La Universidad de Alicante (UA), en colaboración con el Ministerio de Economía y Competitividad, llevará a cabo el primer estudio sobre los riesgos sísmicos a nivel nacional en Elche y Adra. Esto permitirá conocer la morfología y tipología del suelo. La tarea comenzará en enero de 2017 y acabará en 2020 con la finalidad de diseñar un mapa de peligro por terremotos atendiendo a los efectos debidos a la geología local.
Durante la monografía también se recopilará información detallada sobre el área edificada en ambas ciudades para evaluar su vulnerabilidad y la población expuesta. Los cálculos de riesgo se llevarán a cabo con el novedoso software libre Selena desarrollado por el organismo académico y el centro de investigación NORSAR de Noruega.
El director del proyecto, el profesor de Física de la Tierra de la Facultad de Ciencias de la UA, Sergio Molina, ha declarado que “con esta iniciativa se pretende dar un paso más en el conocimiento del fenómeno sísmico y usar métodos analíticos que muestren los comportamientos físicos de las estructuras, y no solo datos estadísticos”. Por ello, se han elegido estos municipios, que reúnen las características idóneas.
En Elche se analizará la peligrosidad de la localidad durante el primer año y el comportamiento del suelo y su vulnerabilidad, ya que se encuentra próximo a las fallas de Crevillente y Bajo Segura. El segundo año se estudiará el comportamiento físico de los edificios en caso de terremoto y luego se propondrán resultados de utilidad para su aplicación como planes de emergencias.
El programa se llevará a cabo por un equipo multidisciplinar de la UA, formado por arquitectos, ingenieros y sismólogos que cuentan con la ayuda del Ministerio de Economía y Competitividad, que ha financiado el proyecto con 60.000 euros.
La idea fue presentada en una rueda de prensa por el concejal de Urbanismo de Elche, José Manuel Sánchez, quien declaró que “este municipio será el primero de la Comunidad Valenciana en contar con un mapa del estudio sísmico, que posibilitará enfocarlo a la futura revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad y a una futura ordenanza de inspección técnica de edificios”.