Fernando González Petit, estudiante de segundo curso de Ingeniería Informática por la Universidad de la Laguna, es un autodidacta con respecto a la guitarra y el teclado. Pasó por la Escuela Municipal de Tacoronte, donde estuvo dos años como músico y cantante, y fue en ella donde se preparó para conseguir plaza en el Conservatorio Profesional de Música de Santa Cruz de Tenerife durante el verano pasado. Actualmente, compagina ambos estudios, al menos hasta que el curso finalice.
Con 19 años combina ambas partes de su vida y asegura que es completamente factible. “Parece que es un perfil común, varias personas de la rama de Ciencias están haciendo más o menos lo mismo que yo”, aclara. Además, indica que ambas aficiones son fáciles de mezclar, y que su sueño sería crear un videojuego en el que la banda sonora esté compuesta por él mismo.
“Me encanta lo que hago, pero no tengo tiempo suficiente para especializarme”
El estudiante de Ingeniería se ha dado cuenta de que llevar ambas formaciones al día no es tan sencillo. González explica que pese a que es posible practicar las dos no llega a disfrutarlas como debería: “Por cómo soy, no porque no se pueda, siento que me es insostenible llevarlas al mismo tiempo”. Especifica que es debido a que quiere centrarse en las dos disciplinas y, al final, no puede dedicar el suficiente tiempo a cada una.
Respecto a la Ciencia de la Computación indica que se encuentra orgulloso de haber aprobado todo el primer curso. «Soy muy curioso, si sé hacer algo es porque sé cómo se hace, tal vez es otro motivo por el que estudio Ciencias», remarca. Debe invertir muchas horas para asimilar los conocimientos, pero se muestra contento con los resultados obtenidos. En este sentido, González apunta que desea terminar primero la Universidad, debido a que esto le abrirá más puertas de cara al mercado laboral, además de complementarlo con un máster y un posible Erasmus.
«Soy muy curioso, si sé hacer algo es porque sé cómo se hace, tal vez es otro motivo por el que estudio Ciencias»
El joven asegura que la música siempre ha estado presente en su vida: “Desde pequeño, mi madre me daba palmas y yo cantaba”. Sin embargo, no empezó a interesarse por un instrumento hasta los 13. Con esa edad decidió probar con el piano, gracias a la inspiración de un anime. Aprendió a tocar por sí solo y se dedicó a imitar vídeos de Youtube.
“Para entrar en el Conservatorio me preparé en la Escuela Municipal, fue como un trampolín, de no tener ni idea de cómo funciona la música a saber interpretarla”, expone. Destaca, además, que pese a que le resulté fácil instruirse por sus propios medios, llegó un punto en el que necesitó profundizar más y perfeccionar todo.
En la actualidad, ha decidido que dejará el aprendizaje musical cuando termine este año lectivo para así poder centrarse en la carrera. Una vez termine el grado universitario tiene claro que lo retomará para poder disfrutar de ambas y de su vida personal. Aunque afirma que no quiere convertirse en intérprete, concluye que ambas vertientes necesitan dedicación y esfuerzo.
