La vida de Sofía Ramos ha estado ligada a las series y el cine desde muy temprana edad. De pequeña, le encantaba ir al cine, y pensaba que, tal vez, aquello podría ser algo a lo que dedicarse en el futuro. Aunque siempre lo vio como una posibilidad muy alejada, cambió de idea al comenzar el Grado de Periodismo, donde profesores como David Fuentefría y Luis Fernando de Iturrate, apostaban por introducir el séptimo arte en la enseñanza. Así, se dio cuenta de que su profesión podía seguir el camino que le gustaba.
Este es el punto de partida de la conferencia El auge de las series de televisión: herramienta social, académica y transgresora, celebrada ayer, martes 13 de marzo, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Además de Sofía Ramos, también participó en el acto David Fuentefría, doctor en Ciencias de la Información, y Alejandro Machín, profesor de bachillerato en el Instituto Nuryana.
«Ser seriéfilo está de moda»
Las normas del juego han cambiado. “Gracias a plataformas como Netflix, HBO o Movistar + los espectadores, que ya no se conforman con lo que nos ofrece la parrilla televisiva, están a un click de encontrar las series que quieran”, afirmó Ramos. De esta forma, son muchas las personas que deciden apostar por estas nuevas plataformas.
Por otro lado, la estudiante de Periodismo destacó la «fuga» de profesionales de la gran pantalla al mundo de la televisión, donde se han sentido con más oportunidad de expresarse y desarrollarse como artistas. Todo ello, gracias a la fragmentación de estos productos en capítulos.
Las creaciones de este tipo forman parte de nuestra vida, en mayor o menor medida. Esto se reflejaba en el público asistente al acto, que contó con la presencia de espectadores de diversas edades. Siempre había alguna persona que asentía cuando se mencionaban producciones como Stranger Things, Los Simpson o Juego de Tronos.
¿Solo un entretenimiento?
«Algo que me inspiró fue que la pasión por el cine se transmite como una herramienta académica», comentó Ramos. Esto se debe a que el séptimo arte y las series no solo están consideradas como una distracción, sino que pueden estar presentes en las aulas. David Fuentefría es uno de los educadores que apuestan por ello, pues «usa cualquier tipo de audiovisual como recurso didáctico».
Gracias al traslado de diferentes producciones a las aulas, se puede potenciar el pensamiento metafórico de los estudiantes, además de ser un potente transmisor de valores y modelos. También genera procesos de identificación, haciendo que nos sintamos representados por los personajes que aparecen en pantalla.
Fuentefría destacó una antigua propuesta llevada a cabo en Canarias: Educar la mirada, una iniciativa puesta en marcha por el Gobierno de Canarias en 2004. Consistía en formar espectadores a través de “la vieja experiencia del cineclub”: el filme se presentaba y, tras su visionado, se organizaba un coloquio. Jóvenes de diferentes centros de enseñanza secundaria disfrutaron de estos ciclos hasta el año 2008. “Experiencias como estas, tal vez, deberían recuperarse, y estamos intentando que esto sea así”, afirmaba.
Alejandro Machín es profesor de Fundamentos del Arte y Cultura Audiovisual del bachillerato de Artes en el centro educativo Nuryana. Al igual que Fuentefría, es partidario de integrar contenidos audiovisuales en sus clases: “Los alumnos se quedan con algo de lo que digo, pero las series y el cine les llegan más que otra cosa”.
El docente busca series que transmitan valores, preguntándose siempre qué serie recomendar y para qué. Por otro lado, destacó que es necesario que se realice una educación de la mirada de las personas, puesto que muchas veces se da una confusión entre realidad y ficción, llegando incluso a justificar o entender diversos actos realizados por el villano de una historia.
Diversas recomendaciones
Como broche final, tanto Sofía Ramos como los asistentes a la conferencia pudieron sugerir algunas de sus series preferidas. Paquita Salas, Merlí y Orphan Black fueron algunas de las historias mencionadas. Además, Ramos invitó al público a que fuera más allá y disfrutara no solo de trabajos realizados en Estados Unidos o Inglaterra. Países como Australia (con Wentworth Prison), Islandia (Stella Blómkvist); o España, (El Ministerio del Tiempo) también apuestan por trabajos de este tipo. “Lo bueno de las series de televisión es que podemos ver de todo y todos tenemos cabida», concluía la futura periodista.