Carlos Jiménez – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Sun, 23 Apr 2023 23:20:15 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Carlos Jiménez – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 Campustaje ULL: tu materia orgánica es vida, no basura https://periodismopre.ull.es/campustaje-ull-tu-materia-organica-es-vida-no-basura/ Mon, 24 Apr 2023 07:00:31 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=250987 Campustaje ULL es un proyecto de la Universidad de La Laguna que tiene el objetivo de gestionar la materia orgánica en los campus. Una de sus principales funciones es realizar una separación en origen, tal y como exige la nueva ley de residuos, evitando que miles de kilos se depositen en el vertedero de Arico. Para ello, existen distintos puntos donde las personas inscritas pueden aportar su materia. Algunos de ellos son el de la Facultad de Bellas Artes, Económicas o el situado frente al Aulario General de Guajara. El promotor de la iniciativa es Carlos Jiménez, profesor del departamento de Bellas Artes.

El proyecto persigue objetivos como la protección del medioambiente, creación de entornos de comunidad y trabajo colectivo, así como generar becas y trabajo local descentralizado en un futuro. Todo ello mientras se genera un producto (el abono), el cual se reparte durante jornadas entre las personas participantes, según haya sido su aportación. En cuanto a la reducción del impacto ambiental, Jiménez explica que «la materia orgánica compostada es carbono que no va a la atmósfera sino que se retiene ahí y sirve para cultivar, para enriquecer los suelos, que en Canarias están muy degradados». Constituye así una fábrica de suelo, generando lo que de manera natural tardaría de cien a mil años.

En la actualidad, el proyecto trasciende el ámbito universitario y ha constituido hasta dieciocho puntos en los municipios de La Laguna, Tegueste, Tacoronte y El Rosario. «En 2018 yo llevaba la Cátedra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible que montaron el Cabildo y la Universidad, y gracias a eso pudimos extrapolar la experiencia de Campustaje en la ULL a cuatro ayuntamientos en pruebas piloto», comentó el promotor. Bajo el lema «tu orgánica es vida, no basura», el equipo pretende seguir expandiéndose por más zonas de Tenerife.

«En la cafetería de Guajara se generan 150 kilos de materia orgánica a la semana, solo de café y naranja»


Cualquier persona interesada puede inscribirse a través de un formulario y se le facilitará un cubo y un kit de bolsas compostables para depositar los residuos orgánicos. Este se debe vaciar en el módulo de aportación de la zona en la que se haya inscrito, registrando el peso del contenido en un Excel colaborativo. Esto es útil para tener datos de cuántos kilos se gestionan durante una determinada cantidad de tiempo. «El año pasado, compostamos media tonelada solamente entre ocho docentes y más de 20 alumnos», explicó Jiménez. Las sobras de los bares son también una gran fuente, según comenta el profesor: «En la cafetería de Guajara se generan 150 kilos de materia orgánica a la semana, solo de café y naranja».

Las zonas habilitadas para el proyecto cuentan con tres módulos, donde se encuentra la materia en sus diferentes etapas: aportación, higienización y maduración. En el primero se vierte lo orgánico fresco, como restos de verduras, borras de café o cáscaras de huevo. Tras echar esto, se debe cubrir con su mismo volumen en materia seca, la cual es resto de poda y ramas de los jardines universitarios. En este módulo pasarán catorce días a una temperatura de 55ºC para garantizar la higienización, tal y como exige el Ministerio. De esta manera, se traspasa de un depósito a otro a medida que pasa el tiempo y las bacterias van actuando.

Según explica su promotor, las actividades de traspase de unos módulos a otros y el mantenimiento las están desarrollando voluntarios. No obstante, Campustaje ULL pretende generar puestos de trabajo para estas tareas, sumado a la revisión de los diferentes puntos de la Isla. Así se crearía un empleo circular al que pudieran aspirar los propios egresados universitarios. En este sentido, dos exalumnas del grado de Diseño fueron contratadas para crear las ilustraciones y diseño gráfico de los folletos del proyecto.

