Yurena Méndez Lorenzo, adjunta en ginecología, impartió uno de los talleres de la jornada. Foto: J. F. A.

«Las agresiones sexuales son la punta del iceberg de la violencia de género»

Ciencias de la Salud

La Facultad de Ciencias de la Salud acogió el día 25 de noviembre dos talleres de formación sobre actuación sanitaria en situaciones de violencia de género, organizado por la Asociación de Estudiantes de Medicina de Tenerife (AEMTE) en colaboración con el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Las charlas estaban dirigidas al alumnado de Enfermería y en ellas se explicaron los protocolos de actuación que siguen los sanitarios ante casos de agresiones sexuales.

A las 16.00 horas comenzó la primera de las charlas, Detección de Violencia de Género en consulta, realizada por la adjunta en ginecología Beatriz Villegas. En ella, Villegas definió la violencia de género como «todo acto de violencia sexista que realiza el hombre sobre la mujer por el único hecho de serlo, y que tiene como resultado cualquier tipo de daño, ya sea físico o mental». Cuando se piensa en violencia de género, viene a la mente casos atroces de violaciones grupales, pero no es solo eso.

«La violencia de género es la consecuencia de un sistema patriarcal desigual, que reparte roles y estereotipos», añadió Villegas. Esta se puede dar en relaciones de confianza y se manifiesta a través del abuso emocional, el aislamiento, la negación de los sentimientos de la víctima por parte del maltratador y la atribución de culpa.

En la pareja, la violencia suele suceder en el siguiente ciclo: primero existe una aparente calma y se va acumulando tensión por las actitudes del maltratador. Esto da lugar a una explosión violenta cuando la mujer trata de hacerle frente y aumenta su gravedad según se repite el ciclo. Tras esto, el agresor se arrepiente y se disculpa, dando lugar a un estado de reconciliación, anterior a la aparente calma, y se repite el ciclo. «El problema es que se trata de una espiral que va hacia arriba, que va en aumento», expresó la ponente.

Tal vez se pueda pensar  que esto no es tan común en nuestro alrededor, pero el 20 % de las mujeres mayores de 16 años en España han sufrido violencia física y solo un 22 % de las mujeres asesinadas por violencia de género en los últimos años había interpuesto una denuncia. «Esto es un problema sanitario por la cantidad de consecuencias que tiene, tanto físicos como psicológicos y respuestas negativas en la salud propia de las víctimas», enunció Beatriz Villegas.

¿Qué puede hacer el personal del servicio sanitario ante esta situación?


Existen protocolos de actuación ante situaciones de este tipo. Para detectar si se trata de una caso de violencia de género, se tienen en cuenta los indicadores de sospecha y los síntomas de la víctima. Una vez existe un presentimiento, se debe investigar y se añade al historial clínico, ya que ayuda en caso de denuncias futuras.

Una vez registrado, se deriva el caso a servicios especializados contra la violencia de género. Es un delito y, si se tiene sospecha, es obligatorio ponerlo en conocimiento de servicios policiales. «No actuar es permitir que la violencia continúe y que la salud de las mujeres empeore», así terminaba su charla Beatriz Villegas.

Yurena Méndez: «Algunas sentencias han creado controversia al diferenciar entre la agresión sexual y el abuso sexual»


Tras un descanso de cinco minutos, comenzó la segunda charla, Protocolo de actuación ante agresiones sexuales en urgencias, conducida por la también adjunta en ginecología Yurena Méndez. Esta charla estaba aún más focalizada en el alumnado de Medicina y Enfermería. En ella habló sobre la agresiones sexuales y sus diferencias con los casos de abuso sexual, entre las que se encuentran el uso de la violencia y los actos explícitamente sexuales.

Cuando la víctima da a conocer su caso, comienza el Protocolo de Atención a Mujeres Víctimas de Agresión Sexual, que tiene el objetivo de crear pautas homogéneas. En este protocolo se recogen las instrucciones que se le dan a las agredidas, como decirle que ni se cambie ni se bañe con el fin de preservar las pruebas del delito o la derivación al servicio de urgencias de ginecología, siempre y cuando no cuente con otras lesiones graves.

Una vez la víctima ha llegado a consulta, la ginecóloga de guardia la atiende, respetando su intimidad y siempre acompañada de una enfermera, y se hace un breve análisis del caso. Se pone en contacto con el 112 y se activa un protocolo de seguridad (cuerpos de seguridad y SAMVV). El Dispositivo de Emergencia para Mujeres Agredidas (DEMA) proporciona asistentes sociales y especialistas en psicología que ejercen de guía para la víctima.

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