La historia se remonta al mes de agosto de 2015. La música hiphop se encontraba inmersa en una transición hasta entonces desconocida en España con el auge de géneros nuevos y alternativos como el trap. Los más nostálgicos se veían huérfanos al perderse paulatinamente ese sonido noventero y oscuro que caracterizaba al movimiento en otros tiempos. Sin embargo, en el sur de la Península Ibérica se estaba gestando un fenómeno que nadie pensaba que sería determinante en el futuro cercano del rap español. En el malagueño barrio de El Palo, entre litronas de cerveza y bases de boombap, nacía Space Hammurabi.
A pesar de que, tal y como reza Marte, «Space Hammu somos todos los niños del barrio», el colectivo está formado por cinco raperos: Delaossa, Raggio, Saske, Carrión y Easy-S. Al mando de la nave, detrás de los platos, se encuentra J. Moods, uno de los DJ´s que en mejor forma se encuentra en la actualidad. Lo que más destaca de este grupo de amigos y artistas es la variedad de contenido, ya que cada uno de los raperos que lo conforman tiene su propio estilo y su flow característico. El nexo de unión entre ellos es el mantenimiento de la marca del hiphop old school, pero sin olvidarse de la adaptación a los sonidos actuales que lideran la escena de la música urbana.
Sus letras están marcadas siempre por el componente del orgullo de clase, sin olvidar sus orígenes humildes a pesar de ser, quizás, el colectivo que se sitúa en boca de más personas en la actualidad. Su crecimiento a lo largo del 2019 ha propiciado que el nombre de miembros de Space Hammurabi se encuentre en carteles de prestigiosos festivales, como puede ser el Madrid Salvaje o el Viña Rock, además de llenar salas por todo el territorio nacional.
Para los más escépticos (entre los que me incluyo) era casi imposible recuperar la ilusión perdida por los sonidos de antaño. La nueva oleada, marcada por la preferencia de la musicalidad por delante del contenido de las letras, hacía que fuese muy improbable el nacimiento de un grupo de artistas que consiguiese llegar a cifras millonarias haciendo rap clásico. Sin embargo, Space Hammu ha logrado derribar todas las barreras y hacerse un hueco en lo más alto respetando los códigos de dicho género musical.
A día de hoy, se puede afirmar sin miedo a equivocación que los malagueños son una absoluta referencia en el panorama. Lo que empezó como unos amigos que se reunían para hacer freestyle y pasar las horas en la plaza acabó convirtiéndose en un trozo de la historia del sonido del bombo y la caja.