La literatura y la poesía están bastante presentes en las aulas de la Universidad de La Laguna. Es el caso de Aida González Rossi, graduada en Periodismo y, en la actualidad, estudiante del máster en Estudios de Género y Políticas de Igualdad en la ULL; Tomás Redondo Velo, graduado en Español: Lengua y Literatura por el mismo centro académico y máster en Formación de Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, y Covadonga García Fierro, filóloga hispánica y máster de Teoría e Historia del Arte y Gestión Cultural, junto a otro de Formación del Profesorado de Secundaria.
Isabel Castells Molina es profesora titular del Departamento de Filología Española de la ULL y los últimos diez años se ha encargado de dirigir el Aula Cultural de Lengua y Literatura. Su finalidad es propiciar un diálogo entre distintas promociones en el que participen estudiantes y docentes, al igual que profesionales de otros sectores. Asimismo, dicho diálogo se pretende extender al resto de la sociedad, haciendo actividades y fomentando ámbitos culturales como el cine o la pintura. Todo esto desde distintos espacios o incluso desde la calle, colaborando con otras instituciones, para así complementar los contenidos teóricos que se imparten en las diferentes asignaturas de los grados.
Castells cree que la mayoría de los profesores no tienen como prioridad respaldar al alumnado en sus creaciones literarias y que tampoco son conscientes de la actividad creativa de los estudiantes. Además, cuenta que existen algunas iniciativas como los diferentes concursos de invención y una asignatura en el Grado en Español: Lengua y Literatura, que se llama Análisis de textos y creación literaria para ayudarles a explorar y explotar su mundo interior. «Algunos docentes, entre los que me encuentro, fomentamos actividades y tareas de carácter creativo», afirma.
Dentro del Aula Cultural se encarga de promover y hacer posibles las propuestas que vienen del alumnado, procurando asesorarles y conseguir financiación. En esta línea, su directora subraya que hacen todo lo posible para que tengan el mayor protagonismo en sus actividades.
«Es difícil que una editorial confíe en ti cuando no tienes publicaciones»
Aida González Rossi escribía cuentos de pequeña, pero fue a los 14 años cuando empezó a ser consciente de la importancia y el valor que tenía lo que conseguía hacer con las palabras. La ansiedad, la vergüenza, el miedo y su propio cuerpo son algunos de los temas que la inspiran.
«La poesía por la que me intereso ahora son voces que hay que articular para que digan la verdad. Para mí es una expresión de las identidades, porque estas son la intimidad y son la cortina a través de la que vemos, pensamos, sentimos», resalta, al tiempo que subraya lo significativo que es el hecho de atreverse a ser uno mismo: «Escribo sobre mí, sobre todo, desde una posición de mujer a la que serlo le ha hecho daño».
Hace dos años recibió el XX Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve de la ULL por su creación Casas, desiertos o bosques. Ganar ese galardón fue algo muy importante para ella, que la hizo empezar a creer aún más en su trabajo y que todas las personas de su generación también lo hicieran. «Podemos presentarnos a premios internacionales, en los que siempre gana gente mayor, con nombre y ganar. Nos han vendido que no, pero tenemos la preparación y no solo el talento», destaca.
En 2018 publicó Deseo y la tierra, uno de sus poemarios en la Colección 31 de Cartonera Island. No había llegado al punto de plantearse hacer algo así, pero tampoco tuvo dificultades a la hora de llevarlo a cabo, ni siquiera por su edad. «La gente de la editorial me preguntó si quería hacerlo. Es difícil que una empresa confíe en ti cuando no tienes publicaciones», explica González Rossi, añadiendo que «los jóvenes tenemos bastantes herramientas para difundir nuestra obra gracias a Internet». También, cree que siempre va a ser más difícil conseguirlo para ellas que para un hombre: «La poesía de las mujeres jóvenes se califica de poesía ‘femenina’, ‘para mujeres’, y ese estereotipo limita muchísimo el sector. Y si encima escribes como yo, sobre temas que llevan mucho tiempo siendo tabú, pues peor».
De igual forma, hace hincapié en que a pesar de existir actividades complementarias que sí tienen que ver con la creatividad y con la escritura, la ULL no muestra interés por los estudiantes que escriben. «A no ser que te pille algún docente que se interese por la escritura, no vas a tener respaldo. La universidad sí me ha apoyado, pero porque uno de mis cuentos fue ganador de un concurso literario en 2017. Como alumna, no», apunta la poeta.
