María Fernanda Guitián es profesora doctora del grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y además conservadora y restauradora desde hace más de 35 años. Comenzó su licenciatura en la Universidad de La Laguna, y la finalizó en la Universidad Complutense de Madrid, ya que aquí se implantó en el curso 2012/13. Volvió y fundó la empresa Cúrcuma para prestar un servicio integral y completo en los procesos de conservación y restauración de Bienes Culturales dentro del archipiélago canario.
¿Qué debe primar para una buena restauración? «Quien restaura siempre debe quedar en un segundo plano a la hora de intervenir, porque no es trata de un artista. Es más, quienes nos dedicamos a restaurar debemos intervenir sin dejar huella, así habremos realizado un buen trabajo».
¿Cuál es el objetivo del Grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales? «Dar un servicio a la sociedad, tanto en el campo de la investigación como en la preparación de los futuros conservadores y restauradores en sus múltiples facetas. Además, prima la preservación de los bienes culturales, que consiste en el examen y el diagnóstico de los bienes culturales, en su conservación preventiva y curativa y en su restauración, así como, en su documentación».
¿Qué aptitudes y características académicas considera más adecuadas para iniciar estos estudios? «Tienen que tener inquietudes en los campos artísticos. Somos un poco ambiguos porque nos movemos entre las humanidades y lo científico y resulta difícil encontrar a todas las personas de un campo que les interese el otro que resulta ser tan opuesto».
«Nos queda camino por recorrer pero existe motivación e implicación»
¿Cómo calificaría la demanda del grado? «Creciente en la medida que aumentan las necesidades y cada vez somos más visibles en la sociedad. Creo que todavía nos queda camino por recorrer pero existe motivación e implicación por parte del profesorado y la Universidad para difundir las investigaciones y apoyar nuevas especialidades. Estamos en proceso de cambios, de nuevas asignaturas con formación más específica en nuestro campo que completará las que ya existen».
¿Cuál suele ser la mentalidad del alumnado que ingresa? «Piensan que la persona encargada de la conservación o restauración es solo quien que interviene sobre escultura y pintura. Sin embargo, son muchos y diferentes los campos que se estudian durante el grado. A parte de lo mencionado, se interviene sobre material arqueológico, documento gráfico, pintura mural, restauración de piedra, metales, entre otros».
«Nos encontramos en pleno crecimiento»
¿Qué actividades se le proporcionan al alumnado para acercarlos a la profesión? «Visitas a museos, exposiciones, talleres, archivos, bajo la perspectiva de la conservación y restauración o la invitación a seminarios específicos por personal investigador. Nos encontramos en pleno crecimiento y con cambios para dar respuesta a las necesidades que la sociedad demanda. Cada vez son más las áreas a estudiar, ya que los materiales aumentan y con ello, se abren nuevas líneas de investigación».
¿Qué salidas laborales ofrece? «Son amplias ya que abarca muchos campos de estudio. Nos preparamos para trabajar tanto directamente sobre la obra, contemporánea y tradicional, como en los estudios previos mediante análisis científicos en todas sus facetas. Una salida que todavía queda por implantar en la mayoría de los espacios culturales es la conservación preventiva, la única forma de conservación que ralentiza el deterioro o la desaparición de nuestro patrimonio, frente al cambio climático».
¿Qué le diría a alguien que quiere comenzar estos estudios? «Tiene que tener mucha ilusión, es una carrera muy bonita que puede llenarte la vida profesionalmente. No desanimaría a nadie pero sí hay que concienciar de que requiere mucha formación en diversos campos. Pero es muy bonita y satisfactoria».