Objetivo 5 - IGUALDAD DE GÉNERO Objetivo 8 - AGUA TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO. Foto ONU Objetivo 11 - CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES Objetivo 15 - VIDA DE ECOSISTEMAS TERRESTRES Objetivo 17 - ALIANZAS PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS

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El barrio de Las Moraditas, aula viva de la ULL para el Aprendizaje-Servicio https://periodismopre.ull.es/el-barrio-de-las-moraditas-aula-viva-de-la-ull-para-el-aprendizaje-servicio/ Mon, 20 Jun 2022 14:11:04 +0000 https://periodismo.ull.es/?p=213687 «Vivimos en una montaña, pero nadie nos ve»: así recuerda Carlos Jiménez, docente en el Grado en Diseño de la ULL, las palabras de un vecino de Las Moraditas, Taco. Se trata de «un barrio situado en una curva, oculto por carteles publicitarios» que dan a la autopista. Caracterizado por largas escaleras que conectan las viviendas, prácticamente no tiene bancos o espacios comunes para hacer vida en las calles. En ese contexto, nació hace seis años Amoraditas, dirigido por Carlos Jiménez en colaboración con Alicia Morales, en su día estudiante y hoy doctoranda. Incorporando la metodología de Aprendizaje-Servicio, busca la dignificación y embellecimiento de la zona a través de la recuperación de su memoria oral.

Amoraditas comenzó a funcionar en 2016, durante la Tenerife Design Week, para la transformación ecosocial mediante procesos participativos. Posteriormente, también estuvo vinculada a ICI Taco y CONvive. Incorporando esta iniciativa a la docencia, que se traslada hasta la actualidad, el alumnado comienza por entrevistar a personas de la comunidad para saber cuáles son sus necesidades. Después, en base a esas conversaciones, se encargan de diseñar espacios, productos o servicios para poner en práctica con esa misma gente.

Recuperación de la memoria oral desde la colectividad


Las Moraditas, un lugar periférico y autoconstruido, posee un amplio conocimiento oral. En este barrio se asentaron migrantes provenientes de La Gomera, que llegaron en la década de los sesenta, durante el Desarrollismo, para trabajar en la construcción y el turismo. Según relata el profesor, «cuenta una parte fundamental de la historia de Canarias».

El reto de esta labor está en «la humildad y la escucha», puesto que hay que identificar las emociones y necesidades que verbalizan las personas para analizar a qué cuestiones profundas están conectadas. Entre ellas, el sentimiento de pertenencia o de abandono, los estereotipos asociados al barrio -pobreza, marginación o drogadicción-, cómo perciben la calidad de la gestión, etc. Por ello, «cada sitio necesita de un conocimiento situado» que no es aplicable a otros territorios. En este trabajo de documentación, «las vecinas y vecinos son las catedráticas y catedráticos».

Una de las muchas escaleras pintadas por alumnado de Diseño de la ULL. Foto: NBDV
Escaleras pintadas junto al vecindario, hace años, en el marco de ICI Taco. Foto: NBDV

Reconocimiento entre la vecindad


Sentados en un banco de la plaza, dos jóvenes conversan al lado de una pequeña biblioteca comunitaria, repleta de libros, colocada por Amoraditas. Al preguntarles por la iniciativa, en seguida saben de qué se trata. «Sí, claro. Pintaron las escaleras de mi casa. Subiendo por esa calle, a la derecha, también hicieron un mural», explica uno de ellos.

El propietario del bar situado enfrente, conocido por todos como Dani, ha tenido una larga implicación con Amoraditas. Sin pensárselo, asegura que le parece «algo maravilloso». Según comenta, este proceso contribuye a dar vida a la zona, en la que lamenta ver que los espacios están vacíos y desaprovechados. Para él, «es fantástico que venga gente de fuera a preocuparse por el barrio».

