El pasado lunes 2 de octubre la periodista Francesca Cicardi, licenciada por la Universidad Complutense de Madrid en 2007, visitó la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la ULL para transmitir al alumnado cómo ha sido su experiencia como corresponsal fuera de España. La periodista recibió una beca internacional por parte de la Agencia EFE, junto a la entidad bancaria La Caixa, para recibir formación en la sede de EFE en Madrid y, posteriormente, en una delegación en el exterior. Fue entonces cuando Cicardi decidió instalarse en El Cairo (Egipto).
Su pasión e interés por el mundo árabe la llevó desarrollar su labor periodística durante la revolución egipcia. Además, pudo acceder a Libia para vivir de cerca e informar sobre lo que acontecía durante el estallido de la guerra contra Muamar al Gadafi. Ha trabajado como corresponsal para la prensa española e italiana y ha realizado coberturas radiofónicas y televisivas para un gran número de medios. Desde junio de 2015, trabaja exclusivamente para la Agencia EFE.
¿Cómo comenzó tu pasión por Oriente Medio? “Cuando estaba estudiando en la facultad empecé a interesarme por el conflicto árabe-israelí y, a partir de eso, en todo Oriente Medio y el mundo árabe-musulmán, aunque no fue hasta que llegué a Egipto en 2008 cuando desarrollé realmente una pasión por esta zona, su gente, su cultura e historia”.
«En general, los medios no reflejan la realidad del país, al menos los medios generalistas”
¿En qué momento decidiste ser corresponsal de guerra? “Cuando estaba estudiando siempre me atraía la idea de ser corresponsal de guerra, aunque no sabía lo que eso significaba o cómo podía llegar a serlo. Leía libros de grandes corresponsales, sobre todo italianos, como Oriana Fallacci, y me imaginaba una profesión que no se corresponde en absoluto a la realidad. Cuando me vi finalmente en una situación de conflicto, más por casualidad que por elección, entendí que eso era lo que me gustaba y lo que quería hacer”.
¿Cómo definirías tu experiencia durante estos diez años en El Cairo? “Es complicado definir diez años de trayectoria profesional, y también personal, pero si tengo que hacer balance puedo decir que han sido fantásticos. He aprendido y he vivido cosas que jamás hubiera imaginado. Sin duda, la Revolución egipcia fue mi experiencia más extraordinaria, como periodista y como ser humano”.
¿Fue complicado comenzar como freelance en un lugar de conflicto? “Ser periodista freelance es muy difícil en cualquier circunstancia y en una zona de conflicto lo es aún más porque no cuentas con las garantías básicas (seguro de vida, chaleco antibalas, etc.). Además, al principio perdía dinero o apenas ganaba, porque todavía no tenía hueco en los medios de comunicación ni sabía gestionar bien mi trabajo, pero todo eso llega con la experiencia y el tiempo. La flexibilidad que te da el hecho de ser freelance te permite hacer muchas cosas y llegar muy lejos, aunque la falta de dinero pueda limitarte y frenarte en algunas ocasiones”,
“Durante la revolución había que lidiar tanto con las sensibilidades de los egipcios en la calle como de los jefes en Madrid”
¿Sentiste algún tipo de presión social o política durante la cobertura de la Revolución egipcia? “Durante la revolución la situación era compleja y había que lidiar con las sensibilidades de todos, tanto de los egipcios en la calle como de los jefes en Madrid. Para todos era una situación nueva y no teníamos muchas claves para interpretarla, pero mi conocimiento previo de Egipto me ayudó bastante en ese sentido”.
Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes especialmente… “Quizás la anécdota más simbólica de la revolución fue cuando vi plantar la primera tienda de campaña en la plaza Tahrir. Un amigo y gran revolucionario decidió ir allí con su familia y otros amigos para empezar una acampada. Al principio me resultó una idea peligrosa y quizás poco efectiva, pero poco a poco llegaron más personas y la plaza se fue llenando de tiendas de todos los tipos y tamaños, y allí permanecieron hasta que Mubarak dejó el poder”.
“En Libia sentí que realmente estaba transmitiendo algo que solo unos pocos teníamos el privilegio de contar”
¿Qué supuso para ti poder acceder a Libia y vivir en tus propias carnes el estallido de la rebelión contra Muamar al Gadafi? “Aunque Egipto es “mi” país y aquí tengo mi base, la experiencia que tuve en Libia me marcó mucho personal y profesionalmente. Fue mi primer conflicto armado y también la primera vez que sentí que realmente estaba transmitiendo algo que sólo unos pocos teníamos el privilegio de ver y contar. Entré a Libia poco después del estallido de la revuelta contra Muamar al Gadafi y en ese momento había pocos periodistas que habían podido acceder al país. Recibimos una acogida estupenda y pudimos ser testigos directos de acontecimientos históricos”.
¿Consideras que lo que se publica en los medios de comunicación sobre la situación del país se corresponde con la realidad? “Muchas veces en los medios de comunicación sólo tienen cabida las malas noticias, porque las buenas no son noticia. Los que estamos sobre el terreno intentamos contar otros aspectos de Egipto y algunos “brotes” de esperanza que se pueden ver, pero no siempre esa es la información que tiene más difusión y acogida. En general, los medios no reflejan la realidad del país, al menos los medios generalistas”.
¿Tienes pensado seguir desarrollando tu actividad periodística en Egipto? “Por el momento, seguiré viviendo y trabajando en Egipto, y contando los desarrollos de la situación, que es muy interesante, sobre todo de cara a las elecciones presidenciales de 2018 y la crisis económica que afecta gravemente al país”.