Nueve años después de su última visita, el Festival Internacional del Cuento de Los Silos, en su XXIII edición, volvió a acoger al orador Nelson Calderón. “Me resulta placentero contar historias y me gusta ver lo que genera en las personas. Es muy bonito lo que tú das y lo que recibes”, exclamó con una sonrisa el narrador colombiano. Su país natal le sirvió como nutriente para sus cuentos pero fue en nuestro país, donde logró consagrarse como artista. Fue en el año 2005 cuando decidió terminar con su profesión de arquitecto para dedicarse por completo al mundo de la oratoria: «Continuar con mi trabajo era lo más seguro pero los cuentos lo cogen a uno de la solapa de la camisa y te atrapan», afirmó.
Nelson Calderón es una persona observadora e inquieta, puesto que a su alrededor siempre encuentra la inspiración que luego refleja en las historias donde sus raíces colombianas adquieren vida propia. “Soy diurno, necesito escribir por la mañana temprano, atender llamadas, escribir e-mails, pagar facturas…», expone el narrador. Aunque es la cara desconocida de su trabajo, como cualquier autónomo, Calderón ha de hacer frente al mundo real alejado de sus cuentos.
Una agenda siempre lo acompaña para plasmar sus fugaces ideas: «Yo todo el tiempo veo cosas y las escribo para que no se me olviden”, reconoce . Su capacidad de sorpresa sigue intacta a pesar de los años, y es una habilidad que comparte con los niños a los que dedica sus cuentos. El colombiano persigue el hecho de potenciar y abrir la imaginación tanto a los más pequeños como a los adultos: «Los cuentos te invitan a conocer otras culturas y fomentan la educación».
En la actualidad existe una corriente por la que se intentan modificar algunos cuentos tradicionales por contener enseñanzas machistas. El orador se mantiene imparcial a la hora de narrarlos, puesto que la modificación del cuento podría transmitir un mensaje diferente al que el tiempo nos ha dejado. “Un cuento te puede cambiar la vida” y las páginas se la cambiaron a Nelson desde que era pequeño en Colombia al descubrió la mejor manera de compartir: contando historias que nos hagan sentir.
Un trabajo del que nadie se jubila
Desde muy joven, Nelson Calderón escribe historias pero es ahora cuando por primera vez decide publicar una novela. Esta transición según el escritor es como un bilingüismo:» La tuve que escribir cuatro veces porque los capítulos me quedaban como cuentos”. La novela, con tintes autobiográficos se basa en su barrio de Colombia en los años ochenta, cuando el narcotráfico se coló en las vidas de los habitantes. Él vio cómo el mundo de la droga transformó un barrio apacible en un infierno, donde un amigo pasa a ser un asesino a sueldo.
En definitiva, «en el mundo de las letras se sabe cuando se entra pero no cuando se sale». Por ello, Calderón afirma que es un trabajo del que «nadie sabe cuándo se jubila», concluye.
♦ Colaboradoras: María Gamero y Estefanía Martín