Parte del mural pintado por estudiantes de Diseño de la ULL junto a la vecindad. Foto: NBDV
El mural se encuentra en la plaza de Las Moraditas. Foto: NBDV

Sonia Rodríguez, además de vecina, es portavoz de la Plataforma Vecinal Unidas por Las Moraditas. Para ella y la comunidad a la que representa, Amoraditas ha supuesto un cambio para bien gracias a «la voluntad, la integración con la gente, la implicación y la iniciativa del alumnado». Según explica, este proceso ha ayudado a la población del barrio «a verlo de otra manera», dándose cuenta de que no todas las acciones deben pasar por las instituciones. Para ella, ha supuesto una motivación a la hora de darle continuidad a las iniciativas y «un aire fresco» para las personas mayores.

Entre los éxitos de Amoraditas, se encuentra la pequeña biblioteca callejera y una mesa urbana comunitaria donde conversar, leer o jugar. La estantería repleta de libros, debido al desgaste que ocasiona el estar al aire libre, sufrió algunos daños tiempo después de su instalación.

Gabriel, vecino del barrio y padre de Sonia, decidió no solo arreglarla, sino ampliarla para poder colocar más libros y de mayor tamaño. Para ello, recogió dos cajoneras de madera que encontró en la calle, las unió y las pintó de verde, dando como resultado una nueva estantería que colocar junto a la pequeña biblioteca reparada.

El docente Carlos explica con emoción el gran valor que tiene que «personas no diseñadoras, manitas y ciudadanas, decidan no esperar a que vengan de fuera a arreglarles las cosas y solucionarles ciertas carencias y anhelos». Para él, es un ejemplo de «evolución» en el diseño comunitario, gracias a la labor cumplida por el estudiantado, que ha incentivado el paso a la acción.

La biblioteca está situada al lado de la plaza, bajo una pérgola. Foto: NBDV
Gabriel terminando las últimas reparaciones. Foto: PULL
El resultado tras la aportación de Gabriel. Foto: PULL

Telecafecitos, una oportunidad en tiempos de confinamiento


La llegada de la pandemia supuso un punto y seguido para muchos proyectos y actividades. En el caso de Amoraditas, Alicia y Carlos lo identifican como un cambio de dinámica o de fase que no hubiera sido posible de otra forma. Cada año, CONvive Taco organizaba encuentros convivenciales con música y comida. 2020 fue el turno de Las Moraditas, y aunque no pudo celebrarse, se sustituyó por diálogos telemáticos que llamaron Telecafecitos.

Con un total de diez sesiones que han quedado grabadas, se generó un archivo de memoria cotidiana oral que antes no existía. En cada encuentro virtual, se hablaba de un tema concreto en el que las voces protagonistas contaban sus historias: las mujeres, los comercios y la vecindad en general.

Se trataron temáticas desde el barrio como lugar de acogida hasta las Fiestas de Mayo, pasando por las primeras migraciones y la identidad comunitaria o la cooperación y la unión, entre otros que pueden visualizarse en el canal de YouTube Yo Soy Taco. Además, a ello se sumó la recopilación de fotografías antiguas que también constituyeron un archivo.

Aprender en contacto con entornos reales


Debido a la flexibilidad de los tiempos necesarios y las acciones posibles, el profesor Carlos quiere evitar el encorsetamiento. Si bien en la primera mitad del curso académico se enmarca en la asignatura optativa de Diseño para el sector turístico, no es extraño que se vincule, durante el segundo cuatrimestre, a Imagen corporativa.

Es más, Carlos recalca que su idea es que no se quede en una asignatura, sino que se hagan TFG, TFM o tesis doctorales, como es el caso de Alicia Morales. Incluso, cree que es posible llegar a otros Grados. «Lo hemos iniciado con la intención de que sea un espacio de construcción y experimentación colectiva, como si fuera una aula viva. No es patrimonio de una sola disciplina», resume.

Aura Sánchez es una de las estudiantes que formó parte de Amoraditas. El año pasado desarrolló, junto a su compañera Paula Franco, un proyecto de diseño en un solar abandonado, para el que también organizaron una recogida de residuos. Además de esas acciones, enumera distintos proyectos implementados de forma paralela por otras personas de su clase: «Un huerto comunitario, murales, varias rutas por el barrio…».

