El triptófano es un aminoácido que se ha popularizado por tener distintas propiedades que mejoran la salud. Entre ellas se encuentran la reducción del riesgo de padecer ansiedad, depresión o estrés, la regulación de los ciclo de sueño y la prevención del síndrome premenstrual. Sin embargo, la Autoridad Europea de Salud Alimentaria (EFSA) confirmó que no hay ningún estudio que corrobore que dichos efectos son reales.
Los ensayos clínicos realizados han dado evidencias muy escasas, por lo que no está claro que se produzca una mejora en el humor o el sueño. No obstante, aún se consume bajo el argumento del aumento de la serotonina. El cuerpo utiliza este aminoácido como ayuda para generar melatonina y serotonina. Los bajos niveles de esta última sustancia suelen relacionarse con la depresión. Sin embargo, tampoco existe ninguna evidencia que relacione dicho trastorno con poca serotonina o triptófano.
María Lourdes Fernández, psiquiatra y docente en la Universidad de La Laguna, afirma que «es en casos como estos donde el efecto placebo puede ayudar con las mejoras clínicas». Aunque puntúa también que los buenos resultados no excluyen que determinados productos naturales puedan llegar causar efectos positivos o negativos sobre la salud.
La cantidad recomendada al día
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar cuatro miligramos de triptófano por kilo de peso al día. Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, o AESAN, un adulto con un dieta equilibrada y saludable ingiere entre seiscientos y mil doscientos miligramos diarios con los alimentos.
Los suplementos deben ser tomados bajo supervisión médica ya que una dosis diferente a la establecida por la AESAN podría suponer un riesgo en la salud del individuo. Esta agencia permite la comercialización de hasta trescientos miligramos.
«La ingestión de productos como el triptófano sin control médico puede ser motivo de efectos negativos, especialmente por interacción con otros fármacos o principios activos», asegura Lourdes Fernández. También incidió en que tomar continuamente determinadas sustancias puede resultar contraproducente. «La ingesta continua de determinadas vitaminas puede ocasionar daño por hipervitaminosis», concluye.