Tenerfie Espacio de las Artes (TEA) fue ayer miércoles, 27 de septiembre, el escenario de la proyección de las películas que compiten en el apartado a concurso de Fimucité 2017. En el certamen participan 908 cortos, 214 documentales y 104 largometrajes con el objetivo de lograr el premio final.
La tarde comenzó a las 17.00 horas con la presentación del documental El hombre que embotelló el sol de Óscar Bernàcer, la cual corrió a cargo del compositor Iván Capillas. Un tierno relato sobre cómo Benidorm, ciudad costera de la provincia de Alicante, pasó de ser un pueblo pesquero en los años 50 a convertirse en referente turístico español a partir de la década de los 60. El obrador de tal milagro: Pedro Zaragoza, el alcalde del municipio durante aquella época.
Una fábula que, entre mitos y recuerdos, cuenta la evolución del uso del bikini en el régimen franquista y el cambio que experimenta con la llegada de los turistas extranjeros. Lo que ahora supone una prenda más, tuvo un significado de aperturismo en la España de la dictadura. No obstante, lejos de desfallecer en su empeño, Pedro Zaragoza fue a ver al mismísimo Francisco Franco. Semanas más tarde, acudirían la mujer del dictador y el ministro de gobernación a hospedarse a su casa. Cierto o no, la leyenda ha quedado impregnada en la creencia popular. Otra de las curiosidades del dirigente benidormense fue la de repartir botellas de vino con el etiquetado Embotellando el sol de Benidorm desde el País Vasco hasta Noruega.
La banda sonora de esta cinta complementa el ambiente festivo de los chiringuitos y las noches estivales, hasta el frío de Finlandia, país desde el cual el alcalde invitó a una familia lapona a visitar la localidad. Una locura o una lucidez que le valió la cobertura mediática nacional. Mientras, la música, en un cuidado arreglo de piano y con tintes de los años 70, se queda zigzagueando en nuestro recuerdo. Una memoria que no se despega de la figura de Zaragoza, a quien Benidorm debe hoy su nombre.
Cortometrajes feministas
La siguiente sesión, programada a las 18.30 horas, contó con tres relatos sobre mujeres. El primero fue Family Portrait, una producción anglo-francesa ambientada en la época victoriana cuya protagonista es Louise. En un mundo patriarcal, y ante la muerte de su padre, ha de asumir el casamiento con su tío para librar así a la familia de la ruina. Con tonos oscuros y diálogos cortos, Louise desprende un destello de luz que intenta rebelarse contra los márgenes establecidos.
Seguidamente se proyectó Mothers of Luna. Una voz infantil actúa como hilo conductor de cuatro tragedias similares: una joven del continente africano muere durante el parto al no contar con las medidas sanitarias adecuadas, una niña que muere durante el parto tras ser forzada a casarse con un hombre mayor, una adolescente que muere durante el parto después de ser asistida en su habitación ante la atenta mirada de su proxeneta y una mujer que muere durante el parto al ser golpeada por su agresor. En todos los pasajes el personaje común era un hombre que se mantenía observado la escena, sin hacer nada para impedir estas atrocidades que intentaron mostrar a los espectadores la dura y aún violenta existencia de muchas féminas.
El último turno fue para el cortometraje futurista The TinWife. Este se enmarca dentro de una sociedad en la que los coches vuelan y las mujeres, a semejanza de lo que empieza a ocurrir hoy en día en la cultura china, son robots que sirven como acompañantes. A la protagonista, cuyo nombre se desconoce, la policía le informa de que su marido ha muerto. Esta, que previamente había estado preparando su maleta de viaje para marcharse, se queda conmocionada. Entonces, los agentes la instan a acompañarles, ya que al ser un robot deben desconectarla. En medio de toda esta trama la afectada duda querer hacerlo, porque aun siente y posee recuerdos. Sin embargo, lejos de escucharla, supone una razón más para encerrarla junto a las demás máquinas. Aquí se cuestionará si realmente es o no algo más que un entramado de cables.
Hoy a las 17.00 horas, nueva sesión
Se trata de tres producciones audiovisuales que denuncian, de una manera u otra, la temática sexista, la soledad, la violencia y los sacrificios a los que se ven sometidas las mujeres. Así, Fimucité se ha comprometido un año más con algunas problemáticas sociales a través del arte. Este ciclo continuará hoy por la tarde con entrada gratuita a partir de las 17.00 horas.