En 2021, el total de habitantes de Las Moraditas era de 120. Foto: NBDV
Existen espacios desaprovechados y una carencia de zonas comunes. Foto: NBDV

Para Aura, esa experiencia significó poder ver sus conocimientos y formación reflejados en algo real. «Fue la primera asignatura que me vinculó directamente con lo que es el diseño más allá del ordenador; la parte práctica de todo lo que planteas e idealizas en clase», reflexiona. Además, llegó a darse cuenta de que el verdadero foco del diseño no es quien crea un objeto o servicio, sino las personas para las que se está creando.

Alicia Morales, de alumna a coorganizadora


La doctoranda Alicia Morales está actualmente desarrollando su tesis por la ULL, tutorizada por Carlos Jiménez. En ella, ha colocado el enfoque en el diseño participativo y el codiseño para ser implementado en procesos comunitarios, con la base puesta en Las Moraditas. En definitiva, «el diseño como herramienta de cambio social», una perspectiva que, según señala, no se suele contemplar de igual forma que el trabajo social o la psicología, a pesar del potencial que tiene.

Alicia llegó a realizar tanto su TFG como dos de sus TFM en relación al barrio de Las Moraditas y al proceso que se desarrolla en él. Así, todavía cuando era alumna del Grado, se convirtió también en coorganizadora. Actualmente, lleva dos años impartiendo docencia con una Venia Docendi y es responsable de comunicación en la Cooperativa OFIC (Oficina de Innovación Cívica) para el diseño cívico y urbanismo participativo. Ambos puestos guardan una estrecha relación con su implicación y participación en Amoraditas.

La doctoranda destaca, sobre todo, la importancia de lograr que «el barrio cuente su propia historia». Entre otros métodos, habla de la posibilidad de hacerlo «a través de sus muros», en los que narrar «aquellos hitos que lo definen». Lo ejemplifica con un mural en el que representaron elementos icónicos que trasladan la memoria de Las Moraditas al campo visual.

Alicia plantea la posibilidad de que se incluya una leyenda en el mural para complementarlo. Foto: NBDV

Relatos olvidados, «historias con h minúscula»


Tanto Alicia como Carlos coinciden en que es importante recalcar que este proceso no consiste en «hacer para, sino hacer con», es decir, «diseñar con y por la comunidad». Especialmente, para abrir vías de empoderamiento, incentivando que sea la vecindad quien tome las riendas de una labor de reflexión y mejora de sus propios espacios.

«Las demandas son legítimas, pero a veces infravaloramos nuestra propia capacidad de cambio», la cual, en palabras de Carlos, se impulsa cuanto mayor es la capacidad de organización, autogestión e innovación social.

En este caso, para el objetivo concreto de dignificar y embellecer, decidieron construir relatos y narrativas que se lleven al campo visual para que la gente pueda reconocerse en ellos. Sobre todo porque un barrio como Las Moraditas, periférico y autoconstruido, «no es el centro histórico de Santa Cruz o La Laguna, ni es patrimonio de la humanidad según la UNESCO; es un relato de historias con h minúscula, queda olvidado».

De ahí extrae el docente la vinculación con la asignatura de Diseño para el sector turístico: «Que Canarias esté a 20 o 25 grados o que el Teide exista no es mérito nuestro». En su lugar, habla de poner en valor «lo bueno, bonito y valioso que hay en un proceso de desarrollo endógeno, desde la comunidad que habita aquí y tiene unas necesidades». A partir de ahí, habiendo valorizado lo propio, será mucho más fácil darlo a conocer para un público turista.

«Los procesos de turistificación pueden generar muchas desigualdades»


No obstante, Carlos insiste en que la intención no es turistificar Las Moraditas, «sino darnos cuenta de que hay una cuestión que está antes, que es dignificar». Considera que, una vez conseguida esa labor, «también podremos dignificar lo que queramos promocionar para el turismo, sin que eso suponga sacrificarlo al servicio del mejor postor, como está pasando ahora en el Puertito de Adeje o con las personas en las viviendas que querían desocupar«.

