Entre el humo del café se estira el periódico sobre la barra del bar. Toda pausa es poca tan temprano, salvo la boca de la calle que parece retorcerse de tantos viajeros que vienen y van. El periódico me mira como si fuera una de las esquinas pardas en otoño, así que leo la portada: «Canarias, la comunidad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social». Una tan mala noticia se puede convertir en pésima y crítica únicamente si se continúa leyendo y, en efecto: «[…] con una tasa del 44,6 % de la población, según el VII informe El Estado de la Pobreza, que elabora un seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España entre 2008 y 2016″.
El bar se hace grande, como un ágora que se va llenando de siluetas y no puedo seguir leyendo desde aquí. Sigo como las flechas y líneas largas por la avenida, me desvío en una cuesta solo con farolas tintineantes, me cruzo con seis abrigos verdes y ahora, trato de ir esquivando calles como si tuviera prisa. Ya la ciudad se seca y la gente no es una novedad. Todos parecen tener su dirección marcada, y no logro ser el objetivo de sus miradas. Hoy nadie mira, ni esboza pena.
Posiblemente, aún no han leído el periódico hoy. Yo he repasado esa información que vi tan temprano una y otra vez, como el callejero todos los días. Cuando lo lean, quizás no se den cuenta de que esos datos impresos, en portada, es un ultimátum y se debe de declarar el estado de emergencia por la situación tan grave que es. Yo estoy preocupado. Casi la mitad de los canarios están en riesgo de exclusión de algún tipo.
La noticia no es buena y es por eso que sale tan poco en portada. He recorrido la avenida siguiendo las flechas y las líneas largas, el tintineo de la cuesta, y hasta he esquivado calles como si tuviera prisa.
Pero nada cambia. Ni siquiera yo. Por eso hoy dormiré en la esquina parda de otoño, allí donde se inspiran los periódicos, donde ya no lucen tantas corbatas, cerca del jardín que custodia la entrada. Al otro lado de la reja del parlamento estaré yo. Esperando a que algo cambie. Esperando encontrar mi dirección.