El primer encuentro Rewine se celebró el pasado sábado, 10 de marzo, en el municipio norteño de Santa Úrsula. A la cita acudieron bodegueras y especialistas en vino de todas partes del Archipiélago y de fuera de él. El acto, que llevó por título Eclosión de las mujeres en el mundo del vino, fusionó la cultura vinícola con la presencia, cada vez mayor, de la mujer en el sector. El público, integrado principalmente por féminas, compartió experiencias con las profesionales.
La presentación de la jornada corrió de la mano de Gabriel Santos García, responsable del Aula Cultural de Enoturismo y Turismo Gastronómico de la ULL, quien introdujo a cada una de las invitadas y explicó cuál sería el curso del acto. También estaba presente Efigenia González, concejala de Igualdad, y Janira Gutiérrez, concejala de Agricultura, ambas del Ayuntamiento de Santa Úrsula. Expresaron su emoción al conseguir que aquel salón de la Casona de San Luis estuviese lleno de mujeres. Por otra parte, Francisco García Rodríguez, el vicerrector de Relaciones con la Sociedad de la ULL, declaraba que “estamos en una semana histórica y trascendental en la lucha por la igualdad”.
Rocío Márquez Ortega, directora técnica y enóloga de Bodegas Robles en Córdoba, contó su experiencia personal respecto al vino. Sus abuelos fueron los responsables de que ella desarrollara una enorme pasión por enología. Márquez Ortega manifestó que, a diferencia de los hombres, “la mujer tiene mayor facilidad organoléptica para catar” y, por ello, se nos debe valorar dentro del sector vinícola. La enóloga reconoció que no fue fácil hacerse valer en este ámbito y que “en la facultad ella era la única mujer”. Sin embargo, ha sabido abrirse camino en el terreno enológico y a día de hoy es uno de los pilares fundamentales de Bodegas Robles.
“A día de hoy me siento en catas de vino con la gente que me enseñó”
Además, Rocío Márquez mostró su admiración directa al producto de aquí: “Los vinos canarios son los más aromáticos de España”. Durante su discurso, explicó que Bodegas Robles tiene proyectos que incluyen a los más pequeños dentro de este mundo: “el proyecto Cómete el vino consiste en elaborar alimentos como gelatinas o mieles”.
La segunda ponente fue Trinidad Fumero García, técnico del Consejo Regulador de Abona. Reconoce que llegó a la bodega en el año 1994 para desempeñar las funciones de contabilidad y administración, pero en la actualidad ha conseguido ascender de puesto: “Mi función era transcribir lo que los hombres anotaban en los comités de catas”. La técnico reconoce que no es un camino fácil, pero que “si no crees en ti y en tus capacidades, te machacan”.
Finalmente, las hermanas Yanira y Cynthia Florido Ortega provenientes de Gran Canaria dieron a conocer cómo el vino llegó a sus vidas, declarándose ellas mismas como “jóvenes y bodegueras”. “Desde pequeñas hemos visto a nuestro padre y nuestro tío trabajar en la bodega, y ahora ellos han delegado en nosotras”, declaran con tremendo orgullo. Ambas aseguran que nunca han estudiado enología y que todo lo que saben lo han aprendido de su padre. En la actualidad, “nuestro progenitor es el único hombre de la bodega”, afirman.
“Cuanto más me impidas hacer algo, más fuerte me haré”
Antes de proceder a la degustación de vinos que cerraba la jornada, se organizó una mesa redonda donde todas las asistentes podían interactuar con las ponentes para compartir experiencias. La periodista Vanessa Luis-Ravelo moderó la ronda de preguntas que se basó en conocer las dificultades que habían tenido para abrirse paso en el mundo del vino. Por su parte, Rocío Márquez Ortega reconoció que lo más difícil es vender el producto: “Te topas con un muro cuando llegas al mercado y eres mujer”. Sin embargo, Trinidad Fumero confesó que lo importante es hacerse valer y que «cuanto más nos impidan algo, más fuertes nos tenemos que hacer”.