«Recomiendo el uso de agua embotellada para menores, y en caso de que se pueda permitir, instalar sistemas de ósmosis»
Soraya Paz es doctora en la Universidad de La Laguna (ULL) con la tesis Determinación de metales y elementos traza en algas evaluación nutricional y toxicológica. Además, ha sido galardonada con varios premios entre los que destaca el Premio Extraordinario de Doctorado, en 2017. Codirectora de más de quince trabajos de fin de máster, más de ocho capítulos de libros publicados por editoriales de prestigio internacional y autora de más de 65 artículos científicos.
Uno de sus trabajos es el artículo Niveles de flúor en el agua de abastecimiento de la Comunidad Autónoma de Canarias, en colaboración con profesionales como el catedrático Arturo Hardisson. Paz afirma que el flúor es un elemento cuyos principales beneficios se relacionan con la salud bucodental. Además, señala que «la aplicación por vía tópica de fluoruro puede reducir la aparición de caries dental. Este ion inhibe el metabolismo de las bacterias cariogénicas y dificulta su adhesión sobre la superficie dental».
Asegura que algunos de los inconvenientes tras una ingesta excesiva de flúor pueden ser el moteado de los dientes, su deformación y debilidad, el aumento de la masa ósea y la desfiguración de los huesos. Además, añade que «algunos estudios indican la relación entre la exposición a fluoruro en mujeres embarazadas y una disminución del coeficiente intelectual de los niños».
«Tenerife ha sido la isla más perjudicada con mucha diferencia»
Resalta que las regiones del norte de Tenerife son las más afectadas por una elevada concentración de flúor en el agua de abastecimiento. «Esto se debe a su origen volcánico y al uso de sus recursos hídricos subterráneos que, por sus características, se encuentran en contacto directo con minerales ricos en fluoruro», recalca.
La experta en Toxicología comenta que es de gran importancia hacer un análisis químico del agua. Argumenta que «es necesario para determinar si lo que se va a consumir cumple con los requisitos para que no sea dañino para la salud». «La técnica más utilizada en la actualidad para la evaluación del agua es la potenciometría con ion selectivo de fluoruro, aunque existen otras técnicas analíticas para su determinación», destaca.
Señala que los niveles de flúor actuales en Tenerife continúan altos. «En nuestro último estudio, publicado recientemente en la revista Foods, encontramos concentraciones elevadas, superiores al valor paramétrico de un miligramo y medio por litro en la mayoría de los municipios». Además, añade que «la mayor concentración media de fluoruro está registrada en la localidad de El Sauzal, con siete miligramos por litro».
«Las plantas potabilizadoras ayudan a frenar el problema»
Soraya Paz reconoce que el exceso de flúor es más peligroso en edades tempranas. Explica que se debe al grave daño que pueden suponer para la formación de sus dientes. «Recomendaría el uso de agua embotellada para menores, y en caso de que económicamente se pueda permitir, instalar sistemas de ósmosis», considera. Aclara que esto garantiza una disminución del fluoruro pero sin repercutir en el resto de minerales del agua.
Con respecto al resto de islas, se reflejan concentraciones más bajas en Gran Canaria. Revela que «se debe a que los recursos hídricos proceden de plantas potabilizadoras y desaladoras». En el caso de Tenerife, añade, «sucede lo mismo en municipios como Adeje o Arona donde se registran las menores concentraciones de fluoruro».