Las II Jornadas de Comunicación Igualitaria se celebraron ayer viernes, 27 de octubre, en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna (ULL). El acto, que comenzó a las 9.00 horas, reunió a una variedad de especialistas que, a través de ponencias, talleres y mesas redondas, analizaron aspectos como el lenguaje inclusivo, el Periodismo y la violencia de género, el ciberactivismo, las redes sociales o las nuevas formas de hacer periodismo, algo que, «hoy en día, es más necesario que nunca», aseguró Sara Plaza, periodista en El Salto, y agregó que, «hay que reconciliarse con el periodismo, que debe ser incómodo porque si no hay incomodidad, no hay periodismo».
El evento, organizado por la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias y el Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres (IUEM), se dividió en dos sesiones y se retransmitió, además, en formato online. La primera parte de las jornadas, desarrollada entre las 9.30 y 14.10 horas, contó con dos mesas de debate: Periodismo y Violencia de Género y Comunicación Igualitaria y Lenguaje Inclusivo. También, con la ponencia Periodismo de entreguerras, a cargo de la escritora Gabriela Wiener.
Tras la pausa para el almuerzo, el salón de actos de la Pirámide de Guajara se preparó para disfrutar de la segunda parte. Con una sala abarratoda de asistentes, la sesión vespertina arrancó con la mesa redonda Comunicación en Redes Sociales y el valor de los ciberactivismos, moderada por Moha Gerehou, periodista y autor del libro Qué hace un negro como tú en un sitio como este y en la que participaron Martu Isla, administradora de sistemas, activista y experta en Género, Igualdad, Diversidad y Ciberviolencias Machistas; Isabel Serrano, socióloga y politóloga; Rocío Esperilla, graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual y coordinadora de ficción en ProQuo TV, y Anna Pacheco, periodista y copresentadora del pódcast Radio Primavera Sound.
«Mi relación con las redes es complicada»
«Mi relación con las redes sociales es complicada. Me siento en un Corte Inglés. Sola y confundida», reconoció Martu Isla, pues, para ella, «compartir contenido trabajado y conocimiento interesante» es lo único que le hace sentir bien. Rocío Esperilla coincidió con lo anterior: «Mi relación es tóxica». Isla recalcó que las redes sociales «son un lugar de no libertad y constante contradicción». Por su parte, Isabel Serrano añadió que «son como un martillo. Pueden construir un hogar o, por el contrario, destruir a una persona».
Serrano explicó su llegada a redes como algo que sucedió «de rebote, mientras buscaba un espacio de militancia que, finalmente, fueron las redes». Después de hablar de su experiencia en el mundo de las redes, la experta denunció la hostilidad que hay en ellas: «Te sientes como una esclava porque la red te penaliza si no la alimentas».
Anna Pacheco continuó con una reflexión acerca del papel de los medios de comunicación. Subrayó que, en muchas ocasiones, «los medios no avisan de los cortes que en una entrevista van a utilizar. Esos cortes pueden estar descontextualizados y la violencia que eso implica es brutal».
Las intervenciones plantearon la siguiente cuestión: ¿Existen espacios seguros en la red? En palabras de Martu Isla, para que hayan espacios seguros debe haber «accesibilidad, preparación de las plataformas, cuidado y acompañamiento». No obstante, las ponentes reconocieron que «es complicado» no dejar que el algoritmo influya.
«El algoritmo lo alimentan las personas»
«Mentiría si dijese que el algoritmo no me condiciona, pero lo alimentan las personas», recordó Isabel Serrano y agregó que «si la sociedad es machista y racista, eso es lo que aparecerá en la red». Esperilla explicó que «funciona lo que genera indignación» y Martu Isla señaló que es el momento de «repensar la gobernanza de Internet» porque, en base a su experiencia, cuando se denuncia un contenido, no pasa nada, pero «detrás del algoritmo hay personas», concluyó Serrano.
La sesión siguió con la celebración de la última meda de debate de las jornadas, en la que participaron la periodista June Fernández, Sara Plaza y Ana Bueriberi, confundadora de Afrocolectiva. Bajo el título Otros modos de hacer periodismo son posiblies, las ponentes repensaron acerca del papel de los medios. Fernández habló de Píkara, una revista que la periodista puso en marcha durante un período de crisis y que puso en el foco «el diálogo y a las personas de las que hablábamos». Asimismo, June Fernández comentó que algunos de sus planteamientos fueron cómo incorporar los cuidados al periodismo y «romper el binomio entre testimonios y personas expertas. Acabar con las jerarquías».
En lo que respecta a Afrocolectiva, un medio de «deconstrucción», según Bueriberi, el objetivo es «cambiar las narrativas y hacer asequible la información». Sara Plaza aseveró que «la independencia es la base de la transformación» y, desde El Salto, «entendemos un periodismo posicionado con los derechos sociales».
La mesa acabó con una reflexión acerca de la importancia de la profesionalización. «Es necesaria porque, en cualquier medio, los contenidos tienen que tener un mínimo de coherencia», sentenció Plaza. Además, destacó que la profesionalidad es importante «para que te tomen en serio». La periodista concluyó explicando que para cambiar el relato se necesita tiemp: «En El Salto podemos permitirnos parar y contextualizar. Hacer periodismo slow. Cuidar el lenguaje y cuidar la profesión desde el reposo».