El astrofísico y profesor de la Universidad de La Laguna Antonio Eff-Darwich fue el encargado de narrar el último Fisquito en el Aula Magna de las Secciones de Física y Matemáticas. El también representante de CienciaULL de la Fundación General expuso, rodeado de tuberías, la necesidad de divulgar la Ciencia para hacerla llegar a los más pequeños y contó su experiencia en charlas realizadas en colegios.
Explicó la importancia de jugar con la realidad que nos rodea, volver a hacernos preguntas, formular hipótesis, analizarlas y sacar conclusiones. Así, reivindicó el derecho a medir, inherente a todo estudiante, sobre todo a los de primaria. De esta forma animó a los presentes a hacer «experimentos sencillos, del día a día, para después exportarlos a mayores escalas». Porque las cosas cotidianas pueden ser trasladadas a estudios mucho más avanzados.
En la última parte de su intervención manifestó su propósito de «medir por un tubo». Para calcular el tamaño de un conducto de PVC utilizó la grabación del sonido que este emitía al ser percutido con la palma de la mano en una de sus aberturas. Con la velocidad a la que se propaga el sonido por el aire, la frecuencia del audio y un cuarto de la onda sonora obtuvo la longitud de la cañería.
Luego presentó el Kepplerium, un sistema de tubos interconectados con múltiples orificios en el que la frecuencia sonora emitida al golpearlos es equivalente a la de los planetas del Sistema Solar. Con ello explicó como estos conocimientos podían extrapolarse a campos tan diversos como la vulcanología o la astronomía y animó a todos a jugar con la Ciencia.