Los españoles hemos empezado la semana con la estampa de las principales portadas de la prensa nacional, que enuncian la frase «Salimos más fuertes». Una campaña de propaganda a coste del contribuyente. No se preocupen que hay barra libre, ya pagan todos los españoles. Se preguntarán si no puede haber momentos en los que el Gobierno pueda promover alguna campaña de información objetiva de gran relevancia para la población general. Pero, ¿debemos tolerar que use el dinero del contribuyente para intentar colar un mensaje político?
El Gobierno de España se está comportando como un auténtico estratega. No hace más que preocuparse por buscar nuevas fórmulas para ocultar las consecuencias de una tragedia nacional que ha sido agravada por su gestión. La última es esta, nos intentan meter con cuchara este mensaje de que «salimos más fuertes». Si alguien lo cree, déjeme decirle que ni mucho menos. Según las cifras oficiales en España han fallecido casi 28 000 personas como consecuencia del virus. Además, el confinamiento severo al que nos hemos sometido ha terminado por destrozar la economía.
Estamos viviendo la mayor caída del PIB nacional desde la Guerra Civil y los empleos destruidos y empresas quebradas se cuentan por cientos de miles. Como si no fuera poco, el déficit público es tal que algunos expertos vaticinan que, como el gobierno de Sánchez no empiece con el recorte del gasto, el rescate europeo es cuestión de tiempo.
«Que el Ejecutivo diga que saldremos más fuertes no es más que una campaña de manipulación más»
Que el Ejecutivo diga que saldremos más fuertes no es más que una campaña de manipulación más. Como si no bastara con utilizar el CIS, que Sánchez ha convertido en su aparato de propaganda preferido, para asegurar que los españoles perciben que su situación económica personal es sensiblemente mejor que antes de la crisis. De risa.
Los periodistas, y por ende los medios de comunicación, deben funcionar como contrapeso de las instituciones y denunciar cuándo la clase política hace un uso abusivo e injusto de su poder. Si empiezan a dejarse comprar perderán su cualidad de independencia y dejarán de ejercer esa función social tan importante. La independencia del periodismo ya se ha puesto en tela de juicio estos último tiempos. Si los periódicos están a la venta y los políticos los pueden comprar, cómo no pensar que estos puedan estar ocultando algún escándalo gubernamental como favor por haber llenado sus bolsillos.
Esta no es más que otra situación que pone de manifiesto como una cuantiosa cantidad del dinero del contribuyente es malgastada a diario por unas razones muy alejadas del interés general y, por ello, «estos sucesos nos deben hacer entender que cuando el gobierno maneja el Estado y el monopolio de la violencia territorial, lo que está haciendo es perseguir su propio beneficio, que no es otro que perpetuarse en el poder», dice Juan Ramón Rallo, escritor y doctor en Economía.
Lo que importa en La Moncloa no es dirigir hacia buen puerto al País, es, más bien, seguir dirigiéndolo el máximo tiempo posible. Presidente Sánchez, no nos tome el pelo. De esta salimos menos y más pobres.