Los cuentos infantiles fueron analizados desde un punto de vista histórico- jurídico en la charla El Derecho y la Justicia: una visión a partir de los cuentos infantiles del I Ciclo sobre cuestiones jurídicas de actualidad, que tuvo lugar ayer, 16 de marzo, en el Salón de Actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife.
El director de la Real Academia Española de Legislación y Jurisprudencia y consejero del Estado, José Antonio Escudero López, fue el encargado de reflexionar acerca de la conexión entre Literatura y Derecho. Así, hizo un recorrido por los cuentos infantiles tradicionales, haciendo hincapié en las cuestiones históricas que encierran los pasajes.
Por un lado, se representa a personas en situaciones de dependencia o de relación laboral. Como le ocurría a Cenicienta, “pasaba el día entero ocupada en diversos trabajos al servicio de la madrastra y sufría abusos laborales que hoy en día serían demandables”, aseveró Escudero. Asimismo, los niños se presentan como héroes o testigos de los hechos y también son abandonados por los padres, como ocurre en Hansel y Gretel. “Ahora, la práctica totalidad jurídica de Occidente castiga el abandono de los pequeños”.
Por otra parte, los cuentos parten de una familia desestructurada donde la madrastra cobra el protagonismo y las personas ancianas son menospreciadas. Además, “hay una falta de respeto hacia los disminuidos físicos”, señaló.
Simbología jurídica en los cuentos infantiles
El ponente se centró en Caperucita Roja, La Bella Durmiente y Cenicienta para hablar de la simbología jurídica que aparece en las historias. El color rojo de la caperuza simboliza el tránsito de la abuela que fallece, asociado a la sangre. El zapato de cristal refleja la humildad de la mujer que deseaba ser la esposa del príncipe. Así, Escudero apuntó que“en el Antiguo Régimen germánico, el novio le regalaba a la novia unos zapatos en señal de compromiso”.
En estos tres cuentos, la narración es protagonizada por mujeres y la temática, desde una perspectiva filosófica, es el oscurecimiento de la vida cognoscitiva. El conferenciante señaló que “siempre han intervenido figuras femeninas” y, por el contrario, el cazador era representado por un hombre, pues “la caza constituía una actividad aristocrática propia de la sociedad feudal, con lo que el papel era atribuido a la clase socialmente dominante y a un personaje masculino”.
Finalmente, Escudero argumentó que la estructura de los cuentos tradicionales es la misma en todos y en cualquier idioma. Comienzan con “érase una vez…”, donde “estas tres mágicas palabras se han convertido en un inicio obligado”, y concluyen con un final feliz. “El cierre reitera la credibilidad del hecho y por ello, debe concluirse de una forma correcta”, concluyó.