De hecho, destaca una cuestión que considera problemática, y es que «hemos comprado el discurso de la identidad canaria y lo que somos como si se lo estuviéramos contando a un turista», cayendo en discursos publicitarios y estereotipos que no son fieles a la realidad. En gran medida porque, dice, «los procesos de turistificación pueden generar muchas desigualdades sociales».

Una experiencia de intercambio enriquecedora


Los aprendizajes que obtiene el alumnado que participa en Amoraditas son aplicables a muchas destrezas laborales. Carlos enumera algunas de ellas: «Saber moverse en entornos; trabajar con multiactores, complejidad y contextos de incertidumbre; coger rodaje con personas reales y, sobre todo, la experiencia de intercambio».

De hecho, Alicia considera que esta ha sido una experiencia «vital» para su desarrollo, tanto durante la carrera como después, por lo que recalca que este tipo de formación es «muy importante» en la formación universitaria. También lo cree Carlos, y es que asegura que, a pesar de ser docente, aún le queda mucho por aprender.

Para él, es necesario admitir que no se pueden tener todas las respuestas y certezas, incluso siendo ya catedrático. El alumnado también tiene que interiorizar que esa incertidumbre, complejidad y multifactorialidad son parte del trabajo. Esta es una de las cuestiones que, según su experiencia, cuesta más a sus estudiantes. Por ello, cree que es fundamental para la formación universitaria «sacarles del ordenador y del aula, romper esa burbuja invisible», para que investiguen por su cuenta e interactúen con los elementos que les permitirán tomar decisiones.

De cualquier forma, el mayor énfasis lo coloca en la devolución a la sociedad. «Tenemos la costumbre de tomar información y tiempo, hacemos nuestra historia, y nos olvidamos de que ese conocimiento generado vuelva al barrio», asegura. Ese acto no solo aporta riqueza, sino que, además, contribuye a la creación de vínculos emotivos con el territorio, al tiempo que cambia las dinámicas profesorado-alumnado que Carlos identifica como una «transacción de oficina, de cajero automático», para dar o recibir una nota.

Con esta forma de trabajo, la percepción del alumnado se transforma mientras aporta valor a una comunidad. En ese sentido, Alicia resume el papel que juega la comunidad: «Hablamos en colectivo, el trabajo no es posible sin la vecindad y las organizaciones que colaboran».

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La estudiante María Fernanda Sapino, ganadora de los Premios Crea y Recicla https://periodismopre.ull.es/la-estudiante-maria-fernanda-sapino-ganadora-de-los-premios-crea-y-recicla/ Fri, 25 May 2018 08:00:09 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=69862 La Universidad de La Laguna, a través de su Cátedra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Cabildo de Tenerife, acogió recientemente el acto de entrega de la IV Edición de los Premios Crea y Recicla 2018. Los proyectos ganadores de la provincia de Santa Cruz de Tenerife fueron para María Fernanda Sapino, estudiante de 4º del Grado en Diseño, por Rabo Gato y, en segundo y tercer lugar: Saín Josué Cabrera, de Ingeniería Civil, con Un progreso dotado de ventajas, y Romén González Cabrera, de la Facultad de Geografía e Historia, por la idea Green Island.

La gala, celebrada en la Pirámide de Guajara de la Sección de Periodismo, contó con la actuación del músico y actor Abraham Gómez Rosales y con la representación institucional del director de la entidad convocante, Carlos Jiménez, así como la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Delia Pérez Delgado; la directora de Gestión Local y Autonómica de Ecoembes, Carlota Cruz Izquierdo; la presidenta de la Fundación Canarias Recicla, Mª José Rosa; el director gerente de la Fundación General de la ULL, Julio Brito Santana; y la coordinadora de inicativas ambientales de Canarias Recicla, Jésica Cámara, quien leyó el acta del jurado.

