A veces las aulas se olvidan de cómo son las situaciones límites a las que se enfrenta el profesional, desde el maestro hasta al albañil, juez o, entre los guantes y las mediciones clínicas, la enfermera. Y para poner en práctica y formar al alumnado sobre el terreno vino Domingo Luis Martín García, vicepresidente provincial de Cruz Roja Española y estudiante de Enfermería, junto a su equipo en la jornada de ayer viernes 27 en el XXIII Congreso de Estudiantes de Enfermería de Canarias. El taller de atención hospitalaria simuló una explosión donde una unidad de Cruz Roja traía un puesto médico avanzado. Los estudiantes trabajaron con varios casos de traumatismos y heridas graves de una serie de voluntarios muy bien caracterizados.
Domingo Luis Martín, alto y de voz grave, retenía la atención de los oyentes que se colocaron en círculo para recibir las instrucciones, estaban a punto de vivir, simular, situaciones límites, con las que tal vez algún día lidien durante el ejercicio de su profesión. La vida y la muerte se vislumbran es cuestión de minutos: la ambulancia llega, hay que instalar el campamento de emergencia y asistir a los accidentados, vuelan las camillas, escenas que se relacionan con la temática de cuidados al paciente crítico.
Parece que todo el mundo está en marcha, siguen las directrices y es hora de dejarles volar un poco solos con el equipo que acude de Cruz Roja, el responsable se aparta tras observar que van por buen camino para dedicar unos momentos a hablar sobre el papel de esta organización en la comunidad y en la formación sanitaria.
«Es necesario que la sociedad tenga un mejor conocimiento de lo que son los primeros auxilios, ya que identificar la parada cardiorespiratoria e iniciar las maniobras de reanimación es fundamental para garantizar una mayor esperanza de vida al paciente», afirma. Así, el fomento de estas enseñanzas se centraría en las llamadas técnicas básicas de la RCP.
La actitud del profesional sanitario en la llamada hora crítica es esencial, o al estilo americano, «hora de oro», y consiste, como comenta el profesional, en ese lapso de tiempo donde la atención al paciente es clave para que se cumplan las expectativas de supervivencia y sobre las secuelas que va a tener: «Un paciente que es atendido primeramente, estabilizado, bien oxigenado con las vías aéreas abiertas, pues tiene unas posibilidades de supervivencia mucho mayores». A escasos pasos los estudiantes están aplicando el puente holandés, una técnica basada en la subida del accidentado a la camilla, o el traslado a las ambulancias mientras que los demás realizan el montaje del puesto médico. Hechos que podrían acaecer de manera imprevista siendo el aprendizaje activo imprescindible para hacer un buen trabajo.
«Si buscamos un hueco siempre tenemos una manera de colaborar con la sociedad y la sociedad hoy necesita de gente que le ayude»
La experiencia del vicepresidente de Cruz Roja en la provincia es amplia. Empezó en 1989 y, desde entonces, ha asistido a numerosas situaciones de crisis: incendios, inundaciones o, como una que recuerda especialmente, las evacuaciones que se hicieron en El Hierro ante la crisis sísmica. Desde Cruz Roja Española, asevera que dedican muchos esfuerzos en formar a su personal: «En cualquier situación en la vida lo imprescindible es tener un personal cualificado». Y tienen ocasión de hacerlo en los más de nueve mil servicios preventivos que realizan durante todo el año en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y añade, entre risas, que, por supuesto, «nuestro personal está bastante fogueado en estas cuestiones. Por ejemplo, los compañeros de albergue que están montando el puesto médico tardan unos diez, doce minutos». Ahora mismo les está llevando un poco más, pero es comprensible, a todos nos cuesta el primer día.
Las horas de su vida diaria están dedicadas tanto a la entidad como a la Enfermería, la cual está cursando, y a actividades de divulgación como la que realizará hoy en la mesa redonda de enfermería prehospitalaria, donde hablará de las medidas de autoprotección del personal sanitario. «Una de las cuestiones que tiene más importancia es la ayuda humanitaria. Está bien, es necesaria y es fundamental, pero es el interviniente tiene que ser consciente de que está asumiendo una serie de riesgos, sobre todo para su propia vida. Es triste pensar que una persona va a ayudar a otro y pierde la vida haciendo su trabajo, pero la realidad es que efectivamente es así». Al año, más de ciento cuarenta trabajadores humanitarios mueren en el mundo, por ello, tratan de enseñar algunas normas básicas que les puedan permitir mejorar su supervivencia.
Ante todo, desea dar este mensaje: «El voluntariado tiene cada vez más importancia en la sociedad». Y gracias a ella no solo se contribuye a mejorar las condiciones de los demás, sino a uno mismo, e incide en que cree que cualquier persona puede realizar voluntariado, «y yo lo que animo es a eso». Temáticas como lo social, las emergencias o la juventud son especialidades en las que se pueden apuntar quien quiera haciendo una labor de gran calado humanitario. «Si buscamos un hueco siempre tenemos una manera de colaborar con la sociedad, y la sociedad hoy necesita de gente que le ayude», una gota de agua apenas es visible, pero la acción de miles de ellas contribuye a cambios insospechables.