Laura Henríquez es cantautora y médica en el Hospital Universitario de Canarias. Nació en La Palma, más concretamente en Fuencaliente. Se trasladó a la isla vecina de Tenerife para comenzar sus estudios universitarios. Allí, durante su época en la facultad, conoció a quienes serian los componentes de su primer grupo, A pie de lluvia. Años más tarde sufrió un parón artístico, debido a la preparación del MIR y la especialidad. Tras este tiempo se reencontró con la música, donde acompañó a diferentes compañeros en sus proyectos, pero nunca como solista. Después fue mamá, momento donde realiza otro parón para dedicarse a su hija. Ahora que ya tiene 5 años, Laura ha vuelto a los escenarios para quedarse.
Hace unos meses la cantautora conoció a su productor, Javier Zamora, junto a quien trabaja día tras día en la elaboración de su nuevo disco. En octubre lanzó su primer single Ella es música. Tiempo más tarde preparaba el lanzamiento de Cobarde, su segundo single, el cual se tuvo que paralizar debido a la erupción del volcán Cumbre Vieja, en La Palma. “Cuando pasó lo del volcán tuve que parar todo. Paré el disco y el lanzamiento de la segunda canción”, explica la palmera. Fue en ese instante cuando nace Cumbre y Sal, una canción escrita en apoyo a Isla bonita.
“Yo estaba viendo todo ese desastre, cogí la guitarra y empecé a componer. Fue un desahogo, un canto a la esperanza”, relata. Sin esperar la vorágine que se avecinaba, publicó, como cualquier otro viernes, un post en la red social de Instagram con la canción, y fue entonces cuando la melodía se hizo viral, junto al video que realizó, acompañado de imágenes de Isla. En ese instante, dada la repercusión, Henríquez decidió producir la canción y publicarla en todas las plataformas digitales. Con ello, todo el dinero de las reproducciones y descargas se donará a la cuenta oficial de los damnificados del volcán Cumbre Vieja.
“Todas las canciones que escribo hablan de mí”
Tras todo lo sucedido, Cobarde salió a la luz el 29 de octubre. Actualmente Laura sigue trabajando en el disco, el cual prevé su lanzamiento el próximo mes de febrero. «Yo intento transmitir en mis canciones cada una de mis vivencias personales», explica. Desde el amor hasta el desamor, incluso, habla de la propia música. Ella es música, su primer single, es una oda a lo artístico, “habla un poco de la relación de amor-odio que tenemos los artista con lo que nos gusta, la música”, expone.
Pero en la vida de Laura no todo es la música, también está su faceta como médica. «Mi trabajo a nivel emocional es muy duro, y la música me salva de todo eso», explica. Para ella componer supone canalizar todo lo que ve y sufre con su trabajo, ponerle una melodía a lo que siente en cada momento es como una terapia. Tras la vuelta a la normalidad en el mundo cultural, la cantautora ha retomado su puesta en los escenarios: «Volver hacer directos ha sido lo mejor, volver a reunir a la gente que quiero en el mismo espacio es maravilloso».
“De lo que más hambre tengo actualmente es de conciertos”
Debido a la pandemia, la cantante tuvo que reducir el contacto con su público. Pese a ello, para ella este tiempo en casa tuvo su lado bueno: «Me he centrado en componer, en escribir, he tenido más tiempo para rebuscar entre mis recuerdos y mis sentimientos». En su caso, cuando más activa se sintió fue en el periodo de pandemia, donde volvió a tocar el piano y a componer. “Pese a todo lo bueno a nivel personal, en mi faceta artística no ha sido todo tan bueno: todas las salas cerradas, conciertos cancelados, ha sido la debacle”, declara.
Antes de acabar el año visitará diferentes localizaciones donde podrá presentar sus nuevas composiciones. El próximo 4 de diciembre, en la Orotava, tendrá la oportunidad de ser la telonera de uno de sus referentes musicales, Pedro Guerra. «Pedro para mí es como papá, lo sigo desde siempre. Poder abrir su concierto me hace una ilusión tremenda», asevera.