Salvador Samper, informático Forense y director del Observatorio Español de Delitos Informáticos (OEDI), impartió el jueves, 25 de mayo, una charla llamada La violencia de género digital, que se enmarca en el seminario La primavera violeta: ciberdelitos y violencia digital de género. La ponencia se celebró en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna y en ella, el ponente aseguró que «cada 39 segundos hay un ciberataque contra una mujer».
A lo largo de la conferencia, Samper recalcó que el perfil internacional de víctimas de delitos informáticos son mujeres y niñas entre los ocho y los 65 años y que, en España, los ciberdelitos han aumentado hasta un 25 %. Por tanto, «hay una alta necesidad de especialistas que puedan prestar un servicio adecuado a las víctimas», explicó.
Para trasladar la gravedad del problema, el director del OEDI utilizó casos de víctimas recientes. En primer lugar, habló de un grupo de jóvenes que denunciaron a varias cuentas por suplantación de identidad. «Roban sus fotos y hacen perfiles vendiéndolas en OnlyFans con su nombre y apellidos», explicó. Además, aseguró que estas agresiones tienen un gran riesgo de suicidio, por lo que requieren un perfil de atención especializado. Fue el caso de Nieves, una víctima de 25 años, que denunció hasta cuatro veces una suplantación de identidad. «El casó traspasó al entorno físico, colocaron carteles linchándola en el lugar donde vivía», apuntó.
«No se tomaron las medidas adecuadas para evitar su muerte»
Samper habló sobre el caso de Sandra, una mujer que sospechaba que alguien había hackeado su teléfono y que espiaba sus conversaciones para averiguar a dónde iba. Otra mujer, madre de dos niños, acabó también con su vida. Explicó que en su trabajo circuló un vídeo privado de índole sexual. Añadió que «más de doscientas personas vieron el vídeo y lo compartieron. No se tomaron las medidas adecuadas para evitar su muerte».
Existen también situaciones de violencia vicaria en las que la expareja tiene acceso a información personal de la mujer a través de lo que el conferenciante llamó regalos envenenados. Se trata de objetos que entregan a sus hijos e hijas con cámaras y micrófonos ocultos. En uno de los casos, «el agresor tenía información constante de su pareja y monitorizaba sus conversaciones, en consecuencia, asesinó al compañero de trabajo de ella», explicó Samper.
Estos ejemplos de violencia de género digital mantienen un denominador común: el acoso, el control y la dominación de la mujer. Samper aseveró que los medios digitales permiten que la violencia ocurra durante las 24 horas del día. Además, concretó que el agresor puede «interferir en las relaciones de una mujer a través de las redes sociales al exigirle el envío de la localización, fotografías, videollamadas o imágenes sexuales».
Existen varios tipos de delitos, entre los que se encuentran el ciberacoso, las amenazas, el grooming, el hacking o la suplantación de la identidad. Algunos métodos de manipulación son muy planeados. En el romance scam, el agresor finge tener una relación sentimental con la víctima para obtener algo de ella. Por otra parte, durante la Pandemia se popularizaron los ciberprostíbulos, canales digitales que engañan y explotan sexualmente a mujeres, según explicó Samper. «Muchas mujeres ni siquiera saben que están siendo explotadas», señaló, ya que son comunes las grabaciones ocultas.
«Quiero que combatamos el negacionismo»
El ponente defendió la necesidad de que las víctimas cuenten con un equipo especializado y multidisciplinar, que le ofrezcan un asesoramiento adecuado. Subrayó que los casos son complejos y se maneja mucha información. Además, añadió que las víctimas sufren de manera continuada y se sienten incomprendidas. «Quiero que combatamos el negacionismo», declaró y agregó que «la perspectiva de género es cuestión de derechos humanos».
Samper recalcó la importancia de evitar la revictimización de las afectadas, que se produce cuando los procedimientos no se llevan a cabo de manera correcta y desencadenan impunidad. Para ello, aclaró que es importante que sean atendidas y comprendidas por profesionales y que sepan qué, cómo, cuándo y dónde denunciar. Por ese motivo, en OEDI llevan «muchos años reclamando ayuda especializada», aseguró. También dio gran importancia a las sedes de atención temprana a la víctima, que pueden reducir el tiempo de actuación en un 500 % al detectar rápidamente el software malicioso.
Otro método que utilizan para evitar la revictimización es una herramienta llamada pandora, que obtiene evidencia en el momento con absoluta garantía, así como defensa y acusación en tiempo real. Samper declaró que «en España estamos siendo referentes en atención de este tipo, trabajamos a nivel internacional con diferentes universidades». Incluso la compañía de informática forense Cellebrite, que cuenta con un enorme reconocimiento mundial, valoró la labor de OEDI.
Finalmente, el especialista concluyó asegurando que las mujeres están expuestas en todos los ámbitos. Aconsejó siempre denunciar en compañía de juristas y nunca bloquear ni eliminar conversaciones, pues eso facilita que se pierdan las pruebas.