«Debe ser el artista el que se moleste en agitar su trabajo, sea o no dentro de la universidad»
La poesía es, para Tomás Redondo Velo, una de sus pasiones. Le sirve para manifestar lo que piensa y siente. Desde hace cinco años el hecho de escribir tomó un papel primordial en su vida y se ha mantenido hasta ahora. «Necesito expresarme y la forma en la cual estoy más cómodo haciéndolo es escribiendo. En Primaria ya participaba en algunos concursos del colegio. Más adelante, en la Secundaria, fue cuando fui consciente de que me gustaba escribir», resalta el joven.
Considera que los premios y concursos organizados por la ULL, al igual que los talleres y congresos, incitan a los alumnos escritores a participar: «Hacen que conozcas a otros autores jóvenes». Respecto al Aula Cultural, Redondo Velo tiene claro que la labor que desempeña es necesaria: «Somos afortunados de que se mantengan proyectos así, con ese oxígeno y compromiso. Toda visibilidad siempre es buena y se agradece». Subraya también que «debe ser el artista el que se moleste en agitar su trabajo, sea o no dentro de la universidad».
El amor, las ausencias y la naturaleza son algunas de las cuestiones que le inspiran. «Solo vivo e intento mirar con curiosidad todo lo que me encuentro, en este proceso uno va escribiendo a medida que vive sus días», explica. Para él, las experiencias vitales tienen una gran importancia: «Hablo sobre todos aquellos temas que me van curtiendo de un modo u otro».
En mayo publicó su primer libro, Las paces con el sol (Ediciones La Palma). Una obra que reúne sus poemarios La luz desde el agua, que consiguió el Premio Félix Francisco Casanova en 2016; y Latido al aire, Premio Emilio Alfaro Hardisson el año pasado. «Tras la publicación de Las paces con el sol siento que abrí una veda. Me gustaría ir desgranando en la medida de lo posible poemarios que escribí en los últimos años», destaca el escritor. Además, insiste en que la cuestión es «creer en lo que uno hace y respetar el trabajo de los demás».
Al margen de la escritura, le gusta rapear y es uno de los componentes del grupo musical Vavra. Por su parte, este verano lanzará como trabajo en solitario Still loving, un EP integrado por seis canciones.
«La ULL sí ayuda y potencia, pero siempre fuera de las aulas»
A Covadonga García Fierro se le dieron bien las letras desde la infancia. Comenzó a escribir en el instituto pero fue durante el Bachillerato cuando, animada por sus profesores, empezó a tomarse su escritura más en serio y se presentó a un concurso de relato corto entre todos los institutos de Canarias. «El relato que presenté fue premiado y ese hecho fue un espaldarazo que me animó muchísimo a seguir escribiendo y a pensar que con el tiempo mis textos podrían llegar a tener algún tipo de valor», afirma.
La joven escritora considera que el profesorado de la ULL da clases magistrales de manera totalmente académica y tradicional, sin dar cabida a la creatividad ni a la innovación. No obstante, distingue el «buen trabajo» que se lleva a cabo desde el Vicerrectorado de Extensión Universitaria: «Potencian la formación en habilidades como la creatividad, la diversidad cultural y la innovación educativa». Considera que un ejemplo de este «buen hacer» es la Universidad de Verano de Adeje, en la que el 23 de julio ofrecerá un taller de escritura creativa. Mantiene que «la ULL sí ayuda y potencia, al igual que da oportunidades y hace una oferta interesante de herramientas, pero siempre fuera de las aulas».
Gracias a la poesía ha logrado conocerse: «He conseguido comprender mejor mis emociones y darme cuenta de que todos los seres humanos tenemos en común las mismas preocupaciones existenciales: el paso del tiempo, la soledad, el amor y la muerte». En 2015 publicó su primer libro de poemas, bajo el título Almario. Este año lanzó el segundo, Genética del llanto, en una edición bilingüe español-italiano, acompañado de La mujer loca, un libro de relatos. «Me siento profundamente agradecida a Ediciones La Palma por haber confiado en mí y haber editado dos poemarios míos, al igual que a la Fundación Mapfre Guanarteme por haber editado el libro de relatos», destaca la escritora.
García Fierro fue también la encargada de realizar las fichas bibliográficas de Pino Ojeda, María Rosa Alonso, Josefina Zamora y Elsa López para la enciclopedia virtual de la Academia Canaria de la Lengua y a día de hoy colabora con pequeños artículos y entrevistas en la Revista Fogal:«Es un medio que me encanta porque entiende la cultura y las artes desde un punto de vista holístico. De ahí que la revista tenga tanta riqueza».