Raquel Sicilia González, practica kárate y estudia Farmacia en la ULL. Foto. PULL

Raquel Sicilia: «El kárate me ha enseñado muchas cosas que desconocía»

Deportes

Raquel Sicilia González está en el segundo curso del Grado de Farmacia de la Universidad de La Laguna y compagina la carrera con el kárate. Como todo estudiante, debe organizarse bien, pero ella afirma que, esta pequeña obligación que tiene con el deporte en su tiempo libre, le ayuda a evadirse de sus problemas y aprovechar el tiempo al máximo. Empezó con el kárate a los tres años, fue el primer deporte que practicó. Su hermano fue el que se apuntó primero y ella quiso seguir sus pasos.

Comenzó en el colegio Pureza de María, donde los dos estudiaban. Allí llegó hasta el cinturón marrón con 12 años. En ese momento, su entrenador le sugirió que se apuntara en el C.D. Bushido para continuar mejorando y, a día de hoy, sigue entrenando allí.

Para mantener la forma durante esta etapa de confinamiento que vivimos, la karateca ha seguido haciendo ejercicio en su casa por su cuenta, ya que, tal y como comenta «no hemos recibido ningún tipo de rutina para mantener el nivel», y lo único que les llegó fue un mensaje motivador para no perder las ganas de seguir entrenando. Como ya nos encontramos en la Fase 2 y los deportistas federados pueden volver a practicar deporte con sus equipos y clubes, en el caso de la Raquel Sicilia, sus entrenamientos se reanudarán el 1 de junio. Asegura que cuando vuelva no tendrá la misma forma física que cuando se fue, «pero poco a poco la recuperaré».

Honor, bondad, cortesía, autocontrol y disciplina


Con respecto a las competiciones, continúan paradas y todavía no existen novedades de lo que ocurrirá. Ella supone que, a medida que la situación avance, el Club les irá informando. Del mismo modo, la futura farmacéutica abandonó esa parte del deporte, es decir, solo se dedica a entrenar porque se dio cuenta de que era imposible compaginar la competición oficial con la carrera universitaria.

Raquel Sicilia considera que con el resto de karatekas y su entrenador, con quien tiene una relación muy especial, forman una gran familia que se ha conocido gracias a este deporte: «El kárate me ha enseñado muchas cosas que desconocía, que me han ayudado en mi desarrollo a nivel mental y personal». También ha adquirido muchos valores como el honor, la bondad, la cortesía, y, sobre todo, el autocontrol y la disciplina. Ella confirma que no sería la misma persona que es ahora si no hubiera practicado este deporte, que es mucho más que eso, es un arte marcial.

Lo que le gustaría conseguir cuando todo vuelva a la normalidad es volver al tatami, ya que, durante esta cuarentena, lo ha echado mucho de menos. Quiere seguir con las mismas ganas de mejorar y de lograr su principal objetivo, que es ser segundo dan.

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