Ayer, día 9 de mayo, en la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá, se ha transmitido en directo el pasaje de Mercurio entre nuestro planeta y el Sol.
Gracias a la instrumentación presente en la institución, ha sido posible inmortalizar este singular acontecimiento. De hecho, este fenómeno ocurre 13 o 14 veces cada siglo, la última vez que fue posible admirarlo fue en el año 2006 y el siguiente no se producirá hasta 2019.
Lo ha explicado el profesor Giovanni Pinzón, docente del Observatorio Astronómico, a la agencia de noticias de la propia Universidad. Él afirma que la órbita de Mercurio está inclinada siete grados con respecto de la de la Tierra y esto hace que el evento raramente se presente. Desde el denominado primer contacto, es decir, cuando Mercurio entra en el disco solar, hasta el último contacto, cuando sale, pasaron 7 horas. Esto ha permitido observar y sacar fotos, que serán enviadas a la base de datos nacional “Aristarco”.
La Unidad de Medios de Comunicación del centro ha facilidad el trabajo poniendo a disposición cámaras digitales, ya que el diámetro de este planeta, el más cercano al Sol, es 158 veces menor, comparado con la estrella de nuestro sistema solar, por lo que resulta difícil de mirar a simple vista.
También fue puesto un telescopio de nueve pulgadas, con un filtro, en el Claustro de San Agustín, para el público que quisiera asistir a observar el fenómeno.
Esta universidad está acostumbrada al análisis de esta tipología de eventos, como ya ha hecho con el tránsito de Venus en el 2012. En esta ocasión, siempre gracias a los instrumentos de observación presentes en la institución, fue posible admirar el pasaje del planeta más luminoso. El evento pudo ser contemplado durante 35 minutos del evento, después una nube ocultó el Sol, impidiendo la vista.
El tránsito de estos dos planetas se puede ver solo desde la Tierra dado que se cruzan justamente delante el Sol en su órbita.
Han participado en la emisión en directo los profesores e investigadores Gregorio Portilla, Santiago Vargas y Benjamín Calvo, del Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Colombia.
