Con motivo de la celebración de las IV Jornadas de Terapia Familiar, en el Aulario del Campus de Guajara, se citaron este pasado jueves día 12 numerosos profesionales de la Psicología así como alumnos de esta materia en la Universidad de La Laguna. El ciclo de actividades fue inaugurado por Jorge Gil Tadeo, presidente de la Asociación Canaria de Terapia Familiar (ACTF), quien agradeció la asistencia tanto del público como de los colaboradores, entre los que se encuentran la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar (FEATF) y la Asociación Opción 3. Aseguró que el objetivo de este evento es compartir el trabajo que realizan en Canarias los psicólogos en relación con la terapia familiar, ya que “a veces no le damos la visibilidad necesaria”.
El presidente de la FEATF, gracias a una grabación desde Bilbao, elogió el trabajo de la ACTF. Tras esto el vicepresidente Jorge de Vega explicó la evolución de esta entidad desde sus inicios hasta ahora. Seguidamente le tocó el turno al italiano Maurizio Coletti, fundador en Roma de la Scuola di specializzazione in psicoterapia Sistemico-Relazionale (IEFCoS), cuyo coloquio tuvo como título Intervención familiar estructural con familias de adolescentes problemáticos. Coletti comentó su propia experiencia familiar y expuso sus puntos de referencia a nivel científico, entre los que están Salvador Minuchin o Mara Selvini.
“Los niños crecían para convertirse en adultos y ahora existen más etapas”, dijo Coletti al referirse a los cambios que van surgiendo en nuestra sociedad y que afectan a los adolescentes. Apuntó que «a raíz de la rebeldía toman cuerpo los rencores familiares». Por ello, presentó cuatro casos clínicos tratados por él mismo, para analizar cómo reaccionan los padres antes situaciones problemáticas: una niña con trastorno alimenticio, una adolescente con furia y violencia verbal, un joven de 16 años que consumía cocaína y cannabis y un niño adicto a Internet. En todos ellos, los progenitores no encontraban una forma adecuada de actuar.
Coletti indicó que este tipo de jóvenes son problemáticos con los padres, profesores y adultos en general, es decir, con aquellas personas que ejercen cierta autoridad. No suelen aceptar que tienen problemas o que el inconveniente es de los padres. «En el caso de que admitan un problema, suele haber una externalización de la culpa”, concluyó el italiano.