La Fundación Pizarroso lleva desde 2007 colaborando con la Universidad de La Laguna con un programa de becas destinadas a estudiantes de Ciencias de la Salud. Usualmente se conceden siete al año, que ascienden a una cuantía de 7000 euros cada una, repartidas en dos fases: un 40 % inicial, que es incondicional, y el 60 % restante a final de curso, si se superan los objetivos académicos. Ayer martes, 5 de noviembre, se entregaron esa primera fase del curso 2019-2020 a 23 estudiantes, una cifra que se explica por existir un remanente de ediciones anteriores.
Tal y como explicó la presidenta de la Fundación, Rosa María Morell, para este curso, además de los 49 000 euros previstos para las siete becas, se contó con el dinero que el año pasado dejó de entregarse a quienes no superaron sus objetivos académicos, el de quienes renunciaron a la ayuda para acogerse a la beca del Ministerio de Educación, y el de las becas no concedidas en la convocatoria que la Fundación realiza también en Barcelona. Eso explica la inusual cuantía de este año, si bien la responsable de la entidad aclaró que en la próxima convocatoria el número de becas seguirá siendo siete y solamente se concederán más si vuelve a darse una situación similar.
La vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad de la ULL, Lastenia Hernández, tuvo palabras de agradecimiento para la Fundación Pizarroso y animó al alumnado a lograr los mejores resultados en sus estudios. En el acto de entrega de credenciales también estuvieron presentes el coordinador de las pruebas de acceso de la Institución académica, Antonio Delgado Núñez, y la secretaria de la Fundación, María José Urdániz.
Recibieron esta primera fase de la ayuda nueve estudiantes del Grado en Farmacia, ocho del Grado en Medicina y seis del Grado en Enfermería y Fisioterapia. De ellos, quince eran acreedores de esta ayuda por primera vez y los ocho restantes repetían como becarios.
La presidenta de la Fundación cerró el acto con unas palabras en las que animó a los estudiantes a ahondar en sus estudios, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones serán complicados no solo por su dificultad intrínseca, sino porque las Ciencias de la Salud les obligará a mirar cara a cara al dolor y el sufrimiento. Por ello, les animó a prepararse adecuadamente. «Pensar y compartir dudas y decepciones con una voluntad constructiva, sin caer en la queja fácil, nos acerca a evolucionar como estudiantes, profesionales y personas», subrayó.