Victoria Carbonell es estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Laguna, tiene 19 años y confiesa que escribe desde que tiene uso de razón y, últimamente, cuando carece de ella. Nacida en Gran Canaria comenta que siempre ha escrito muchísimo como afición, como vía de escape, hasta que empezó a subir sus creaciones a las redes sociales y a la gente le gustó lo que hacía. En la actualidad, posee una cuenta en la red social Instagram en la que muestra sus poemas.
“Hace alrededor de uno o dos meses contactó conmigo una editorial para publicar un libro propio”, expone. Carbonell explica que el mayor problema con la publicación del texto es que poseía más de 200 escritos en su anterior teléfono, el cual vendió y borro todas las notas sin querer, por lo que tendrá que escribir el libro desde cero. Por ahora quiere terminar su primer año de carrera bien, «porque este trabajo supondría estar escribiendo 8 horas al día y no puedo. En verano me pondré a redactar mucho, para en septiembre u octubre poder lanzar el libro o enviarlo a las editoriales”.
Estilos como el de Marwan y Elvira Sastre son sus referentes
Existen dos opciones para publicar en las editoriales. La publicación del documento por parte del escritor, que consiste en pagar a la editorial entre unos 500 y 1000 euros por unos 200 ejemplares. En este caso, las ventas serían casi íntegras para el autor, y la editorial se quedaría solo con un pequeño porcentaje de lo conseguido. Y el envío del manuscrito, si les gusta, lo publicarían y el dinero se repartiría entre ambos. “Todavía no sé qué opción escogeré, voy a intentar enviarlo a varias editoriales y, si a mi padre le parece bueno, sería una inversión por su parte”
La obra no será narrativa sino prosa-poética, por la línea de la poesía. Estilos como el de Marwan y Elvira Sastre son sus referentes, afirma. Respecto al contenido, habrán poemas que tendrán tres páginas de extensión y otros media. Además, no presentará una línea narrativa concreta sino que tendrá distintos temas como el amor, el desamor, algo más personal y el feminismo, entre otros.
Sus poemas están dirigidos principalmente a los jóvenes. Asimismo, asevera que no tiene miedo a cómo influirá su libro, pues todos sus escritos incitan al amor, propio o con otras personas, y siempre intenta hacer algo muy positivo para los demás.
Desde pequeña su padre, profesor del Grado en Ingeniería Civil y Agraria, le ha metido en la cabeza la pasión por la escritura. “Nadie vive de esta, del cine o de la pintura, solo unos pocos son los que triunfan. Yo lo que quiero es asegurarme un futuro con lo que me encanta que es ser psicóloga, y aparte, si esto triunfa, será una gran alegría”, declara.
La joven comenta que antes de enviar cualquier manuscrito a ninguna editorial se debe registrar en la Sociedad General de Autores y Escritores (SGAE), “porque hay mucha gente que no lo hace y es muy importante”. Ahora sus obras las tiene registradas en Creative Commons para que no se difundan sin derechos de autor.
“La poesía la tomo como algo secundario hasta que tenga mi vida hecha, mi carrera completada. Para sentirme llena necesito ayudar a otras personas, me encantaría tener mi consulta y escribir. Mitad y mitad, nunca podría decir: lo dejo todo y me dedico solo a la escritura”, cuenta.
“No quiero que afecten mis valores a mi profesión como psicóloga”. La estudiante siente que sus ideales en redes sociales están un poco confundidos. Se considera una enamorada de los animales, pero no animalista, sí feminista liberal y comparte que lo principal que hay que cambiar es la educación. “Se debe defender la igualdad, hay feministas que opinan que tú no lo eres por depilarte, yo pienso que para ser feministas tenemos que ser libres. Hoy me voy a la playa y me voy a depilar porque quiero y ya está”. Esta visión de la vida se refleja en sus poesías donde quiere incitar al amor, no al odio.
Finalmente, anima a todo el mundo que tenga una pasión a que la muestre al público, “porque siempre va a haber personas a las que les guste, sean dibujos, poemas, vídeos”. Además, fomenta que lo enseñen al mundo ya que lo tienen facilísimo con las redes sociales. “Tener confianza para hacerlo es lo más importante, mi problema y mi virtud son que soy muy pública, pero me reconforta porque siendo así he podido ayudar a muchas personas. No hay nada de malo en exponerse, te hace más fuerte, si vives con miedo a exponerte te vas a quedar en tu zona de confort y no vas a avanzar nada”.