Aborígenes canarios – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es Diario digital de la Universidad de La Laguna Wed, 04 Sep 2019 10:10:10 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.6.2 https://periodismopre.ull.es/wp-content/uploads/2016/04/cropped-PULL_Redondo-1-32x32.png Aborígenes canarios – Periodismo ULL https://periodismopre.ull.es 32 32 Los guanches y aborígenes orientales pronunciaban la c y la z castellanas https://periodismopre.ull.es/los-guanches-y-aborigenes-orientales-pronunciaban-la-c-y-la-z-castellanas/ Wed, 04 Sep 2019 10:02:02 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=109133 La Revista de Filología de la Universidad de La Laguna acaba de publicar en su número 39 un estudio de Jonay Acosta Armas, investigador adscrito a la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la Institución académica, en el cual demuestra que los guanches de Tenerife y los aborígenes de las Islas orientales y  llegaron a pronunciar la t inicial con un sonido equivalente al de la c (ante i y e) y z castellanas modernas.

Como este sonido, representado mediante [θ] en el alfabeto fonético internacional (AFI), no existía aún en el español europeo meridional de los siglos XV y XVI, se hispanizó mediante una [f], que es la que se muestra en precisamente en topónimos canarios como Fasnia, Faneque, Finiguelfa, Famara, etc. Este fenómeno de equivalencia acústica entre [f] y [θ] es típico de muchas lenguas e, incluso, de ciertos dialectos hispánicos: por ejemplo, en el español asturiano, Felipe llega a pronunciarse Celipe; y en ruso, el nombre griego Theódōros dio lugar a Fiódor.

Este rasgo dialectal, conocido como espirantización, es típico de los dialectos bereberes de la franja mediterránea y parece haberse originado en los núcleos urbanos de Numidia (norte de Túnez y Argelia actuales) en torno al siglo II a. C. Esta fecha constituye, por tanto, la fecha más antigua del poblamiento de Canarias, pues tal rasgo no pudo llegar antes a las Islas, sino mucho después.

Gracias a la dialectología bereber y a la onomástica líbica de época romana, es posible saber que la espirantización se dispersó desde Numidia hacia el mediodía y el occidente norteafricanos, llegando a la provincia romana de Mauretania.

La presencia de otra variable fonética bereber conocida como asibilación, que explica los topónimos canarios que empiezan por ch, s (con variante gráfica z) y j (Chacorche, Sonsamas, Jinama, etc.), mucho más extendidos, es típica de los dialectos bereberes meridionales, especialmente del sur de Marruecos.

Migración progresiva


Este y otros rasgos, unidos a la espirantización mediterránea, hacen suponer que el poblamiento de Canarias fue el resultado de una migración progresiva desde Numidia hacia el Valle del Draa (sur de Marruecos) de poblaciones nómadas asentadas en torno al límite fronterizo romano. La existencia de ciertas zonas dialectales (isoglosas) prueba que este desplazamiento poblacional se efectuó por tierra, posiblemente a través de la célebre Ruta de los Lagos Salados: un camino caravanero que vertebraba el territorio de los gétulos a través del altiplano argelino, del cual se tiene constancia desde la Antigüedad (por ejemplo, Estrabón lo describe a principios del siglo I d. C.).

Los datos lingüísticos parecen indicar que las Islas se poblaron tardíamente, quizá después del cambio de era, desde un lugar que constituía la periferia del hecho líbico-bereber. Por ello, para el investigador Jonay Acosta no debe extrañar que haya evidencias lingüísticas y arqueológicas que no se puedan explicar a través de las manifestaciones centrales de esta cultura, situadas grosso modo en la franja mediterránea norteafricana. Así, desde el punto de vista lingüístico, no pueden descartarse influencias de otras lenguas norteafricanas, saharianas y subsaharianas hoy extintas, ya que la berberización de la costa atlántica sahariana debió de ser tardía.

Estudios interdisciplinares


Las conclusiones de este estudio casan con las dataciones arqueológicas primigenias más fiables, que son posteriores al cambio de era. Además, la dispersión de estos rasgos fonéticos parece solaparse con la de la escritura líbico-bereber, presente en todas las islas, según se desprende del trabajo de investigación que está llevando a cabo la epigrafista y doctoranda Irma Mora Aguiar, también adscrita a la Cátedra de Estudios Bereberes de la ULL.

