El Paraninfo de la Universidad de La Laguna acogió durante la noche de ayer viernes, 2 de noviembre, un concierto del cantautor tinerfeño Pedro Guerra, de la mano de Búho Club La Laguna. El artista volvió a la isla que lo vio nacer para presentar en directo la reedición de su primer trabajo discográfico en solitario Golosinas, que se lanzó el pasado mes de septiembre. Esta nueva versión remasterizada cuenta con muchas y diversas colaboraciones especiales como son las de Pablo López, Rozalén, Vanesa Martín o Juanes, entre otras estrellas del panorama musical nacional e internacional.
A las 20.30 horas los asistentes comenzaron a aglomerarse en la puerta del recinto. Una buena parte incidieron en que su aprecio por el cantante se remonta hasta los principios de su carrera, cuando era integrante del grupo Taller Canario de Canción. Asimismo, en una ronda de preguntas desvelaron sus temas favoritos: Dibujos animados, 2000 recuerdos y Deseo fueron algunas de las más repetidas. Por el lugar también estaban algunos de los familiares del compositor, entre ellos su sobrina Elena Guerra, quien se consideró su mayor fan, pues su música ha estado siempre en su vida.
Media hora más tarde, el público comenzó a tomar asiento con entusiasmo. A continuación, las luces se apagaron y entró al escenario el telonero Abraham Arvelo, cantante y poeta canario, que deleitó con varios de sus poemas y composiciones propias. Además, aprovechó la ocasión para anunciar que su disco debut, Cicatrices, verá la luz el próximo 6 de abril con una presentación en el Aguere Cultural de La Laguna.
Golosinas, una representación del tránsito que vivió cuando dejó Tenerife para irse a vivir a Madrid
Tras la breve actuación de Arvelo, accedió a las tablas Pedro Guerra, quien fue recibido con una enorme ovación. Después de los aplausos, el intérprete comenzó con una primera toma de contacto con Golosinas, una de sus canciones más míticas, con la que el auditorio conectó de una forma nostálgica emotiva e íntima. Acto seguido, explicó con afecto que el álbum homónimo, que grabó en directo en 1995, es una representación del tránsito que vivió cuando dejó Tenerife para irse a vivir a Madrid.
Posteriormente, realizó un amplio repaso por sus hitos musicales como Peter Pan, El marido de la peluquera, Greta o Contamíname. Durante el espectáculo hubo momentos de silencio que enmudecieron la sala, minutos de exaltación donde el público coreó las letras, pero, también, instantes de conmoción y melancolía con el que más de uno soltó una lágrima. Una montaña rusa de emociones.
El recital llegaba a su fin y Guerra reafirmó la gran importancia que tenía pisar de nuevo el escenario del Paraninfo, ya que fue el último en el que actuó tras marcharse de Canarias para emprender su trayectoria profesional en la Península. “Sin duda, volver aquí me resulta muy emotivo, porque uno de mis primeros grandes conciertos también lo llevé a cabo dentro de estas cuatro paredes”, concluyó el artista.