Solo le tomará unos minutos leer este artículo. Cuando termine podrá regresar a la red social que estaba utilizando. Los números lo certifican, cada vez somos más los que estamos constantemente conectados. Según datos del informe Digital In 2017 un 50 % de la población mundial tiene conexión a Internet a través de su teléfono móvil, y España es el país líder con más usuarios de estos dispositivos. Al analizar estas cifras se puede corroborar que la comunicación inmediata está integrada en nuestro día a día y, probablemente, muchos serían incapaces de desprenderse de ella.
En general, lo primero que hacemos al encender el móvil es abrir una red social, y es que un 37 % de la población mundial tiene acceso a estas aplicaciones. Nos ofrecen un servicio sencillo, rápido y de fácil entrada. Podemos pasar horas viendo fotos de las vacaciones de nuestros amigos o leyendo frases de superación personal. Sin embargo, cuando nos registramos no somos capaces de leer los términos de uso ni la política de datos.
Al ver ese extenso documento, que siempre aparece con una letra diminuta, suponemos que, si más de 2000 millones de personas utilizan una plataforma como Facebook, no será un inconveniente aceptar sus condiciones. Lo que sucede es que con ese simple click estamos dejando al descubierto toda nuestra información. Primero, nuestro nombre, y luego nuestros gustos, hasta llegar al punto de que cualquiera nos pueda conocer mejor que, incluso, alguien que está sentado a nuestro lado.
Nuestros datos se convierten en un producto muy valioso
Muchas empresas se dedican a recabar todo esto a través de las redes, algo que les permite conocer a sus potenciales consumidores y así enfocar su publicidad para obtener mejores resultados. Pero no solo para promocionar una marca de ropa o de perfume, sino que también se utilizan para promover una ideología política. Este fue el caso de la empresa Cambridge Analytica, que empleó información de usuarios de Facebook para captar votantes en la campaña electoral de Donald Trump.
En esas circunstancias nuestro contenido se convierte en un producto muy valioso. Es entonces cuando muchos se percatan de su vulnerabilidad y se cuestionan si realmente es conveniente continuar en la red social. Pero, ¿disminuirán los usuarios de Facebook? ¿O preferirán seguir recibiendo más ‘me gusta’?
Nada es gratis, siempre existen intereses. Por lo que el servicio que ofrece Facebook nos ha quitado a cambio parte de nuestra privacidad. Una vez que publicamos un comentario o le damos ‘me gusta’ a una foto, tenemos que ser conscientes de que esa información irá directa a la nube y será muy difícil que la podamos eliminar por completo. Por lo tanto, todo lo que publiquemos puede ser utilizado en nuestra contra. Debemos tener precaución con lo que hacemos público, porque nunca sabemos hasta dónde puede llegar. Quién sabe si en un futuro podrán ser una moneda de cambio.
Ahora sí, exactos tres minutos, ya puede regresar a ver lo que han publicado sus amigos.