Este estudio también se ha aproximado a la historia interna de las sibilantes del español de Canarias, donde el habla herreña marca la nota discordante. En la dialectología hispánica, el rasgo fónico conocido como seseo va aparejado a la realización predorsal de s (con la punta de la lengua hacia abajo, como la pronuncia la mayoría de los canarios), por lo que el seseo apicoalveolar herreño (con la punta de la lengua hacia arriba) constituye un hecho insólito y difícil de explicar. El autor demuestra que este rasgo es consecuencia de una hispanización temprana y de un aislamiento inmediatamente posterior.

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Nuestras raíces aborígenes https://periodismopre.ull.es/un-recorrido-por-nuestras-raices/ Mon, 20 May 2019 06:15:38 +0000 http://periodismo.ull.es/?p=99122 El paisaje del barranco de Fataga, en Gran Canaria, es el marco ideal para el museo Mundo Aborígen. En este parque se redescubren los secretos de la cultura aborigen a la vez que se disfruta de las vistas y del buen clima de la Isla. Los más pequeños podrán divertirse en contacto con la naturaleza y jugando con perros, cabras, ovejas y cerdos, mientras los más grandes descubren cómo era la vida en las Islas Canarias hace más de 500 años, como si de un viaje en el tiempo se tratara. La entrada tiene un valor de ocho euros para residentes canarios.

María del Carmen del Arco Aguilar, doctora en Prehistoria de la Universidad de La Laguna, explica que los guanches (aborígenes de Tenerife) eran pastores y que tenían ganados de los que aprovechaban la leche y la carne para alimentarse. Además, elaboraban mantequilla que utilizaban de una forma medicinal. Por otra parte, se trataba de «un alimento bastante consumido por ellos era el gofio que obtenían a través del cultivo de la tierra». La agricultura, según la docente, era muy importante para ellos ya que «consumían muchos alimentos que obtenían de las semillas y además también se alimentaban de lo obtenido en sus cosechas y de lo que conseguían pescar».

Sus actividades diarias más comunes eran la ganadería, la agricultura y la pesca. El comercio era también bastante común y además elaboraban sus ropas con pieles de animales. «Se han hallado pieles, en su mayoría, en espacios sepulcrales, que suelen estar asociados a la presencia del ritual de momificación, además las pieles cumplieron una función de vestido para la muerte, pero también para la vida y eran en su mayoría de cabra, oveja y cerdo», sostiene.

En relación a la forma de vida de la sociedad, apunta que «los guanches vivían en sus poblados, sobre todo en cuevas y eventuales cabañas». Sin embargo, para que las cuevas pudieran ser ocupadas tenían que reunir ciertas las condiciones como la amplitud para todo el grupo, una buena insolación, aislamiento de las corrientes de aire y de la  penetración de la lluvia, etc. Por otra parte, La esperanza de vida era bastante corta, llegaba a los 33-34 años».

 

Mundo Aborigen descubre la vida de nuestros antepasados. Foto: A. R.

 

El Parque recrea la forma de vida de los aborígenes de Gran Canaria. Foto: A. R.

 

Obras representativas de la cultura canaria de antaño. Foto: A. R.

 

Cerámica: Ídolo Guayedra. Foto: A. R.

 

El palo de madera ayudaba a moverse entre los barrancos. Foto: A. R.

 

La madera, uno de los elementos más importantes en la cultura prehispánica. Foto: A. R.

 

Los aborígenes creían en un dios creador y supremo: Alcorán. Foto: A. R.

 

Enterramientos colectivos. Foto: A. R.

 

La cerámica era muy importante. Foto: A. R.

 

Los más jóvenes del poblado también debían trabajar. Foto: A. R.

 

Los aborígenes sacaban a pasear a sus rebaños. Foto: A. R.

 

Enterramientos de Villanos. Foto: A. R.

 

Representación de una persona fallecida. Foto: A. R.

 

Montañas de piedra, típicas de la cultura aborigen. Foto: A. R.

 

La tarara, en el centro, y jarrones. Foto: A. R.

 

Pinturas aborígenes realizadas en piedra. Sus colores característicos eran el rojo, el negro y el blanco. Foto: A. R.

 

La carne era el alimento principal. Foto: A. R.

 

Niña aborigen. Foto: A. R.

 

Trabajando la piedra. Foto: A. R.

 

Los aborígenes eran hábiles en técnicas de curtido y confección de prendas y objetos de piel. Foto: A. R.

 

Ídolo, Cuevas de Valerón. Foto: A. R.

 

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