Los estudiantes ensayan... Foto: A. Rodríguez

«Las situaciones retratadas en ‘Cabaret’ son de plena actualidad»

Cultura / Ocio

El taconeo de los zapatos propicia golpes secos y rítmicos contra el suelo. También se oyen risas. Cinco jóvenes universitarios dan pequeños saltos de un lado hacia a otro, mientras sus brazos se abren y se cierran como aleteos precisos y ligeros de un halcón. La Agrupación de Teatro de Filología de la ULL representará el 16 de mayo, a partir de las 20.30 horas, en el Paraninfo de la ULL una adaptación libre del musical Cabaret, de Kender y Ebb, dirigida por María Lorenzo Parrado y Gastón Bermudez Rochietti. Ahora, toca ensayar.

La obra cuenta la historia de Clifford Bradshaw, un joven escritor estadounidense que llega a Alemania en 1929 en busca de inspiración. Y allí se encuentra con una pobre y extraña ciudad repleta de antros como el cabaret Kit Kat Klub y mujeres como Sally Bowles. Que le permitirán experimentar una perturbadora y a la vez fascinante aventura en una época de graves tensiones políticas y sociales.

El Berlín de 1929


Mientras se espera a la fecha del estreno, durante la tarde del viernes 10 de mayo, el grupo realiza su último ensayo antes de la muestra. El espacio donde practican la pieza es en la Sala de Profesores del Aulario de Guajara. Un lugar consagrado al diálogo entre los docentes o a la impartición de eventos institucionales, en los que los asistentes se encuentran sentados frente a una mesa y el hueco más espacioso, ubicado en el centro del aula, queda vacío. En este caso, pocos yacen sobre sus asientos. Algunos conversan antes de comenzar el pase y otros practican la coreografía. Nadie está quieto. Poco a poco el recinto padece ligeras modificaciones, comienza a sonar la música, y solo se distinguen aquellos ruidosos locales de una vieja ciudad europea. Berlín, 1929 y el interior de un cabaret justo en la Sala de Profesores.

La obra cuenta con el trabajo de alrededor de unos veinte alumnos de distintos grados de la ULL. Uno de ellos, Javier Fernaud Hernández, estudiante de segundo año de Filología, teclea algunas palabras sueltas en una máquina de escribir. Intenta aprender a manejar aquel pesado y desconocido aparato de antaño, ya que iba a interpretará al joven escritor Clifford Bradshaw, enredado en una vorágine de abigarrados e impactantes acontecimientos. «Cuando acabe mi carrera en la Universidad, estudiaré Teatro», dice con convicción.

«Lo que ocurrió en esta ciudad alemana en 1930 está ocurriendo de nuevo»


Por otro lado, el director Bermúdez, que también actúa en la obra interpretando al maestro de ceremonias del Kit Kat Klub, explica que la alocada y convulsa ciudad de Berlín pasa por encima del personaje del escritor y afirma que «las situaciones retratadas en Cabaret son de plena actualidad». Y puntualiza lo siguiente: «Hay que destacar que lo que ocurrió en esta ciudad alemana en 1930 está ocurriendo de nuevo en 2019. Por ejemplo, la exclusión hacia ciertos colectivos. Es un ciclo que se repite una y otra vez».

La directora María Lorenzo, que interpreta a Sally Bowles, afirma que ha aprendido muchísimo de su personaje. «Sally no vive como la sociedad pretende conformarla. Es decir, es fiel a sí misma, sin importarle lo que el resto piense», detalla. Además, coincide con el director al comentar que muchos de los números musicales son totalmente actuales y el público puede llegar a identificarse con la trama. Ambos coordinadores del grupo incidieron en que la representación posee una gran carga política y que aborda asuntos relevantes y similares a la situación política y social que atraviesa España. Por lo que es un gran motivo para acudir a verla.

La suerte está echada


En el ensayo, los actores logran recrear el ambiente sombrío de Berlín en 1930, a pesar de no estar acompañados de la escenografía y el vestuario final. Reinan los semblantes de desconfianza y temor. Además, interpretan con exactitud las calles donde entregaban panfletos propagandísticos y la gente andaba deprisa, como si fuera perseguida. El dramatismo crece conforme avanzaban las escenas. En ocasiones se escuchaban cánticos entonados por una larga marcha militar, que quedaban silenciados por las alegres melodías del cabaret. Pero no voy a revelar más pistas de lo que ocurre en la obra. Ha concluido el último ensayo. La suerte está echada. Y todo el equipo espera con ansias la llegada del 16 de mayo.

Al salir de la universidad, algunas personas andan deprisa con la mirada fija en una dirección. El tranvía se acerca, tiene un aspecto distinto. Luce un empaquetado propagandístico. Me bajo en mi parada y las farolas están apagadas. En lo alto cuelgan carteles de diferentes partidos políticos. Y en el suelo, cubierto de suciedad y arrugado, hay un cartel de un candidato. Sobre sus labios, pintado con permanente, un corto bigote espeso y negro. ¿Berlín?

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