Después de calentar motores con consignas, banderas, carteles y música, la manifestación se trasladó a la Subdelegación del Gobierno, pasando por la Plaza Weyler. En esta nueva ubicación, se quiso compartir una parte de la cultura saharaui a través de canciones, danza y boles con dátiles y leche. Además, un grupo de representantes pronunció una serie de pequeños discursos que sacaron a relucir un objetivo común: proseguir la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui.

Anselmo Fariña, miembro de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui, se encargó de decir algunas de las palabras que cerraron la Marcha. Destacó la importancia de que el Gobierno español «asuma sus responsabilidades como potencia administradora e impulse definitivamente una solución pacífica, que solo se puede dar sobre el derecho a la autodeterminación». Con contundencia, añadió que «sin justicia, no hay paz. Sin libertad, no hay justicia».

Soukaina Ndiaye, representante saharaui, incidió en que su pueblo se siente profundamente arropado por el canario. Mostró un agradecimiento que también expresó Hamdi Mansur, quien habló en representación del Frente Polisario. Según sus palabras, es la cultura, la historia y la geografía las que unen de manera clara y contundente a ambas poblaciones, y que ello se demuestra con la gran participación que tuvo la Marcha durante el mes que duró. Finalmente, recalcó que la lucha por la independencia continuará hasta que sea efectiva.

Por toda Canarias y España

La movilización no se limitó a Tenerife, ni siquiera al Archipiélago. Todo el territorio español se involucró de muchas formas diversas en esta protesta multitudinaria. Columnas de caminantes procedentes de todas las zonas del país confluyeron en una marcha que llegó a Madrid, también ayer, para llevar a cabo una manifestación en la Puerta del Sol. Asimismo, otras marchas se llevaron a cabo en el resto de islas del Archipiélago.

A lo largo de este último mes, las reivindicaciones se han hecho notar mediante actuaciones musicales y humorísticas, pintura, literatura o actividades familiares, entre otras. Destaca la iniciativa llevada a cabo por un grupo de salto del pastor en La Palma, también ayer sábado. Este descendió el risco de La Concepción con banderas saharauis y con una pancarta que reclamaba su independencia, mezclando y fundiendo las culturas de ambos pueblos bajo lo que Mansur denominó «una bandera de solidaridad».

En el primer tramo del recorrido solo podrá haber un total de cinco personas, tal y como ha establecido previamente el Parque Nacional del Teide. El grupo subirá por la noche al pico, donde esperará a que amanezca para lanzar su mensaje de apoyo al pueblo saharaui a través de un vídeo que tratará de transmitirse en directo en la cuenta de Facebook de la Marcha. También, se harán actividades y marchas por todo el Estado que pueden consultarse en sus redes sociales.

La iniciativa se extiende por el mapa

Poner fin a la expoliación de recursos naturales es una de las principales proclamas del pueblo saharaui. Es por ese motivo que la marcha que se hará el 21 de mayo en la zona sur de Tenerife, a las 18.00 horas, dará comienzo en la playa de El Camisón, que alberga grandes cantidades de arena del Sáhara. Por otro lado, el acto realizado en la zona norte comenzará en la Plaza de Europa del Puerto de la Cruz, para finalizar en la Plaza de la Constitución de La Orotava.

Asimismo, el 19 de junio también se desarrollarán actividades en cuatro islas del Archipiélago. En Lanzarote comenzará una marcha en Playa Honda que llegará hasta a la sede del Cabildo, en Arrecife; en Fuerteventura, se emprenderá la ruta desde Gran Tarajal hasta Faro de la Entallada, que es el punto más cercano del Archipiélago a las costas saharauis.

En Gran Canaria se hará una manifestación que partirá de la Plaza Saulo Torón y terminará en la Delegación del Gobierno y, en Tenerife, se llevará a cabo una concentración en el Parque de la Granja que recorrerá las calles de Santa Cruz hasta la subdelegación del gobierno.

Por su parte, muchos puntos de todo el País se han implicado en esta iniciativa. Mañana saldrá la primera columna de personas desde Cádiz, que confluirá con las de distintas capitales andaluzas que se irán uniendo. Además, otras comunidades desarrollarán la marcha en su territorio, como son Cataluña o Extremadura.

Una postura consagrada en el tiempo

En esta marcha colaboran unas 400 entidades de todo el territorio español. A ellas se han unido multitud de artistas de diversas disciplinas con el fin de dejar una «huella artística», según comentan algunas de las asociaciones organizadoras. A lo largo del mes que durará la movilización, participarán poetas, muralistas, cantantes, grupos musicales o de percusión corporal, mimos, humoristas, etc.

Del mismo modo, se elaboró un manifiesto a través del cual se están recogiendo firmas de personas que respalden la lucha del pueblo saharaui y su independencia.

Anselmo Fariña es miembro de la Asociación Canaria de Amistad con el Pueblo Saharaui (ACAPS), fundada en 1976 y pionera en España. Según comenta, este es un reto sin precedentes, pese a que la solidaridad con el pueblo saharaui está muy extendida por todo el Estado.

Aunque las reivindicaciones y protestas llevan décadas produciéndose, Fariña explica que esta movilización «se ha abierto, en parte, desde el pasado 13 de noviembre, con la reanudación de la guerra en el Sáhara» con Marruecos, que ocupa buena parte del territorio. Sucedió en Guerguerat, después de casi dos décadas de haber firmado un alto el fuego. Por ello, hacía falta «un esfuerzo a la altura de las nuevas circunstancias», añade.

El Sáhara Occidental lleva décadas reclamando la independencia, pues España fue su país colonizador, pero nunca se la llegó a conceder debido a la invasión y presiones que ejerce Marruecos sobre el territorio. «Con esta marcha, queremos que el Estado español se involucre en la búsqueda de la paz y la justicia para el pueblo saharaui», relata Fariña, incidiendo en que «esto es imprescindible para que nuestro entorno geográfico deje de ser un espacio de inestabilidad e injusticia».