Abusos Sexuales – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Mon, 01 Jun 2020 16:13:02 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Abusos Sexuales – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 ¿Cómo nos ha cambiado el Me Too? https://periodismopre.ull.es/como-nos-ha-cambiado-el-me-too/ Tue, 31 Mar 2020 10:28:19 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=125361 Harvey Weinstein, un productor cinematográfico con más de 300 nominaciones a los Premios Oscar a sus espaldas, recibió en octubre de 2017 docenas de denuncias de acoso y abuso sexual. Las acusaciones no cesaron entonces pues, en los meses posteriores, más de 80 mujeres denunciaron casos similares a los descritos por las primeras actrices. Se inició a partir de aquí el conocido movimiento del #MeToo que, más de dos años después, ha terminado tumbando a algunas de las figuras más poderosas de la industria del cine.

El caso de Harvey Weinstein fue el primero que recibió este impacto por parte del público, pero no el último. Como piezas de dominó, uno por uno fueron cayendo muchos de los pilares de la industria que parecían intocables. Kevin Spacey, Ben y Casey Affleck o James Franco son solo algunos de los nombres que, en estos dos años, se han sumado a la lista de artistas de Hollywood denunciados por acoso o abuso sexual.

Sin embargo, a lo que más deben temer estas personas no es a la amenaza judicial sino a la respuesta del público. Que se lo digan a Woody Allen, quien a día de hoy solo ve trabas para poder sacar adelante nuevas películas pese a haber sido declarado inocente en el juicio en el que su exmujer, Mia Farrow, le acusó de haber abusado sexualmente de su hija adoptiva. Roman Polanski es otro director que hoy está recibiendo las consecuencias que no sufrió cuando fue denunciado por violación hace años.

El público ya no hace oídos sordos a lo que ocurre detrás de las cámaras. Las productoras que aún se atreven a contratar a alguno de los miembros de esta extensa lista, que no hace más que crecer, son testigos de la gran caída de audiencia en sus películas. Y esto trae una nueva cuestión a la palestra.

«Es muy válido y respetable no ver una película de una persona denunciada por abuso sexual»

¿Es lícito consumir y disfrutar de estas películas? Una parte del público responderá de inmediato que no, que el hecho de que un violador haya estado inmerso en la realización de la película hace que no puedan centrarse en el contenido del filme sin que les venga esa cuestión a la cabeza. Otra parte correrá a esconder sus DVD de Annie Hall y La semilla del diablo bajo llave para que no se les tache de defensores de sus películas. Y una tercera parte seguirá consumiendo y disfrutando sin temores de estos títulos defendiendo su valor artístico.

En cualquier caso ninguna postura es más lícita que otra. El cine es un arte pero, a diferencia de otras formas artísticas, recibe de forma mucho más insistente el ojo crítico y analítico de lo que rodea a la obra en sí. Si analizas un cuadro de forma positiva, aunque el artista haya abusado sexualmente de decenas de mujeres, nadie te va a echar en cara que estás defendiendo a un violador.  Pero las personas vinculadas a la industria del cine no gozan del mismo anonimato, son estrellas y figuras públicas que la audiencia siente muy cercanas y, en caso de que defiendas su obra, no va a faltar quien piense que también estás aprobando sus acciones.

Es muy válido y respetable no pagar una entrada para ver una película de una persona denunciada por abuso sexual. Pero de la misma forma es igual de válido seguir viendo y disfrutando de películas que, desde siempre, has admirado sin reparos. Pelearnos entre nosotros sobre si tachar una serie de películas o no es restar importancia a un movimiento que busca algo completamente distinto.

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Los límites del humor https://periodismopre.ull.es/los-limites-del-humor/ Fri, 27 Mar 2020 17:20:12 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=124750 El humor tiene sus límites. No hay que confundirlo con la libertad de expresión. Es una cuestión temática como los tabúes de la religión y el terrorismo. Se enmarca dentro de un contexto.  En la sociedad en la que vivimos se lucha a diario por la igualdad y violencia de género con el objetivo de evolucionar. Constantemente hay manifestaciones en contra de las conductas machistas de nuestro entorno. Más allá de la violencia física o psicológica es una lucha por la mentalidad de toda la ciudadanía.

En los últimos días se ha viralizado un vídeo en Instagram. La cuenta pertenece a @el_guineano.0. Su contenido, en general, es humorístico, pero ha generado un mar de críticas y odio hacia su personaje. Se caracteriza por comenzar sus publicaciones diciendo: «Según mis estudios…». En este caso, escribe que «las chicas tienen que hacer una doble cuarentena» pues como los hombres llevan más de quince días sin mantener relaciones sexuales tendrán mayor posibilidad de ser violadas al concluir el confinamiento requerido por la pandemia del coronavirus.

Durante el vídeo dice frases como: «El hombre de por sí es violador», «Cuando salgan a la calle no les va a importar que tengan cinco o veinticinco años, se van a pinchar a cualquiera», «Aunque seas fea no te salvas», «No importa que seas fea y gorda si quieren pinchar», «Quedaros en casa a no ser que te encante que te violen».

Para él es una manera humorística de plantear la situación. Pero, en esta ocasión, a casi nadie le ha causado gracia. Es difícil aceptar dichas barbaridades como chistes y más, en la actualidad, donde cada vez hay mayor conciencia de la gravedad del asunto. Hay que colaborar para continuar el cambio. No se pueden permitir comentarios de ese tipo y aún menos, convertirlos en chistes. Es un tema vigente, de continua evolución y, sobre todo, de respeto desde las mujeres que murieron quemadas en 1911 en una fábrica de camisas de Nueva York, hasta las miles de personas que siguen luchando hoy en día.

Abusos sexuales en España


Hablar de violaciones no es humorístico. Según datos del Ministerio del Interior, en España se denuncian más de mil agresiones y abusos sexuales cada mes. Las cifras de abusos sexuales a menores cada vez son mayores. Además, a esto se suma las prácticas en redes sociales como el grooming, que consiste en las acciones que realiza un adulto para obtener la confianza de un menor con el objetivo de obtener contenido erótico u otras prácticas como la pornografía infantil.

El problema reside en ignorar la magnitud de los hechos. No hay cifras exactas que muestren los casos de abusos sexuales ya que no siempre se presenta denuncia. El silencio de las víctimas no se cuenta, no se conoce.

El límite es el respeto. «No es lo mismo una actuación en directo que una conversación privada o un tuit. Cuando sacas cualquier chiste de su origen, al momento se pudre», puntualiza Pepe Colubi, colaborador del programa Ilustres Ignorantes. Es importante el contexto en el que se realizan. En medio de una lucha contra el machismo y los resquicios de una sociedad patriarcal, bromear con violaciones y abusos de menores no es lo más adecuado. Este tipo de prácticas transmite estereotipos desde la infancia, fomenta la idea de que la mujer es inferior al hombre, además de incitar la violencia y el maltrato.

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