Leticia Dolera revolucionó el Aguere Cultural este pasado domingo, 27 de marzo, a través de la apertura de un lugar de debate sobre temas vitales, subrayando que el sistema patriarcal considera que hay «mujeres públicas y mujeres privadas» y que las primeras «son las que firman el contrato social del matrimonio, y las segundas sobre las que se ejerce una explotación sexual, las prostitutas». Sobre esta cuestión afirmó con pena que «la palabra puta lleva nombre femenino».
La artista fue el broche de oro para finalizar los encuentros que se realizaron durante el mes de marzo, en honor al Día Internacional de la Mujer. Los temas que se trataron en el encuentro variaron desde su exitoso libro, Morder la Manzana, su premiada serie por el festival de Cannes, Vida Perfecta, y su perspectiva de género ante la vida.
La escritora abrió el encuentro aportando sus pensamientos más personales acerca de cómo conocerse a sí misma, y lo difícil que es escuchar la voz interior entre el ruido de la multitud. Para ella, esta situación resulta mucho más complicada si eres una mujer dentro de un mundo, supuestamente, de hombres. La trayectoria laboral y las experiencias que ha vivido hasta convertirse en quien es, sirvieron de ejemplo para quienes escuchaban, poniendo el foco contra la brecha de género y la autoestima que se debe tener para enfrentarse a cada reto.
Las situaciones que aportó fueron tan diversas como sorprendentes. Desde plantearse que el problema era ella y no su trabajo, hasta sentirse ignorada por sus colegas siendo la directora. «Una vez, en un bar que elegimos para grabar una escena, el dueño nos preguntó que cuando llegaba el director. Ni se le pasó por la cabeza que podía ser una mujer», recordó Leticia Dolera. Entonces, decidió abrazar el feminismo y se convirtió en un altavoz para su sexo.
Sus mayores éxitos
Respecto a su obra literaria, Morder la Manzana, la revolución será feminista o no será, confesó que es un libro que le hubiera gustado leer en su adolescencia. Además, esta vez se presenta también en formato infográfico para que la lucha por la igualdad cale desde la infancia. «La educación es la base de todo», sentenció la autora.
El público quiso retomar la experiencia de la invitada en su faceta tras las cámaras. Vida Perfecta, serie creada y dirigida por ella, hizo que se convirtiera en la primera persona de España en alzarse con el Premio Series de Cannes. Contó que está obsesionada con muchas cosas, siendo el rodaje de las escenas de sexo una de ellas.
La creadora anunció la existencia de una segunda temporada, algo que fue recibido con gran entusiasmo. Aportó que hay una Secuencia en la que María, el personaje principal, después de dar a luz, decide conectar de nuevo consigo misma y mirarse la vulva por un espejo. «En muchos países esta escena ha sido suprimida, sin embargo, la violencia y las drogas aparecen reiteradamente en la tele», declaró la directora, para añadir que «se debería normalizar una escena en la que la mujer, no siendo siendo hipersexualizada, se reconozca».
La sexualidad de la mujer
El diálogo invitó a reflexionar sobre la explotación sexual y, por ende, el tema de la sexualidad. «El mundo de la pornografía ejerce violencia sobre los cuerpos de las actrices y en las mentes de los niños y niñas que ven ese tipo de películas», aportó Leticia Dolera. Se estableció que la media en la que se empieza a ver porno son los doce años.
La protagonista se declaró abiertamente abolicionista y en contra de toda forma de abuso y lucro del sexo. Así, dijo que le parece fortísimo que un hombre pueda alquilar el cuerpo de una mujer. «Yo no quiero una sociedad donde ellos sepan qué tienen ese derecho», concluyó la oradora. Consideró, de igual forma, que las plataformas fomentan este tipo de ideas.
Un debate constructivo
El final del acto estuvo dominado por una charla muy cercana entre Dolera y el público. Muchas de las mujeres que se encontraban allí se atrevieron a participar activamente en la charla, algunas exponiendo sus experiencias y otras contando cómo había muchos hombres que afirmaban que la violencia de género no existe. «A mí me dolía el machismo. Por eso escribí el libro. La violencia no me ayudaba a debatir», argumentó la autora.
Leticia Dolera, tras terminar el encuentro, firmó libros y se mostró muy amable y agradecida por un espacio de sororidad y escucha activa. Además, las personas asistentes se llevaron de forma gratuita un bolso serigrafiado a cargo de la Concejalía de Igualdad y LGTBI La Laguna.