El objetivo de esta nueva edición del galardón, promovido por el Gobierno de Canarias, Ecoembes y las universidades públicas de las Islas, es, principalmente, fomentar y reconocer el talento emprendedor de los jóvenes, en iniciativas relacionadas con la gestión de residuos y la economía circular.

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El grado de Diseño de la ULL deja su huella en el Mercadillo de Tegueste https://periodismopre.ull.es/el-grado-de-diseno-de-la-ull-deja-su-huella-en-el-mercadillo-de-tegueste/ Fri, 09 Mar 2018 19:01:21 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=51892 Elena, Roxana, Judith, Laura y Pablo son estudiantes de Diseño de la Universidad de La Laguna (ULL) y los creadores del proyecto La huella del Mercadillo de Tegueste. Es una tarea en la que han contado con la ayuda de  Carlos Jiménez, profesor de la asignatura Diseño para el Sector Turístico, y con la del gerente del Mercadillo de Tegueste, Juan Luis Sosa. Se trata de un plan cuyo objetivo principal es acercar los productos agroalimentarios del mercadillo tanto a locales como a turistas mediante soportes textiles y gráficos. Este trabajo nace de las relaciones creadas en la Segunda Edición de la Conferencia Internacional de Diseño sobre Comunicación de la Complejidad entre ambas entidades.

¿De dónde surge esta idea y qué era lo que realmente queríais conseguir? «Desde un principio tuvimos en mente una idea y una característica concreta: resaltar aquellos detalles que no se observan a simple vista o que pasan desapercibidos. El objetivo era crear una sensación semejante a la visión por un microscopio, de ahí que el valor principal en cuanto al diseño fuese mantener la circularidad. Si bien, inicialmente esta tarea iba dirigida a fomentar y resaltar los aspectos de Tenerife atractivos para el turista tales como las flores, la textura de la arena, etc. Tras contarle nuestra idea a nuestro profesor, surgió la oportunidad de realizar este trabajo destinado al Mercadillo de Tegueste».

¿Por qué llamasteis a vuestro trabajo La huella del Mercadillo de Tegueste? ¿Tiene alguna relación con los objetivos que os marcasteis? «El nombre de La Huella surge con el fin de representar la huella física que dejan las mercancías agroalimentarias, es decir, su rastro. Así como, la frescura y el recuerdo que puede dejar el consumo de los productos y la visita al mercadillo, como resultado de una relación más humana. La Huella que te deja el Mercadillo de Tegueste y sus valores de unión, cercanía y armonía».

Calendarios «La Huella».

Sostenibilidad y respeto al medio ambiente


Dentro de vuestra labor habéis resaltado los valores de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. ¿Cómo lo habéis hecho?  «Los elementos desarrollados presentan una alta durabilidad, ya que se tratan de prendas textiles como bolsas, camisetas, delantales. Nuestra mercancía  no contiene un packaging en sí, sino que el artículo es el propio embalaje.  Gracias a este sistema se reducen además del daño ambiental, los costes de producción.  Añadimos también junto a cada prenda un tarjetón en el que se observa una fotografía de la fruta impresa en la prenda, acompañada de su información nutricional, beneficios, y demás».

¿Cuál es entonces vuestra propuesta gráfica para este designio? «En nuestra visita al mercadillo nos cedieron fruta para el desarrollo de este propósito. De estas, seleccionamos catorce y comenzamos realizando un trabajo de cuatro fases: fotografía, estampación, edición digital y maquetación. Aunque lo más divertido fue mancharnos las manos con pintura para ir creando los sellos a partir de la propia fruta del mercadillo. La impresión se realizó mediante una técnica llamada sublimación que sirve para mejorar la durabilidad de las prendas».

¿En algún momento os llegasteis a plantear que sería posible alcanzar esta repercusión? «En un principio, pensamos en esta idea como una tarea de clase. Sin embargo, tras la presentación al gerente y su reacción nos hemos dado cuenta de que puede ir más allá del entorno académico. Esto nos motiva a desarrollar nuestras aspiraciones no solo como trabajos de universidad, sino como una futura realidad».

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