En algún rincón de Venezuela, sonaban sin parar baladas de Ricardo Montaner mientras un niño, latía y sentía al ritmo de cada una de las canciones que su madre reproducía día tras día para alimentar el ambiente. Sin querer, un impulso prácticamente adictivo empezó a remover a Samuel Elcure, quien de forma totalmente autodidacta y por instinto, se adentró en el mundo musical. Aún así, no fue hasta su adolescencia, cuando los cambios de la edad y el descubrirse, le llevaron a querer saber cada vez más sobre la música. Aunque, desde los 8 años empezó a escribir poesía y entre risas y buenos ratos con sus amigos, reescribía las canciones del grupo canario Soul Sanet.
Al tiempo, conoció a unos chicos que tenían un grupo de rap y les enseño Tiempo, un tema propio. A partir de ahí, se podría decir que fue su primer toque directo en esta disciplina y se dio cuenta que era algo que se podía tomar totalmente en serio. Continuó su rumbo y eso le llevo a cruzarse con muchas personas que le aportaron mucho no solo a nivel profesional si no, personal. Estuvo cerca de ocho años en un grupo como corista recorriendo el Archipiélago. También, en esa etapa, empezó a desarrollar su faceta de productor musical.
«Más que con personas, me quedo con su arte y su aprendizaje»
Elcure parte de una honesta escuela y naturaleza. No habla de lo entendido socialmente como grandes referentes. Tanto Luis, desde una murga que le metió el sentido del ritmo en el cuerpo a través de las congas, o Margarita Rodríguez, profesora de Pedagogía en la Universidad, que le enseñó a ubicarse en un mundo donde las cosas son como son, marcaron mucho su vida en un contexto donde no todo era tan fácil. También se empapó de vida a través de maestros en el colegio, su madre, sus tíos o sus amigos dentro de la música. Asegura que «más que con personas, me quedo con su arte y su aprendizaje».
Actualmente, tiene un proyecto en marcha. Llevó a cabo una iniciativa en Instagram que consistía en que la gente le enviase palabras que sintiese durante el confinamiento. Una de ellas fue: cosas. A raíz de esta nació Pinta tu odisea. Además, está preparando una canción que mezcla música y poesía con la artista emergente Claudia Basterra. Con más vistas de futuro, se encuentra inmerso en la elaboración de un libro de fotografía y poesía, donde explota su faceta de fotógrafo.
«Este enclaustramiento hará que muchos artistas sientan la necesidad de explotar y de gritar más alto»
Esta situación tan desordenada para la mente de cualquiera, está llevando al límite a todos los sectores. Sobre esto, Elcure opina que «si eres músico y solo vives de la música, seguramente estarás un poco perdido con todo esto» ya que todos los artistas han tenido que cancelar sus eventos y esto les lleva a no generar ninguna clase de ingresos. Pero no solo ellos están siendo afectados si no, todas las personas que conforman el sector cultural en si.
A pesar de ello, el artista apunta que «se va a generar mucha más cultura ya que esta sirve para manifestar el yo que tenemos dentro y este enclaustramiento hará que muchos artistas sientan la necesidad de explotar y de gritar más alto». Por otro lado, también confía en la idea de reinventarse «ya no solo a nivel técnico para colaborar entre nosotros si no que hay mucho desprecio hacia hacer las cosas de otra manera». Además, dice que «esta es la oportunidad para abrir la mente y enriquecer a los demás», añadiendo que «todos los estilos se pueden fusionar y los artistas nos podemos mezclar entre nosotros mientras nuestros valores vayan a la par».