El profesor Ramón Aciego de Mendoza trabaja en el Departamento de Psicología Educativa de la Universidad de La Laguna, a través del cual ha investigado los beneficios del ajedrez como un eficaz recurso educativo. Tal y como recogió en su estudio Enriquecimiento intelectual y socioafectivo, este deporte se ha convertido en un referente a nivel internacional. Asimismo, también se encarga de la presidencia del Consejo Escolar de Canarias, desde el cual actúa como representante de los docentes con el objetivo de «trabajar en la educación que los canarios y las canarias necesitan».
¿Qué es el enriquecimiento intelectual y socioafectivo? «Los procesos de enriquecimiento y desarrollo intelectual y socioafectivo son lo que nos ocupa en el grupo de investigación, siendo una temática amplia y enmarcada en la Psicología Educativa. Esta disciplina estudia el comportamiento humano en el contexto de enseñanza y de aprendizaje, tanto de tipo formal como informal, tanto en la escuela como en el estado de constante aprendizaje del ser humano».
¿El enriquecimiento intelectual y socioafectivo tiene relación con la inteligencia emocional? «Sí, claro. La inteligencia emocional es un término que está muy en boga. Normalmente el concepto de inteligencia se asociaba más a capacidades cognitivas, como el razonamiento o la memoria, pero llevamos un par de décadas hablando de esto. Hay algunos autores que dicen que la inteligencia emocional se puede dividir en inteligencia intrapersonal e interpersonal: la primera tiene que ver más con el conocimiento del mundo interior y emocional, así como de su gestión; y la última, con la capacidad de saber cuáles son las palancas emocionales del resto y saber gestionarlas correctamente. Se supone que un buen líder social tendría que tener una eficaz inteligencia interpersonal, teniendo en cuenta no solo el aspecto cognitivo, sino conociendo los elementos emocionales que se disparan para bien o para mal».
¿Podría emplearse, además de en el mundo laboral, en la enseñanza? «Por supuesto. La Psicología estudia el comportamiento del ser humano, y este actúa en todas las esferas, sobre todo en la enseñanza. Por eso hablamos de enriquecimiento, porque queremos insistir desde la educación que nuestro objetivo no es intervenir sobre el problema, sino sobre la capacidad de desarrollo o avance que tenemos los seres humanos. Y si eso no se hace en la escuela, durante el período de formación personal, ¿dónde se hará?».
«El pasado sirve como inspiración o fundamento, pero no va a solucionar los problemas actuales»
¿Ante qué necesidades surge este grupo de investigación? «Este grupo tiene mucho que ver con el área de Psicología Evolutiva de la Educación, pero surge desde un grupo de profesores que estamos dentro de la disciplina. Históricamente ha habido distintos temas de investigación y trabajo que buscan aprovechar el conocimiento que se tiene del funcionamiento humano para mejorar y enriquecer sus capacidades de aprender, ya que son estudios que deben tener en cuenta la naturaleza aplicativa de la Psicología».
Recientemente se ha publicado un estudio sobre el uso del ajedrez para el enriquecimiento intelectual, ¿qué nos puede comentar acerca de esta investigación? «Uno de los temas en los que estamos investigando es precisamente en qué medida un juego como el ajedrez puede incidir en la mejora del desarrollo del enriquecimiento intelectual y socioafectivo. Hemos hecho distintas investigaciones que son un referente a nivel internacional, porque el ajedrez es un juego muy antiguo y sencillo, ya que se desarrolla en un simple tablero. Se habla mucho de él, pero no hay ninguna investigación empírica que estudie sus posibles beneficios, y ahí es donde hemos descubierto que, efectivamente, el ajedrez puede ser un buen recurso educativo, como muchos otros, que ayude a este enriquecimiento tanto en la esfera intelectual como en la socioafectiva, siempre dependiendo de cómo se enseñe. Puede instruirse como un método para educar a campeones entrenándoles desde la estrategia o puede explicarse como un método educativo para formar personas».
«La educación es formación y a las personas se las forma para que sean independientes»
¿Qué errores puede observar en el sistema educativo actual? ¿Se solucionarían con un enriquecimiento intelectual y socioafectivo? «Creo que, en el sistema educativo español, aparte de la inestabilidad de las normativas legales que afecta tanto a la enseñanza secundaria como a la universitaria, también hay una falta de consistencia en las grandes líneas de actuación. En este punto, la Psicología o la Educación tendrían que marcar pautas para exigir que las políticas educativas no sean fruto de ocurrencia ni estén sometidas a los vaivenes políticos, sino que estén bien fundamentadas. Además, estamos sometidos a una tradición muy enciclopédica, nos empeñamos en llenar las cabezas de información a la gente pretendiendo que se resuelvan los problemas mirando hacia los estudios ya realizados. Pero estamos en un mundo cambiante donde puede valer el conocimiento previo, pero habrá que adaptarlo a las nuevas circunstancias. Por tanto, no hay que insistir en un modelo educativo enciclopédico, sino en ser más creativos e innovadores. El pasado sirve como inspiración o fundamento, pero no va a solucionar los problemas actuales».
Teniendo en cuenta que en su grupo de investigación se plantea la educación en valores, ¿cuáles cree que son los que se están transfiriendo a los estudiantes actualmente? «El tema de la educación en valores es fundamental, pero la educación no es un adoctrinamiento. Lo que tenemos que hacer es aportar espacios de reflexión para que las personas construyan sus propios valores. La cuestión no está en adiestrar y decidir qué valores son válidos o no, sino en generar espacios para que las personas discutan y reflexionen para construir sus propios valores. Porque, como sabemos, si algo se impone no va a resultar eficaz, mientras que, si buscamos la oportunidad de reflexionar y de construcción propia, los valores quedarán bien consolidados. Lo que está claro es que la educación no es una mera instrucción, es formación y a las personas se las forma para que sean independientes, sin necesidad de tener más referente que uno mismo».