lo anterior, el Rectorado de la institución decidió abrir un expediente disciplinario al docente. Luego, en la fase de instrucción, hubo un giro de acontecimientos: se detectaron hechos que podían ser constitutivos de delito. En ese momento la ULL decidió paralizar el expediente y se puso en manos de la Fiscalía. Añaden que como se detuvo este procedimiento no se llegó a aplicar sanción. “En este caso concreto, no se ha tomado ninguna medida cautelar especial porque la estudiante ya ha cursado la asignatura con el profesor”, subrayan.

“Me chantajeó con que reconsideraría mi nota final”

Según declaraciones de Noelia Guerra a La Opinión de Tenerife, Del Río le enviaba “hasta ocho correos diarios” a través del correo institucional. “Me dijo que fuera una librería a recoger un libro que me había comprado, me citó en una cafetería y, como no le respondía, me chantajeó con que reconsideraría mi nota final”.

También expresó a este medio que el docente comenzó a enviarle mensajes el 19 de abril de 2017, después de que ella le mandara uno disculpándose por haber salido antes de una de sus clases. «Él se molestó porque algunos compañeros y yo nos fuimos antes de la práctica y habíamos interrumpido su lección. Yo me sentí mal y le pedí perdón por correo», una declaración que figura en el texto de la denuncia.

Después de 11 meses, tal y como ella afirma a La Opinión de Tenerife, no había recibido noticias del centro hasta ayer, justo después de advertir que iba a llevar el caso a los medios de comunicación. El Rectorado la citó para esta misma mañana con el fin de darle más información de la investigación.

El Colectivo Feminista La Furia también ha querido hablar y transportar todo su apoyo a la alumna y a las demás víctimas que han salido a la luz dentro del ámbito de la Universidad y que aún no han recibido una respuesta contundente y decisiva por parte de la institución: “No toleramos que se sigan produciendo este tipo de conductas y animamos a posibles víctimas a que denuncien para acabar con todas estas situaciones que no pertenecen a un fenómeno aislado”.

Diez denuncias tras la activación del Protocolo

Desde que se activó el Protocolo de Abusos Sexuales y Sexistas en 2015, se han registrado diez denuncias. Según la Universidad, hay variedad de casos: «Sin indicios de conductas incorrectas, con expediente disciplinario abierto y otros, como este, en el que al haber hechos que pueden ser constitutivos de delito se ha pasado a manos de la Fiscalía».

Las situaciones se han dado por parte del profesorado al alumnado, desde los estudiantes a los profesores, e incluso, casos entre profesionales. Todas estas denuncias se han llevado a través del Servicio de Inspección de la Universidad de La Laguna.

Redactores: Nayra Villanueva y Samuel López