María Hernández-Ojeda, profesora e investigadora internacional, acudió al I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Estudios Atlánticos con la exposición Un proyecto transatlántico: el centro de estudios canarios de CUNY en Nueva York el jueves 24 en la Pirámide de Guajara. Profesora titular del departamento de Lenguas Romances en la Hunter College de Nueva York, se especializó en literatura transatlántica y las relaciones culturales entre Canarias y América. Reflexiona sobre los objetivos del Centro de Estudios Canarias-América, del que es fundadora, y habla de la evolución que ha experimentado estos últimos años.
Sobre su ponencia en el Congreso sobre los estudios transatlánticos, ¿qué destacaría? “Lo que destacaría es una perspectiva dentro de los estudios transatlánticos que es crítica con el posicionamiento, en este caso, de los estudios canarios, desde una visión euro-céntrica que ha sido siempre la normativa. Propongo, al igual que muchos otros estudiosos, una visión dinámica de la Historia en la que las Islas Canarias tengan un rol crítico, central, y que puedan ser analizadas desde distintas perspectivas y teniendo en cuenta la relación que las Islas tienen con otras latitudes como puede ser África, o Latinoamérica».
Por lo tanto, Canarias es importante en todo este proceso… «Todos los estudios que se hacen fuera se basan en el trabajo que ya se ha hecho en las Islas. Nuestro centro en Nueva York tiene como meta crear conexiones con el trabajo de estudiantes y profesores que se hace aquí y en otras partes del mundo”.
Colabora con el Centro de Estudios Canarias-América (CECA) en Estados Unidos, ¿por qué en Estados Unidos? “El centro surgió en Estados Unidos, principalmente, porque soy profesora en Hunter College, que es parte de la Universidad de la ciudad de Nueva York. El centro está físicamente situado en Manhattan, Lexington con la calle 68, y ese es el principal motivo por el que surgió allí. Después de haber tenido una conversación con un profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Germán Santana, decidimos fundar este centro allí porque pensábamos que había mucho interés”.
“Queremos que la ULL también sea partícipe del Centro de Estudios Canarias-América”
Este centro nace en 2013, ¿nos podría hablar de su evolución? “Nuestro centro, desde que comenzó, ha tenido una meta fija (que sigue teniendo) y es la de crear conexiones entre distintas orillas sobre el tema de los estudios canarios. Entonces, nosotros comenzamos con una serie de objetivos como son organizar congresos sobre Canarias y estudios atlánticos y hemos logrado hacer dos en 2014 y 2015. El próximo no lo hemos hecho porque hemos estado centrados en otras cosas, como el intercambio de estudiantes, pero está hablado con el profesor Santana crear otro congreso, involucrando a la Universidad de La Laguna. Queremos que la ULL también sea partícipe del CECA para que los estudiantes y los profesores puedan participar, tanto en los congresos, como en los intercambios de estudiantes y en otro tipo de actividades”.
¿Cuál cree que es la importancia de los congresos que se organizan? “Nuestra meta al organizar estos congresos es generar conocimientos sobre las Islas Canarias y el rol que han tenido, y establecer conexiones entre académicos y público general, tanto de las Islas, como fuera de ellas. Entonces, nuestra meta es que, aunque sea un centro académico, pensamos que es muy importante, imprescindible, conectar con el público. La universidad debe salir de sus cuatro paredes y dialogar con gente interesada en estos estudios, y eso es parte de nuestra visión”.
“Nuestra meta al organizar estos congresos es generar conocimientos sobre las Islas Canarias”
Volviendo al tema del Centro de Estudios Canarios-Americanos, a raíz de que Trump llegó al poder, ¿ha habido algún tipo de cambio? “Realmente no. La llegada de Trump al poder sí ha creado y generado cambios en la Academia más que en nuestro centro. En realidad, no nos ha afectado directamente, lo hemos visto en temas de estudios de género, por ejemplo. No en mi universidad en particular, pero sí en otras universidades donde, debido al discurso misógino del presidente, muchos de estos programas han sido eliminados o los fondos han disminuido considerablemente y eso, en mi opinión, indudablemente se debe a la presencia de Trump”.
Actualmente, está realizando una investigación sobre las mujeres anarquistas y feministas en siglos anteriores, ¿qué motivo le llevó a escribir sobre esto? “A mí siempre me han interesado los estudios de mujeres rompedoras, que trasgreden en el momento social en el que viven. En principio, empecé estudiando a Nivaria Tejera, una escritora cubana que vivió en Canarias a principio de la Guerra Civil, y me llamó mucho la atención su obra y su vida porque no encajaba en ningún canon. A raíz de leer su obra, pensé que era una pena porque textos como El Barranco, por ejemplo, que es la primera novela de la Guerra Civil Española en Canarias».
Poco se habla de ella… «Era totalmente desconocida y empecé a estudiar a otras autoras de la cruce atlántico, como Juana Fernández Ferraz, que escribió una obra muy interesante en 1920 sobre una colonia socialista basada en una historia que ocurrió realmente en Brasil, en la que estaría haciendo una interpretación literaria de un hecho histórico y, a raíz de ahí, he seguido estudiando escritoras y mujeres anarquistas porque realmente me interesa el rol que han cumplido en la sociedad. A mí siempre me ha atraído el estudio de aquellas mujeres que intentan cambiar de forma muy valiente su entorno, tanto de forma política, como por medio de la escritura”.
“Si tengo que destacar algún momento de mi carrera ahora mismo, destacaría este”
¿Ha habido algún punto en su carrera profesional que le gustaría destacar? “Ahora mismo estoy muy contenta, precisamente por haber creado estos lazos, por ejemplo aquí en La Laguna, que yo no había establecido ningún contacto oficial con el Centro de Estudios Canarios, y pienso que a partir de ahora vamos a poder conectar el conocimiento que se genera en las dos universidades. Si tengo que destacar algún momento de mi carrera ahora mismo, destacaría este”.
Por último, usted estudió Filología, ¿fue difícil elegirla? “Recomendaría que hicieran lo que les apasiona, a pesar de que el momento histórico actual desde el punto de vista económico es difícil sobre todo porque las Humanidades y las Ciencias Sociales están viviendo grandes recortes, pero uno tiene que hacer lo que le gusta y seguir sus pasiones. Estudié Filología Inglesa porque, honestamente, me encantaban los idiomas y quería aprender otro y no había estudiado el inglés bien. Al hacer Filología, mi pasión por viajar, que tenía de antes, se vio reforzada. Intentaba buscar siempre becas o ayudas para poder salir al extranjero y conocer otras culturas, otras formas de ver el mundo.».
¿Qué consejo les daría a aquellos estudiantes que aún no saben qué hacer? «Dar consejos a gente joven es muy difícil por la situación de hoy en día, pero en realidad yo creo que no dejar de querer aprender, salir de nuestro entorno muchas veces nos ayuda a entenderlo mejor, por eso un viaje a cualquier sitio fuera aunque sea un tiempo pequeño nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y nuestro contexto”.